Una alimentación adecuada durante el intervalo entre el destete y el celo afecta a la velocidad con la que las cerdas vuelven al celo después del destete y a su rendimiento reproductivo óptimo
El intervalo entre el destete y el celo se describe como el número de días entre el destete y el primer día de celo. Este periodo es un momento crítico en la vida de la cerda para criar a las cerdas recién destetadas para asegurar el rendimiento reproductivo de la cerda y mantener la productividad del rebaño. Debido a las altas demandas de nutrientes durante la lactancia, las cerdas pueden perder peso, lo que a su vez provoca un retraso en el celo permanente, un aumento de los días no productivos, una disminución de la longevidad y una calidad folicular comprometida
Los siguientes consejos sobre la alimentación de las cerdas durante el período del destete al celo mejorarán su rendimiento reproductivo y la rentabilidad general del rebaño
1. Considerar los nutrientes específicos en lugar de la simple alimentación completa
Muchos productores de cerdos practican la alimentación completa de las cerdas después del destete para recuperar las reservas corporales perdidas en la lactancia y para asegurar un rendimiento reproductivo óptimo. Sin embargo, la alimentación completa de las cerdas en el período inmediatamente posterior al destete conduce a un mayor desperdicio de alimento y a los costos de alimentación, además de que no contribuye a mejorar el rendimiento reproductivo y no ofrece ningún beneficio económico a los productores. Se recomienda complementar la dieta postdestete con azúcares simples como la glucosa y la dextrosa para proporcionar a las cerdas una dieta rica en carbohidratos que estimule el desarrollo folicular y la calidad folicular inducida por la secreción de insulina y del factor de crecimiento insulínico
2. Alimentar con una dieta de alta calidad
En lo que respecta a la nutrición, la receta del éxito incluye todo lo que las cerdas necesitan, como energía, proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Sin todos estos componentes básicos, las cerdas no pueden satisfacer sus necesidades para el crecimiento y el mantenimiento de su cuerpo y también para el crecimiento del feto. Las consecuencias potenciales de alimentar al rebaño de cría con una dieta de baja calidad incluyen una disminución de las tasas de concepción, camadas más pequeñas y/o una reducción del peso al nacer, una menor producción de leche, un aumento del intervalo entre el destete y el celo y una reducción de la vida reproductiva.
3. Aumentar la frecuencia de alimentación
Alimentar a las cerdas 2 o más veces al día en comparación con una sola vez mantiene la frescura del alimento y promueve un mayor consumo. Además, aumentar la frecuencia de alimentación de las cerdas de una a dos o tres veces al día puede reducir el número de nacidos muertos y aumentar el tamaño de la camada al destete.
4. Permitir a las cerdas un acceso ilimitado al agua limpia
El agua es el nutriente más importante para las cerdas, sin el cual sólo sobrevivirán durante un corto periodo de tiempo. Mantener una buena calidad del agua y un acceso fácil e ilimitado al agua limpia favorece un mayor consumo de pienso y da lugar a cerdas más sanas y a una mayor eficacia productiva. Si hay alguna duda sobre la calidad del agua potable, es necesario recoger muestras para analizar el agua y verificar que es aceptable para las cerdas. Son muchos los factores que pueden afectar a la calidad del agua, incluidos los microbiológicos, físicos y químicos.
5. Optimizar el confort de las cerdas
Las cerdas tienen una gran capacidad de adaptación y se comportan bien dentro de un rango de temperaturas denominado zona termoneutral. La zona termoneutral es un rango de temperaturas ambientales (aproximadamente de 55º a 75º [12,7ºC a 23,8ºC]) a nivel del cerdo dentro del cual éste puede mantener una temperatura corporal normal (93,8ºC [102ºF]) mediante el control de la pérdida de calor sensible. Durante el verano, las cerdas deben mantenerse frescas para estimular un aumento del consumo de pienso. El sistema de refrigeración aumenta el consumo de pienso de las cerdas en un 19,8% y disminuye la pérdida de peso de las cerdas en un 78%.