Joe Biden ha sido declarado ganador de las elecciones de Estados Unidos en 2020, y el actual presidente Donald Trump cuestiona ahora los resultados. Las compañías están evaluando escenarios y formando planes de acuerdo a cómo cada administración estabilizaría la economía mientras lucha contra Covid-19. Un cambio en el asiento del poder en Washington DC puede enviar ondas a través del mundo.

Ambos candidatos han hecho promesas de campaña para proteger la industria americana. A medida que los países intentan cerrar sus fronteras a las importaciones, cada mercado tiene el potencial de desarrollar un precio único, y las reglas de la oferta y la demanda mundiales dejan paso a micro economías localizadas. A medida que la oferta mundial pasa a depender de la producción local en detrimento de las importaciones, Glowlit ve el impacto de estos anuncios (y rumores) en el precio.

Vemos el impacto de la regulación sobre la Metionina desde las investigaciones antidumping en los Estados Unidos (aún en curso) y China (completadas) hasta la reorganización de las instalaciones de producción en todo el mundo por Evonik. Las compañías gastan enormes recursos tratando de entender el impacto de estas políticas en sus resultados.

Si bien los organismos reguladores pueden tener un impacto sustancial en la oferta, existe un límite a la cantidad de regulación que puede modificar la demanda. Las empresas multinacionales pueden cambiar sus rutas de suministro para tener en cuenta los impuestos y las tarifas, pero la demanda local siempre se verá afectada por el número de animales que los ganaderos necesitan para alimentarse, tanto si se puede satisfacer como si no. Si bien vivimos en un clima político incierto, es la peste porcina africana la que ha cambiado drásticamente el panorama de la demanda. La estrategia empresarial debería centrarse en la distribución de la demanda como la variable más relevante en su cadena de suministro.