El almacenamiento prolongado de piensos conlleva el riesgo de contaminación bacteriana y la aparición de mohos, que producen micotoxinas, han señalado los científicos. «Estas sustancias amenazan la salud de animales y aves, ya que los piensos se estropean, perdiendo también su valor nutritivo», han advertido los investigadores.

Las micotoxinas en los piensos son un problema persistente para el sector de la alimentación animal, ya que el consumo de piensos contaminados está relacionado con trastornos digestivos, inhibición del metabolismo y alteración de la inmunidad. Como consecuencia, la productividad del rebaño se ve perjudicada.

Costes elevados del tratamiento térmico

Para evitarlo, se suele recurrir al tratamiento térmico. En Rusia, la normativa técnica vigente prescribe realizarlo durante al menos media hora a una temperatura de unos 70C. El científico suponía que el tratamiento térmico también podía perjudicar el valor nutritivo, ya que algunas vitaminas y enzimas se destruyen a altas temperaturas.

Sin embargo, se cree que el coste relativamente elevado del tratamiento térmico es el principal problema. Algunos agricultores optan por no realizarlo en absoluto, buscando la reducción de costes.

Un piloto ya en marcha

Los científicos afirmaron haber construido una instalación piloto para tratar los piensos con una composición especial de gas.

«El coste de esta unidad, en función del volumen y las tareas, oscilará entre 200.000 (2.100 dólares) y 400.000 (4.200 dólares) rublos», afirman los investigadores.

Se espera que la unidad funcione en modo experimental durante los próximos 6 meses, tras lo cual el científico espera poner la tecnología en uso industrial.

Sergey Leonov, uno de los autores del estudio, subraya que la tecnología es absolutamente segura para los animales y los usuarios finales, y su uso ayudará a los ganaderos a mitigar los costes y destinar los fondos disponibles al desarrollo empresarial.

El óxido de etileno es una opción probable

No hay información sobre el tipo de gas que se prevé utilizar. La única pista que dan los científicos es que un planteamiento similar puede encontrarse en otras industrias.

La esterilización por gas está muy extendida en el sistema sanitario ruso, donde casi siempre se realiza con óxido de etileno. La mezcla gaseosa preparada se lanza en una cámara especial, desinfectando los instrumentos médicos a baja temperatura y presión durante unas horas. Se cree que esta tecnología mata todos los microorganismos patógenos y, de hecho, está asociada a unos costes bajos. Durante el proceso, el óxido de etileno no se desperdicia y puede utilizarse una y otra vez.

Sin embargo, no hay información de que se haya probado un enfoque similar en la industria de piensos.