La nutrición es clave para las vacas de transición

La gestión nutricional de las vacas durante el período de transición puede tener efectos sustanciales en el éxito reproductivo. Esto se concluyó a partir de una amplia revisión de la literatura.

El mal rendimiento reproductivo de las vacas lecheras en período de lactancia es un trastorno complejo que refleja las asociaciones con la intensificación de la producción y el aumento de la producción de leche. Sin embargo, es difícil determinar una base causal de la disminución de la fertilidad, ya que la genética y el medio ambiente han cambiado notablemente en los últimos decenios. Las influencias nutricionales en la fertilidad han sido examinadas y revisadas con frecuencia, pero se producen dificultades e inconsistencias en el diseño de los estudios. Los estudios deben contar con un gran número de unidades experimentales para identificar diferencias biológica y económicamente importantes en la proporción de vacas preñadas. Las influencias nutricionales durante el período de transición pueden ser de particular importancia, pero es evidente que el efecto de la dieta en la fecundidad durante este período es complejo y multifactorial. El objetivo del presente estudio fue utilizar información dietética cuidadosamente descrita en la bibliografía disponible para estudiar los efectos de la dieta durante el período de transición en las medidas de la preñez y el intervalo entre partos y la preñez, así como identificar los factores que pueden explicar la variación de esas respuestas. En esta investigación se examinaron 118 dietas contenidas en 39 experimentos para ver cuáles eran los efectos en las intervenciones nutricionales alimentadas durante el período de posparto temprano.

Mayor producción de leche, menor fertilidad

En la extensa bibliografía se ha observado que las vacas con mayor producción de leche suelen tener una menor fertilidad, y que la selección genética para aumentar la producción puede reducir la fertilidad. Aunque no se examinaron las diferencias genéticas en este conjunto de datos, los investigadores identificaron asociaciones entre el aumento de la grasa de la leche (kg/d) y la producción de proteínas (kg/d) con reducciones en la proporción de preñez, la producción real de leche (kg/d) y la producción de proteínas de la leche (100 g/d) con un mayor intervalo entre partos y preñez. También encontraron que la producción de proteínas en la lactancia muy temprana (primeras 3 semanas de lactancia) se asociaba positivamente con la proporción de primeros servicios que daban lugar al embarazo, y otros identificaron asociaciones positivas entre el porcentaje de proteína de la leche y la mejora del rendimiento reproductivo. Estos hallazgos, en general, ponen de relieve las posibles diferencias entre los experimentos realizados a nivel individual y los realizados a nivel de grupo. A medida que aumenta la producción de proteína de la leche en un grupo de vacas, cabe esperar que las ingestas de nutrientes se ajusten más a las pérdidas de nutrientes, mientras que el individuo del rebaño con mayor producción puede tener una mejor adaptación fenotípica al entorno que permita un mayor rendimiento y porcentaje de proteína de la leche.

Enfoque en el equilibrio de nutrientes y el BCS

La disponibilidad de los nutrientes que pueden asignarse a la reproducción no sólo está determinada por la dieta inmediata (es decir, la ingesta inmediata de nutrientes en forma de ingesta de materia seca (ISM)), sino también por las reservas endógenas de tejido corporal, reflejadas en el peso corporal lábil (PBC) y en la puntuación de la condición corporal (PCS). Por lo tanto, el DMI antes y después del parto es un determinante clave de la disponibilidad de nutrientes exógenos. La pérdida irreversible de nutrientes en la producción de leche y el uso de nutrientes para el mantenimiento y el crecimiento disminuye la reserva de nutrientes disponible para la reproducción. La diferencia entre la ingesta y el gasto de la dieta determina el equilibrio de nutrientes, y si se produce un equilibrio negativo se agotan las reservas endógenas. Muchos estudios han examinado los efectos del balance energético negativo estimado en la fertilidad. La duración y la gravedad de un balance energético negativo al comienzo de la lactancia están determinadas en gran medida por el DMI en torno al parto y la producción de leche. El balance energético estimado (MJ/d) se asoció, como se había previsto, de forma positiva con una mejor proporción de preñez y un intervalo más corto entre el parto y el embarazo. Un mejor equilibrio energético durante las primeras 3 ó 4 semanas de lactancia reduce el intervalo hasta la primera ovulación y aumenta la probabilidad de embarazo en la siguiente cría. Un nivel excesivamente bajo o alto de SCB en el parto, o pérdidas extremas de peso corporal o de SCB en la lactancia temprana, suelen estar asociados con resultados reproductivos perjudiciales.

