La calidad del forraje, que es el centro de todos los enfoques nutricionales en las vacas lecheras, puede desempeñar un papel en la mitigación del CH4.
No sólo desde el punto de vista ambiental, sino también para mejorar la función del rumen y el rendimiento de la vaca, es importante mitigar la producción de metano. La mejora de la eficiencia de la alimentación, lograda mediante la alimentación con forraje de buena calidad, puede contribuir a la reducción de la producción de CH4 por kg de leche. La madurez en la cosecha es un factor clave que debe tenerse en cuenta, ya que el material forrajero más joven generalmente produce una mayor calidad. El buen ensilado y almacenamiento son esenciales para producir forraje de calidad, maximizar la conservación de los nutrientes y mejorar la eficiencia de la producción.