El aumento de los costes de explotación podría llevar a la quiebra a muchos cerealistas rusos en la actual campaña, según ha declarado Arkady Zlochevsky, presidente de la Unión Rusa de Cereales, durante una rueda de prensa en Moscú.
Las principales preocupaciones están relacionadas con los precios de las semillas, que se han disparado al limitar el Gobierno las importaciones de los países occidentales.
El gobierno ruso ha impuesto cuotas de importación de semillas procedentes de países considerados hostiles a finales de enero. Según las nuevas normas, los agricultores rusos podrán importar 33.100 toneladas de semillas hasta el 31 de diciembre de 2024. La cuota de importación de semillas de maíz se fija en 5.000 toneladas, la de cebada en 600 toneladas, mientras que las cuotas de semillas de trigo y soja son nulas.
En 2023, Rusia importó 57.700 toneladas de semillas, la mayor parte de las cuales procedían de países occidentales.
La importación de semillas, en ebullición
Las cuotas existentes se han repartido entre los granjeros rusos, aunque Zlochevsky calificó el reparto de «injusto» Reveló que los agricultores sin experiencia en el trato con las agencias gubernamentales no consiguieron las cuotas necesarias para mantener sus operaciones sin problemas.
Como resultado, se han acumulado grandes reservas de semillas en los almacenes de las aduanas rusas, dijo Zlochevsky. Los lotes pedidos antes de que el gobierno aplicara las cuotas de importación deben devolverse al remitente o destruirse.
Turbulencias en los precios
Las cuotas de importación provocaron una subida de precios en el mercado ruso. En comparación con el año anterior, el precio medio de las semillas casi se duplicó, según Zlochevsky. El coste del combustible y de los productos fitosanitarios ha disminuido recientemente, pero esto sólo ha compensado en parte las pérdidas de los agricultores debidas al aumento del precio de las semillas.
La sustitución de importaciones es realista
Zlochevsky afirmó que el paso de la producción rusa a las semillas nacionales en general es una decisión acertada. No obstante, advirtió del peligro de utilizar las restricciones a la importación como impulso para el desarrollo de la producción nacional de semillas.
En primer lugar, hay que establecer un régimen especial para el desarrollo de semillas nacionales, de modo que nuestros obtentores puedan obtener una genética competitiva. Es un objetivo realista, aunque llevará tiempo
Arkady Zlochevsky, presidente de la Unión Rusa de Cereales
Rentabilidad decreciente
Alexander Korbut, analista independiente del mercado de cereales, declaró a la publicación local Agroinvestor que la rentabilidad media de la agricultura rusa se ha visto reducida por tercer año consecutivo. Mientras los precios contractuales se fijan en el nivel de 2020, los costes operativos aumentan de forma generalizada. La mala salud financiera de la industria cerealista rusa dificulta las inversiones.
El gobierno ruso proporciona importantes ayudas estatales, pero son insuficientes para garantizar por sí solas el desarrollo de la industria a largo plazo, afirmó Korbut.