El parto y la lactancia provocan graves cambios metabólicos en las cerdas. La fase de lactancia aumenta las necesidades energéticas de la cerda y, dado que la cerda prioriza las necesidades de nutrientes de su camada por encima de su propio cuerpo, se producirá una importante movilización de las reservas corporales si no recibe la cantidad adecuada de nutrientes en su dieta
Además, durante los primeros días después del parto la ingesta de alimento es limitada debido a las alteraciones en la fisiología intestinal, sin embargo, la ingesta de alimento aumentará a lo largo de la lactancia. Como resultado, las cerdas lactantes pierden hasta 25 kg de peso corporal durante el primer mes de lactancia, lo que podría representar el 10% de su peso corporal total. Por lo tanto, es esencial que los nutricionistas porcinos formulen una dieta para minimizar la pérdida de peso en las cerdas lactantes y, al mismo tiempo, maximizar el aumento de peso de la camada.
Impacto de la pérdida excesiva de peso durante la lactancia
Las cerdas de primera y segunda paridad, por lo general, no consumen suficiente alimento durante la fase de lactancia para proporcionarles suficiente energía y aminoácidos para la producción de leche. Los estudios han demostrado que la pérdida extrema de peso y la movilización de más del 12% de la masa proteica total o más del 10% del peso corporal durante la lactancia dan lugar a un menor rendimiento reproductivo posterior, a problemas de fertilidad, a la reducción de la función ovárica y a la producción de camadas con pesos reducidos. La deficiencia de aminoácidos durante la lactancia reduce la tasa de ovulación, provoca un pobre desarrollo de los folículos y ovocitos y disminuye la supervivencia de los embriones. Además, el aumento del retraso del destete al servicio suele estar relacionado con una pérdida excesiva de peso y de condición corporal durante el periodo de lactancia anterior. Cabe destacar que la movilización excesiva de proteínas durante la lactancia es más perjudicial para la fertilidad posterior que la movilización excesiva de grasas.
Necesidades dietéticas durante la lactancia
Según el Consejo Nacional de Investigación (2012), una cerda de 175 kg debe comer aproximadamente 5,6 kg al día, lo que suma 118 kg de alimento durante un periodo de lactancia de 3 semanas. Aunque durante los primeros días después del parto las cerdas no suelen comer, en el pico de la lactancia aumentan la ingesta de alimento hasta 9 kg por día
En épocas de calor, es necesario minimizar el contenido total de proteínas de la dieta, para reducir la producción de calor asociada a la eliminación del exceso de nitrógeno. Dado que el incremento de calor de la grasa es bajo, puede complementarse en la dieta de lactancia. Por el contrario, el incremento de calor de la fibra es alto, por lo que deben evitarse las dietas con alto contenido en fibra
Además, los piensos para cerdas lactantes deben formularse con un bajo nivel de carbohidratos fermentables y una elevada cantidad de nutrientes glucogénicos, como el almidón y los azúcares, para mejorar los niveles de insulina en sangre, aumentar la ingesta de pienso, reducir la movilización de las reservas corporales y disminuir la pérdida de peso.
¿Cómo abordar este problema?
El trigo, la cebada y la soja representan hasta el 15% de los polisacáridos no amiláceos en la dieta de las cerdas lactantes. Sin embargo, son mal digeridos debido a la falta de enzimas adecuadas para su degradación. Muchos polisacáridos no amiláceos afectan al tránsito del alimento, aumentan la capacidad de retención de agua, disminuyen la digestibilidad de los nutrientes al atrapar almidones y proteínas, y reducen la ingesta de alimento. La suplementación con enzimas como la xilanasa facilita la hidrólisis de los polisacáridos no amiláceos y aumenta la digestibilidad de los nutrientes durante la lactancia en las cerdas. Un manejo adecuado para fomentar la ingesta adecuada de nutrientes y lograr el estado metabólico deseado en las cerdas lactantes mejora la fertilidad posterior. Un sistema de ventilación adecuado, la refrigeración por evaporación y la provisión de sombra a todas las cerdas para minimizar los impactos negativos del estrés térmico son esenciales para promover la ingesta de alimentos en las cerdas lactantes. Se recomienda alimentar a las cerdas lactantes al menos 3 veces al día utilizando comederos con un acceso cómodo al pienso. También es importante un suministro suficiente de agua con un caudal adecuado a través de bebederos de tetina. Además, mezclar el pienso y el agua mejora la ingesta de alimento en las cerdas lactantes, especialmente cuando hace calor
¿Cuáles son las conclusiones?
La fase de lactancia aumenta las necesidades energéticas de las cerdas, y si la cerda no recibe la cantidad adecuada de nutrientes en su dieta, se produce una movilización de las reservas corporales y una grave pérdida de peso que, a su vez, afecta al posterior rendimiento reproductivo. Los nutricionistas porcinos deben formular una dieta equilibrada con niveles suficientes de aminoácidos, grasa, fibra y carbohidratos teniendo en cuenta la temperatura ambiental para estimular la ingesta de alimento en las cerdas lactantes. Además, los métodos alternativos, como la suplementación con enzimas, la alimentación frecuente, la ventilación adecuada y el suministro suficiente de agua, fomentan la ingesta de alimento en las cerdas lactantes