La formulación de piensos más concentrados es un requisito previo en la formulación actual de las dietas. La grasa proporciona más energía y crea «espacio libre» en la fórmula para incluir más proteínas indispensables para el crecimiento muscular. Esta estrategia se vuelve aún más eficaz gracias a productos innovadores, como Volamel Compass, que apoyan el «proceso de mantenimiento de la grasa» de una forma más holística.
Brújula Volamel, el navegante gordo
La innovación está en la MFGM(Figura 1), que representa un componente único y valioso de la leche de vaca que contiene lípidos para la alimentación de animales jóvenes. La funcionalidad de esta compleja estructura membranosa es versátil y claramente diferente de la membrana celular clásica. Al suplementar Volamel Compass, se sigue favoreciendo la digestión/absorción de grasas, pero el enfoque se desplaza hacia el metabolismo de las grasas. El objetivo final es el crecimiento magro (y saludable).
Energía dinámica frente a energía estática
La suplementación con MFGM, en las primeras etapas de la vida de los mamíferos, induce modificaciones metabólicas con consecuencias beneficiosas sobre la fisiología de la grasa en etapas posteriores de la vida (lo que se define como «programación metabólica»). Una vez que la grasa ha sido absorbida y asimilada en quilomicrones o portomicrones, el neonato puede evacuar esta grasa hacia diferentes vías: (1) almacenamiento «inerte» de grasa, (2) «consumo» «dinámico» de grasa para mantenimiento o asimilación de proteínas. En cada animal, ambas vías están presentes en un cierto equilibrio(Figura 2). El Fat Navigator desplaza el equilibrio entre ambas vías principales hacia el consumo «dinámico» de grasa, favoreciendo el crecimiento muscular.
Figura 2 – Volamel Compass convierte la grasa alimentaria en energía dinámica
El reto de los lechones, en torno al destete
El estrés relacionado con el destete compromete la capacidad funcional intestinal para la digestión, absorción y metabolismo de los lípidos lácteos. Mientras que la digestibilidad de la grasa de la leche de cerda es superior al 90%, la digestibilidad de la grasa del alimento sólido en lechones recién destetados disminuye entre el 65% y el 80%.
Figura 3 – Efecto de Volamel Compass en el crecimiento de los lechones a las 10 semanas de edad; las diferencias significativas (P<0,05) se indican con letras diferentes
En Innsolpig, 256 lechones fueron asignados aleatoriamente a uno de los dos grupos de tratamiento (8 corrales con 16 lechones). El destete se realizó a las 3 semanas de edad. Los lechones fueron alimentados con una dieta de papilla de destete (2 semanas) seguida de una dieta de papilla de iniciación (5 semanas). El primer grupo se alimentó con la dieta control (CD), mientras que el segundo grupo se suplementó con 500 ppm de Volamel Compass «on top» (CD + VC). Las dietas eran a base de cebada-trigo-soja, conteniendo aceite de soja y/o grasa de ave. Los lechones suplementados mostraron un peso corporal significativamente mayor (p<0,05) y una reducción significativa del índice de conversión alimenticia (FCR; Figura 3), lo que se tradujo en un retorno de la inversión (ROI) de 6. La uniformidad del grupo de tratamiento fue mayor (94% frente a 90%).
De este ensayo se puede concluir que el navegador de grasas favorece claramente el metabolismo de las grasas en este periodo estresante.
Pollos de engorde y productos lácteos, una combinación innovadora
Figura 4 – Rendimiento de crecimiento de los pollos de engorde (peso corporal a los 38 días de edad; PC38, FCR ajustado al peso con 2500 g como PC de referencia; WAFCR2500) y Factor Europeo de Eficiencia Productiva (EPEF). Las diferencias significativas (P<0,05) se indican con letras diferentes.
Se realizaron diferentes ensayos con pollos de engorde para validar este concepto en las aves. En TRANSfarm (KULeuven), se asignaron aleatoriamente 270 pollos de engorde (machos Ross 308) a 2 dietas: (1) control (CD) y (2) dieta con restricción energética (50 kcal EM en el arranque, 90 kcal EM en el crecimiento y el acabado) con 500 ppm de Volamel Compass. La dieta era una papilla a base de trigo y soja que contenía aceite de soja y manteca de cerdo. Los pollos de engorde suplementados mostraron un aumento (p<0,05; Figura 4) del peso al sacrificio, manteniendo la FCR a un nivel comparable y aumentando la EPEF (p<0,1). El ROI terminó en 8. Las canales de los pollos de engorde mostraron una almohadilla de grasa abdominal más pequeña y un menor grado de lipidosis hepática. La uniformidad de la manada aumentó entre un 5 y un 10%.
La aplicabilidad de la hipótesis de la «programación» en los pollos de engorde se evaluó limitando la suplementación a los 10 primeros días (es decir, la fase de arranque; 500 ppm «por encima»; ILVO, UGent), al tiempo que se examinaban los efectos a más largo plazo a la edad de sacrificio (43 días de edad). Además de un mejor rendimiento de crecimiento (Tabla 1), también aumentó el porcentaje de faenado o de carne de pechuga. Las aves mostraron un aumento significativo de la relación entre carne de pechuga y grasa abdominal, lo que implica no sólo un impacto beneficioso en el rendimiento del crecimiento, sino también en el equilibrio entre la acumulación de grasa y el crecimiento muscular, que favorece la acumulación de proteínas.
En conclusión, podemos afirmar que orientar la grasa de la dieta más hacia la «energía dinámica» tiene sentido y se traduce en claros beneficios económicos. El navegador de grasa no solo mejora el rendimiento, sino que también mejora la calidad de la carne de los pollos de engorde/cerdos.