En la formulación actual de piensos, tenemos que tener en cuenta más variables que la producción y la economía. Para ello es necesario utilizar mejor los datos disponibles, la función del microbioma y establecer los parámetros de sostenibilidad adecuados.
Esta fue una de las conclusiones extraídas de la mesa redonda Avances en las soluciones nutricionales y el futuro de la alimentación del ganado, que se organizó en la recientemente celebrada Animal Health, Nutrition and Technology Innovation Europe 2023 en Londres (Reino Unido).
Añadir sostenibilidad a la mezcla
Aaron Schacht, Director General de BiomEdit, dirigió el debate y señaló que hemos entrado en una era en la que la producción ganadera se enfrenta a numerosos retos: «Para mantener el suministro de proteína animal convencional, esto significa que tenemos que seguir invirtiendo en estrategias emergentes en el campo de la salud y la nutrición animal», afirmó Schacht.
DSM es uno de los líderes en el sector de la nutrición animal y tiene un fuerte enfoque en la realización de innovaciones radicales para transformar la producción de proteína animal y la sostenibilidad. Christie Chavis, Vicepresidenta de Nutrición Animal y Soluciones de Rendimiento Sanitario de DSM, participó en la mesa redonda y explicó: «La producción global y el buen rendimiento siguen siendo los principales objetivos de la producción animal. Lo que ha cambiado es el número de variables que entran en la ecuación, como la salud animal y la sostenibilidad.»
Cada producto que vendemos debe estar centrado y vinculado a uno de los seis motores empresariales de sostenibilidad que hemos definido, como mejorar el rendimiento de un animal a lo largo de su vida útil, garantizar un uso eficiente de los recursos naturales y reducir la resistencia a los antimicrobianos. Esto implica también que cada producto vaya acompañado de una declaración medioambiental. También hemos intensificado nuestra investigación en torno a la nutrición de precisión y el diagnóstico para poder detectar antes los problemas (como la contaminación por micotoxinas de los ingredientes de los piensos) y actuar en consecuencia», explicó Chavis. En esta línea, DSM informó a los asistentes de que seguirá desarrollando su aditivo para piensos Bovaer, que reduce el metano (en Europa y EE.UU., en colaboración con Elanco), y seguirá promocionando Sustell, una herramienta informática para medir con precisión y mejorar la huella medioambiental de la producción de proteínas animales.
Impulsar la transformación digital en la ganadería
Chavis estuvo acompañado en el panel por Vinicius Chiappetta, Director Comercial Global de Cargill Digital Solutions, quien coincidió en que ahora tenemos que optimizar más variables en la alimentación animal y la producción ganadera. Chiappetta explicó: «La definición de lo que entendemos por optimización está cambiando y es cada vez más compleja. ¿Es posible optimizar el rendimiento, los costes, la sostenibilidad, la salud y el bienestar en conjunto?» Chiappetta explicó que esto supone un reto, pero también incentiva un mejor uso de los datos y la modelización: «Ya generamos muchos datos en la alimentación animal y la producción ganadera, pero la cantidad de datos aumentará y la necesidad de disponer de datos de buena calidad será mayor».»Por eso, en los últimos años, Cargill ha formado alianzas estratégicas con empresas que pueden suministrar datos de calidad a través de software de gestión de explotaciones porcinas, cámaras 3D (impulsadas por inteligencia artificial) para medir el peso de los pollos, tecnología de sensores para determinar automáticamente la disponibilidad de piensos en las explotaciones, y varias otras.
Tener acceso a estos datos de las explotaciones ayuda a conectarlos con los datos nutricionales, predecir mejor los problemas y formular dietas más eficaces y sostenibles». Chiappetta también señaló que la transformación digital no siempre consiste en inventar algo nuevo: «Ya generamos muchos datos y disponemos de soluciones (digitales) probadas que son muy eficaces. Lo que hay que ganar es aplicarlas a más explotaciones, analizar mejor la información que ya tenemos y llevar a la gente a la transformación digital para mostrarles el valor. Así pues, cuando hablamos de ‘transformación digital’ en la producción ganadera, puede que se trate más de la transformación (de los sistemas y las personas) que de inventar nuevas herramientas digitales per se», afirmó.
Chavis está de acuerdo en que ya existen grandes soluciones y fuentes de datos: «Las enzimas son soluciones probadas, sencillas y directas que permiten mejorar la eficiencia de los piensos y, por tanto, reducir el impacto ambiental de los sistemas de alimentación y producción». Además, DSM elabora informes exhaustivos sobre la contaminación por micotoxinas en diferentes materias primas de todo el mundo. A la luz de los cambiantes patrones climáticos y de los riesgos asociados a las micotoxinas, este tipo de datos es más importante que nunca», afirmó.
Microbioma: El eslabón perdido
Cuando se le preguntó por el próximo gran avance en nutrición animal, Chavis mencionó las enormes oportunidades del microbioma animal para revolucionar la salud y la nutrición de los animales y unirlas más: «Sólo sabemos una pequeña parte de lo que puede hacer y cómo podemos influir positivamente en él. También veo un gran potencial para aumentar el uso de biomarcadores (mediante diagnósticos de precisión) para identificar y predecir problemas mucho antes y el auge de nuevos ingredientes para piensos como la proteína unicelular».
Tenemos que ser más coherentes a la hora de medir la sostenibilidad y establecer puntos de referencia claros. Tenemos que reducir el impacto medioambiental de la agricultura, pero si no conocemos nuestro punto de partida, ¿cómo sabemos que lo estamos mejorando? Tenemos que buscar formas más creíbles de medir el impacto de la sostenibilidad para que los informes sean transparentes. También nuevas materias primas para dietas animales, como la proteína unicelular, y las repercusiones de los aditivos para piensos en la sostenibilidad y la salud», abordó Chavis.
Chiappetta está de acuerdo en que el microbioma es una de las áreas más interesantes por explorar: «Sabemos mucho sobre genética y nutrición animal, pero lo que menos sabemos es sobre el microbioma. Desde el punto de vista de los datos, Chiappetta cree que aún queda trabajo por hacer para integrar todos los datos de la cadena de valor animal y optimizar los sistemas de la mejor manera posible para la cadena de valor en su conjunto. Como esto implica muchos datos, el uso de modelos será cada vez más frecuente en nuestro sector».
Chavis concluyó que, dado que el futuro de la alimentación animal (y de la producción ganadera) debe tener en cuenta muchas más variables, estamos dejando de presentar un único producto como la solución mágica: «La magia reside en la combinación de productos y servicios. Y esto requiere una comprensión aún mejor de los puntos débiles del cliente y de cómo se gestiona actualmente la granja (prácticas de gestión de la granja, protocolos de vacunación, etc.)».