Chicas jóvenes: Extra vulnerables a las micotoxinas

Aunque es un riesgo en cualquier etapa del desarrollo, las micotoxinas pueden ser particularmente devastadoras para los pollitos de la semana uno, a menos que se implemente un manejo adecuado del riesgo.

Las micotoxinas son un problema universalmente reconocido en la industria de la cría. Es posible adoptar medidas preventivas, pero no hay manera de asegurar con absoluta certeza que no entren en el proceso agrícola. No obstante, los brotes agudos de micotoxicosis, es decir, las enfermedades causadas por la inhalación o ingestión de esporas de toxinas o por el contacto con la piel, que varían en gravedad, son poco frecuentes. A pesar de ello, los criadores deben estar en guardia; las micotoxinas son difíciles de detectar en las aves de corral de la primera semana, lo que supone un golpe potencialmente enorme para la productividad.

¿Por qué los pollitos de la semana 1 están en riesgo

Los pollitos de la primera semana están en una etapa crucial con problemas aparentemente menores que tienen el potencial de determinar sus perspectivas de salud tanto a corto como a largo plazo. El desarrollo de un sistema inmunológico activo es la base central de una vida sana del ave, y es exactamente lo que está en riesgo por una exposición temprana a las micotoxinas. La interferencia en esta etapa, aunque sea de bajo nivel, puede tener resultados desastrosos en una etapa posterior. Las bajas dosis de micotoxinas pueden combinarse con factores de estrés ambiental, incluso si están fuera del control del granjero. Esta combinación puede resultar en pérdidas invisibles, con efectos subclínicos que incluyen:

– Alteración de la salud intestinal

– Mayor susceptibilidad a las enfermedades

– Problemas inmunológicos más graves en la vida posterior

– Nuevas pérdidas en el rendimiento económico

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Signos de infección

Los pollos son particularmente vulnerables a las nefrotoxinas y a los tricotecenos como la DON y la toxina T-2. Al principio, el único signo puede ser la reducción de la ingesta de alimentos, pero esto puede extenderse a la maduración, causando problemas de crecimiento, inmunosupresión, rechazo de alimentos, baja producción de huevos y mala calidad de la cáscara de los mismos. Incluso si los efectos no son detectables por el examen visual, los agentes infecciosos son capaces de comprometer el sistema inmunológico de un polluelo, haciéndolos mucho más susceptibles a las enfermedades.

¿Qué se puede hacer?

Estos pueden ser los hechos, pero ¿qué posibilidades hay de que esto le afecte? Los informes anuales de la Encuesta de Micotoxinas de BIOMIN revelan que, desafortunadamente, la mayoría de los países estudiados están bajo «riesgo severo» de alimentos contaminados en la mayoría de los años, con niveles elevados de deoxinivalenol en particular. Frente a una amenaza que es difícil de controlar y contener con precisión, los productores pueden sentirse vulnerables. Sin embargo, con una sólida gestión de riesgos se pueden establecer salvaguardias. Los buenos procesos de cultivo, como el riego controlado y la rotación de cultivos, frustran los posibles caldos de cultivo, junto con el control de las malas hierbas y una fertilización adecuada. Debido a su diversidad, no todas las micotoxinas pueden ser adsorbidas y tratadas eficazmente; por lo tanto, una preparación exitosa debe gestionar también la biotransformación.

Conclusión

Las micotoxinas pueden tener un efecto devastador en los pollitos de la primera semana, con poca advertencia. Los efectos pueden ser difíciles de detectar, y las micotoxinas pueden no ser la causa aparente. A pesar de esto, representan una amenaza que todo productor debería conocer. Con una planificación cuidadosa y las herramientas adecuadas, el riesgo puede ser manejado, y la productividad mantenida.

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