La alimentación de precisión mejora la economía de la producción y reduce los posibles efectos negativos sobre el medio ambiente. Investigadores canadienses estudiaron la precisión con la que podemos añadir fósforo a las dietas de las aves de corral.
El fósforo (P) -uno de los nutrientes más caros de los piensos para aves de corral- es un elemento esencial para las funciones corporales, la formación de huesos y la cáscara de los huevos. Sin embargo, la excreción fecal excesiva de fósforo se ha convertido cada vez más en un problema medioambiental debido al exceso de P en las raciones de las ponedoras. La suplementación con fitasa microbiana ayuda a minimizar la excreción excesiva al desbloquear el fósforo ligado a las plantas en los ingredientes del pienso. Cuando las aves de corral pueden utilizar más P del propio pienso, es necesario suplementar menos P en la dieta (en teoría). Esto disminuirá el riesgo de exceso de oferta y los costes de alimentación asociados y ejercerá menos presión sobre el medio ambiente
Reducir el P no fítico de la dieta
Un grupo de investigadores afiliados a la Universidad de Manitoba, en Canadá, planteó la hipótesis de que la suplementación con fitasa, junto con una reducción adecuada de los niveles de P inorgánico en la dieta, reduciría la excreción de P y lograría un rendimiento comparable al de las aves alimentadas con dietas con alto contenido de P sin fitasa. Así pues, se llevó a cabo un estudio para determinar los efectos de la suplementación con fitasa microbiana en dietas que contenían niveles de P no fitato en la dieta (NPP) inferiores a los requisitos del NRC (2,5 g/kg) sobre el rendimiento productivo, la bioquímica del plasma, la calidad de los huevos y los huesos y la excreción de P en gallinas ponedoras. Se realizó un ensayo de alimentación de 12 semanas (de 22 a 34 semanas de edad) con 48 gallinas ponedoras blancas Lohmann. Las aves fueron asignadas aleatoriamente a una de las 6 dietas a base de harina de maíz y soja y avena: dietas que contenían 2,0, 2,5 o 3,0 g/kg de NPP sin fitasa, y dietas que contenían 1,0, 1,5 o 2.0 g/kg de NPP con fitasa (1.000 U/kg de dieta) en las que se esperaba que la inclusión de la fitasa proporcionara 1,0 g/kg de NPP a las gallinas ponedoras, por lo que el tratamiento sin suplemento de fitasa sirvió de control para el tratamiento con suplemento de fitasa
Resultados con y sin fitasa
El peso y la producción de huevos, el consumo de pienso, el peso corporal y el índice de conversión alimenticia de las gallinas ponedoras alimentadas con dietas de bajo NPP suplementadas con fitasa fueron comparables a los de las gallinas alimentadas con controles de alto NPP no suplementados con fitasa. El grosor de la cáscara del huevo, la gravedad específica, las unidades Haugh, la densidad mineral ósea de la tibia, el porcentaje de cenizas de la tibia, el P plasmático y otros parámetros bioquímicos no fueron significativamente diferentes entre los tratamientos dietéticos. La ingesta, excreción y retención de P total se vieron afectadas por la dieta (P < 0,001), pero su deposición en los huevos no fue significativamente diferente. El análisis de contraste mostró además que la excreción de P total de la fitasa presente frente a la ausente se redujo en promedio en 40,4 mg/hen por día (P < 0,01). Además, la excreción total de P se redujo linealmente (P < 0,01) al reducirse el NPP de la dieta, y esta relación fue similar independientemente de que se suplementara o no con fitasa
Conclusión
Los resultados de este estudio indicaron que los niveles de NPP en las dietas de gallinas ponedoras podían reducirse a 1,0 g/kg (excluyendo la parte de NPP liberada por la fitasa) con la inclusión de fitasa, sin efectos negativos en el rendimiento productivo y la salud de las gallinas, reduciendo así la excreción de P al medio ambiente.
Este artículo es un resumen de un trabajo original: Effects of phytase supplementation on production performance, egg and bone quality, plasma biochemistry and mineral excretion of layers fed varying levels of phosphorus, por M. Jing et al, Universidad de Manitoba, Canadá, publicado en Animal, Volumen 15, Número 1, Enero 2021.