En este artículo nos centramos en la contaminación por micotoxinas de los ingredientes de la dieta del cerdo común. Los resultados se basan en la edición 2016 de la Encuesta sobre Micotoxinas Biominales.
A partir de los datos, vimos una incidencia bastante alta de micotoxinas, junto con altos valores promedio en algunos productos básicos.
Maíz
El 77% de todas las muestras de maíz en todo el mundo se sometieron a pruebas de deoxinivalenol (DON) en 2016, lo que la convierte en la micotoxina más prevalente para cualquier ingrediente estudiado. La concentración media mundial de DON fue de 1595 partes por billón (ppb). Los niveles de DON por encima de 900 ppb se consideran de alto riesgo para los lechones y los valores por encima de 1000 ppb se consideran de alto riesgo para todo tipo de cerdos (cerdas, cultivadores y acabadores). La segunda micotoxina más prevalente en 2016 fue la fumonisina (FUM), detectada en el 73% de las muestras de maíz en todo el mundo.
La concentración media de fumonisinas fue de 2.017 ppb, un valor muy superior al umbral de alto riesgo de 1.500 ppb para los cerdos. Se detectó zearalenona (ZEN) en el 50% de las muestras de maíz a una concentración media de 334 ppb, un valor considerado de alto riesgo para los cerdos. La aflatoxina (Afla), la toxina T-2 y la ocratoxina A (OTA) se detectaron en el 14%, el 13% y el 8% de las muestras de maíz de todo el mundo, respectivamente. Los valores medios de Afla y T-2 fueron de 39 ppb y 69 ppb respectivamente, valores que se consideran de riesgo medio para los cerdos.
Cebada
El 70% de las muestras de cebada en todo el mundo estaban contaminadas con DON, con un valor medio de 553 ppb, lo que supone un alto riesgo para los lechones y un riesgo medio para las cerdas, los cultivadores y los acabadores. La segunda micotoxina más prevalente en las muestras de cebada en todo el mundo fue la T-2, detectada en el 33% de las muestras a una concentración media de 32 ppb. El ZEN se detectó en el 28% de las muestras analizadas a una concentración media de 234 ppb, un valor que representa un riesgo medio para los cerdos. FUM, OTA y Afla se detectaron en el 7%, 6% y 2% de las muestras respectivamente. La concentración media de Afla fue de 76 ppb, valor que se considera de riesgo medio en el caso de los cerdos.
Trigo
En cuanto a los demás productos, en el trigo, el DON fue la micotoxina más prevalente en todo el mundo en 2016 y se detectó en el 46% de las muestras. A una concentración media de 960 ppb esta micotoxina representa un alto riesgo para los cerdos. El ZEN fue la segunda micotoxina más prevalente en las muestras de trigo en todo el mundo con una incidencia del 37%. La concentración media de 98 ppb supone un riesgo medio para los cerdos. T-2, Afla, FUM y OTA se detectaron en el 22%, 16%, 14% y 12% de las muestras.
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Soja
DON fue la micotoxina más prevalente en las muestras de soja en todo el mundo con una incidencia del 48%. La concentración media de esta micotoxina era de 312 ppb, lo que supone un riesgo medio para las cerdas, los jabalíes y los lechones. Tanto el FUM como el ZEN fueron detectados en el 38% de las muestras. La concentración media de ZEN fue de 48 ppb un valor que representa un riesgo medio para los lechones. Afla, T-2 y OTA se detectaron en el 24%, 20% y 15% de las muestras, respectivamente.
Los efectos negativos de las micotoxinas en los cerdos
Consideraciones adicionales
El alimento para cerdos está compuesto por una amplia variedad de ingredientes, siendo los que se muestran en este artículo los más representativos. Sin embargo, la evaluación del riesgo no tiene en cuenta las interacciones sinérgicas y aditivas de las micotoxinas, (FUM y DON son de particular relevancia en el cerdo), que contribuyen a aumentar el riesgo de forma exponencial.
Otros factores que deben tenerse en cuenta son los efectos de las dosis subclínicas (también conocidas como exposición a dosis bajas), que son motivo de especial preocupación en los rumiantes y los cerdos debido a la mayor duración de la vida de los animales y a la presencia de otras entidades patógenas en la granja. De hecho, incluso en dosis bajas las micotoxinas pueden afectar la digestibilidad de los nutrientes y el sistema inmunológico, lo que provoca pérdidas económicas. Todos estos factores en su conjunto sugieren que la forma más eficaz de contrarrestar las micotoxinas es el uso de un desactivador registrado que, además de abarcar un amplio espectro de metabolitos, también potencie las funciones inmunitarias, hepáticas y gastrointestinales al mismo tiempo.