El Reino Unido traza el camino hacia la fermentación de precisión y la carne cultivada

La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido ha acordado medidas para frenar los retrasos innecesarios en la regulación de alimentos como la carne cultivada y la fermentación de precisión, con el fin de garantizar que los consumidores tengan un acceso más rápido a una gama más amplia de productos seguros e innovadores.

El ritmo de la innovación merece más cambios

Pero aunque su Consejo de Administración aprobó en marzo la creación de un nuevo registro público de productos regulados, en sustitución del sistema actual, que exige la presentación de un instrumento legislativo ante el Parlamento antes de poder comercializar nuevos productos, un grupo de reflexión, el Good Food Institute, afirma que, dado el ritmo de innovación en el sector de las proteínas alternativas, deben producirse más cambios.

Nuevos productos pendientes de evaluación

La FSA dijo que seguiría realizando una evaluación exhaustiva y basada en pruebas de la seguridad y el valor nutritivo de los nuevos productos antes de que puedan venderse en el Reino Unido, y los ministros seguirán tomando las decisiones finales. Otra reforma liberará la capacidad de la FSA al eliminar el requisito de que los productos que ya están en el mercado vuelvan a ser autorizados al cabo de varios años, lo que también beneficiará a otros sectores alimentarios. Según la FSA, el 22% de las solicitudes de productos regulados son reautorizaciones, muchas de las cuales se refieren a piensos.

Se trata de una gran oportunidad para que la FSA beneficie a los consumidores permitiendo que los productos nuevos e innovadores que consideramos seguros lleguen al mercado más rápidamente. Establecerá una nueva forma de hacer las cosas que será observada con verdadero interés por los reguladores de todo el mundo.

Profesora Susan Jebb, presidenta de la FSA

Preocupaciones tras el Brexit

El Reino Unido utiliza un marco regulador similar al de la UE, pero se ha expresado preocupación por el creciente volumen de trabajo de la agencia tras el Brexit. En un documento reciente, los responsables del organismo regulador afirmaban: «Si no tomamos medidas urgentes, seremos incapaces de seguir el ritmo de esta creciente carga de trabajo. Esto afectará a la capacidad de elección de los consumidores y al acceso a productos nuevos y potencialmente beneficiosos.»

La FSA espera hacer uso en los próximos meses de los poderes que le confiere la Ley de Derecho Comunitario Retenido para revisar las normas pertinentes, incluida la normativa sobre nuevos alimentos.

Se agradecen los pasos adelante, pero se necesitan más

Linus Pardoe, responsable de políticas para el Reino Unido de GFI Europe, acogió con satisfacción los avances, pero afirmó que aún queda mucho por hacer: «Más de dos años después de que se prometieran reformas sobre la forma en que el Reino Unido regula las nuevas proteínas alternativas, es positivo ver que la FSA adopta medidas sensatas para modernizar su proceso, al tiempo que sigue aplicando uno de los sistemas reguladores más sólidos del mundo.

«Las proteínas alternativas podrían cambiar las reglas del juego para ayudar al Reino Unido a alcanzar sus ambiciones de superpotencia científica e impulsar la seguridad alimentaria, y aunque los reguladores deben desempeñar un papel crucial para garantizar que los consumidores confíen en estos alimentos, los marcos reguladores deben seguir el ritmo de las innovaciones. Estas reformas son un paso en la dirección correcta, pero se puede hacer mucho más».

Según la FSA, es probable que se presenten nuevas propuestas en la reunión de junio del Consejo de Administración.