La Asamblea Nacional de Francia ha aprobado una enmienda por la que se exige que todos los «alimentos comercializados en Francia» deben ser etiquetados si se ha utilizado algún producto OGM en su producción.
La enmienda, propuesta por el grupo de ONG ambientalistas France Nature Environment, tomó a muchos interesados por sorpresa cuando fue aprobada después de una estrecha votación en la Asamblea la semana pasada. La propuesta tendrá un impacto en los productores de toda la cadena de suministro de alimentos. La industria de los piensos en particular se verá afectada por el cambio, ya que es probable que el suministro de piensos no modificados genéticamente a una escala relevante sea catastróficamente caro.
Impacto en el sector de la alimentación animal
Según la enmienda, las etiquetas tendrían que indicar si un animal ha sido alimentado con OGM, incluyendo «alimento de origen animal alimentado con OGM». Según el texto, esto tiene por objeto específicamente rectificar la situación actual en la que los animales alimentados con OGM, que constituyen la mayor parte de la cabaña francesa, no tienen que ser etiquetados como que contienen OGM. La etiqueta «Alimentado con OGM» se aplicaría tanto a los productos básicos (como los productos cárnicos, los huevos y los productos lácteos) como a los productos elaborados con estos componentes.
Posición de Francia en la UE
La reacción a la enmienda ha sido mixta. Dentro del gobierno, existen preocupaciones sobre la compatibilidad de la propuesta con la legislación de la UE, ya que el Ministro de Agricultura francés Stéphane Travert sugiere que la aplicación de la propuesta podría violar los requisitos europeos de etiquetado y debilitar la mano de Francia en el avance de tales propuestas a nivel de la UE. «El hecho de que este asunto esté ahora consagrado en la ley podría debilitar nuestra experimentación a nivel europeo», dijo.
«Victoria para los consumidores»
Entre los partidarios de la propuesta se encuentra Barbara Pompili, actual Presidenta de la Comisión de Desarrollo Sostenible, que inició la enmienda. Ella dijo que la enmienda permitiría al gobierno «valorar mejor el trabajo de nuestros agricultores», y que representa «un importante progreso para la información del consumidor (OGM, métodos de cultivo, origen, tratamientos)». El voto también fue acogido por activistas, incluyendo la ONG CIWF Francia, que lo calificó como una «victoria para los consumidores».
Antes de que la enmienda se convierta en ley, debe pasar primero por el Senado, donde está previsto que se revise la semana que viene el 11 de junio. Si tiene éxito, la ley entrará en vigor para todos los productos el 1 de enero de 2023.