Importancia de las proteínas y los aminoácidos

Aunque menos explorado que el equilibrio de la energía metabolizable (EM), el equilibrio de las proteínas metabolizables (MP) también es importante para el éxito de la reproducción. En este estudio de revisión, la mejora del equilibrio de MP en la lactancia temprana tendió a aumentar la proporción de embarazos. El aumento de la ingesta de proteína cruda (PC) puede aumentar la pérdida de nutrientes a través del aumento de la producción de leche y tener efectos negativos en la fertilidad, en asociación con mayores concentraciones de nitrógeno ureico en la sangre. El aumento del contenido de CP en la dieta no aumenta necesariamente la disponibilidad de MP, pero la disminución de la degradabilidad de la proteína o el aumento de la fermentabilidad de la dieta pueden ser más eficaces para aumentar la disponibilidad de MP. En el examen también se destaca que las alteraciones de las proteínas alimentarias pueden no sólo afectar al equilibrio del MP, sino también a la composición de aminoácidos específicos (AA) y al suministro de AA metabolizables. Las funciones específicas de los AA en el rendimiento reproductivo no están bien definidas. Se ha sugerido que la lisina y la metionina son los AA más coadyuvantes en la producción, y que la suplementación de éstos puede aumentar el rendimiento de la leche, pero los resultados no son coherentes. La suplementación de las vacas lactantes con metionina o lisina protegida en el rumen ha tenido efectos positivos o insignificantes en los resultados reproductivos.

Efectos positivos de los ácidos grasos

La lipólisis microbiana y la biohidrogenación en el rumen aseguran que la ingesta de ácidos grasos y los disponibles para su absorción en el duodeno difieren; por lo tanto, estas cuestiones se examinaron por separado. Las grasas no sólo proporcionan una fuente de energía sino que también son precursoras esenciales de las hormonas esteroides, y los efectos beneficiosos de la grasa se han observado independientemente del suministro de energía. Los investigadores de este examen observaron que la ingesta de muchas de las grasas (C14:0, C16:1, C18:0, C18:1 trans, C18:1 cis, y otras, g/d) se asociaba unívocamente con una mayor proporción de vacas preñadas. No se encontró ninguna asociación entre el C18:3 identificado con la proporción de vacas preñadas, pero los ácidos grasos presentes en el aceite de pescado, el ácido docosahexaenoico, el ácido docosapentaenoico y el ácido eicosapentaenoico se incluyen en los otros ácidos grasos asociados con la proporción de vacas preñadas.

El papel de los carbohidratos

Los carbohidratos son importantes fuentes de energía para las vacas, así como para los microorganismos del rumen y, en general, aumentan la eficiencia de la utilización de las proteínas y la producción de proteínas microbianas. Sin embargo, el aumento de las concentraciones de carbohidratos rápidamente fermentables puede aumentar el riesgo de acidosis. El tipo de carbohidrato también influye en el riesgo de acidosis, ya que los azúcares suponen un mayor riesgo que los almidones. Por consiguiente, los carbohidratos tienen efectos positivos y negativos en la fertilidad. En análisis univariables se identificaron las asociaciones positivas del porcentaje de almidón y la ingesta (kg/d), posiblemente debido a una tasa de fermentación más lenta que la de los azúcares, y las asociaciones negativas del porcentaje de fibra soluble y la ingesta (kg/d) de azúcar con la proporción de embarazadas. En el examen también se mencionó que en el análisis univariable se encontró una asociación negativa entre el aumento de la ingesta de FND físicamente efectiva estimada por el MPC (kg/d) y la proporción de embarazadas. La única variable que permaneció en los modelos multivariables fue el efecto de la ingesta de azúcar (kg/d), que se asoció negativamente con la proporción de vacas preñadas. La acidosis ruminal puede disminuir la fertilidad al reducir la ingesta de alimentos, produciendo una acidosis metabólica que conduce a una alteración perjudicial del medio uterino, estimulando la inflamación que induce la liberación de prostaglandinas y dando lugar a la luteólisis en un proceso análogo al de la mastitis.

Conclusiones

Este estudio destaca varios hallazgos importantes para futuras investigaciones sobre los efectos de la nutrición de transición en la fertilidad. Confirma que el manejo nutricional de las vacas durante el período de transición puede tener efectos sustanciales en el éxito reproductivo, y este hallazgo es coherente con estudios meta-analíticos anteriores en esta área. En general, este estudio confirmó los resultados anteriores de que la ingesta excesiva de proteínas puede perjudicar la fertilidad, pero que un balance positivo de MP es coherente con una mejor fertilidad. Sin embargo, puede ser necesario aumentar la ingesta de proteínas cuando se alimenta con grasas, y otros trabajos sugieren la necesidad de controlar el equilibrio de MP antes del parto. Es necesario seguir estudiando el papel de los AA metabolizables específicos. Este estudio también identificó, de manera crítica, los posibles efectos de fracciones específicas de carbohidratos, especialmente el azúcar (kg/d), el almidón (kg/d) y el NDF físicamente efectivo (kg/d) en los resultados reproductivos.

Este artículo es un breve resumen del documento original: Efectos de la nutrición en la fertilidad de las vacas lecheras lactantes, por R.M. Rodney, P. Celi, K. Breinhild, J.E.P. Santos e I.J. Lean, publicado en el Journal of Dairy Science, volumen 101, número 6.

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