El uso de subproductos en el sector de la alimentación animal puede suponer un importante ahorro de tierras y recursos hídricos, según han descubierto unos investigadores.
Aunque los alimentos de origen animal representan el 16% del suministro mundial de alimentos y son una importante fuente de proteínas en la dieta humana, su producción utiliza una fracción desproporcionadamente grande de la tierra agrícola y de los recursos hídricos.
Sustitución de cultivos de alto consumo energético por subproductos agrícolas
El estudio demostró que una sustitución del 11-16% de los cultivos de alto consumo energético utilizados actualmente como pienso animal, como la mandioca y los cereales, por subproductos agrícolas ahorraría aproximadamente entre 15,4 y 27,8 millones de hectáreas de tierra, y 3-19,6 km cúbicos y 74,2- 137,9 km cúbicos de agua azul y verde, para el crecimiento de otros cultivos alimentarios.
La producción de alimentos de origen animal puede competir con la de origen vegetal
Según los investigadores, este ahorro de recursos naturales es una estrategia adecuada para reducir el uso insostenible de los recursos naturales tanto a escala local como mundial, mediante el comercio virtual de tierras y agua. También demuestra que la producción animal puede, por tanto, competir directa o indirectamente con la producción de alimentos vegetales.
Los productos agrícolas se definen como productos secundarios derivados de la transformación de cultivos primarios como los cereales y el azúcar. El estudio se centró en el salvado de cereales, la pulpa de remolacha azucarera, la melaza, los residuos de destilería y la pulpa de cítricos.
Camilla Govoni, investigadora del Politécnico de Milán (Italia), afirmó que el uso de subproductos agrícolas en dietas animales no sólo disminuiría la competencia entre sectores y la presión sobre los recursos, sino que también aumentaría la disponibilidad de calorías que pueden destinarse directamente a la dieta humana: «Si los recursos ahorrados se utilizan para otros fines, incluida la producción de alimentos vegetales que faltan en las dietas actuales, mejoraría la seguridad alimentaria en varios países, con opciones alimentarias más sanas y sostenibles».
El uso de ingredientes alternativos en las dietas animales permitiría aumentar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental no sólo a nivel local, donde la empresa cría y produce carne y productos animales, sino también a grandes distancias.
Maria Christina Rulli, catedrática de Hidrología y coordinadora del Glob3ScienCE Lab, añadió que una disminución de la demanda de piensos podría conducir a una menor importación de los mismos, lo que produciría beneficios económicos y socioambientales: «La producción de determinados piensos corresponde en realidad a una sobrepresión de los recursos hídricos y a la deforestación, con los consiguientes efectos sobre la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la pérdida de biodiversidad».
Disminución intersectorial de la demanda de cereales
Señaló que la disminución intersectorial de la demanda de cereales era especialmente importante dado que el suministro de estos cultivos estaba en peligro debido al conflicto entre Ucrania y Rusia, los efectos residuales de la pandemia del Covid 19 y las condiciones meteorológicas extremas inducidas por el cambio climático.
Así pues, el principal reto consiste en explorar piensos innovadores que puedan funcionar como alternativa a los convencionales
Nutrición innovadora
Luciano Pinotti, catedrático de Nutrición y Alimentación de la Universidad de Milán, añadió que, al convertir los forrajes y subproductos agrícolas en productos y servicios de alto valor añadido, la producción animal contribuye de forma fundamental a la bioeconomía: «A menudo se considera a la ganadería responsable de un importante impacto medioambiental global, por lo que es esencial replantearse en particular la alimentación animal, ya que es una de las principales razones de la competencia por los recursos.
«El enfoque debe consistir en desarrollar una «nutrición animal inteligente», en la que la investigación debe aportar soluciones para aumentar la producción de proteínas animales sin aumentar su huella medioambiental. De ahí la importancia de estudiar la nutrición animal no sólo en términos de competencia, sino también de sinergias y complementariedad con la nutrición humana, para optimizar la utilización de los nutrientes en la cadena alimentaria. Así pues, el principal reto es explorar piensos innovadores que puedan funcionar como alternativa a los convencionales, que posiblemente no compitan con la nutrición humana, que formen parte de la economía circular y que estén pensados con vistas a «una sola nutrición».
El estudio «Preserving global land and water resources through the replacement of livestock feed crops with agricultural by-products» se publica en la revista Nature Food– Preserving global land and water resources through the replacement of livestock feed crops with agricultural by-products | Nature Food