Las nubes de langostas del tamaño de una ciudad están desatando el caos a medida que descienden sobre los cultivos y las tierras de pastoreo en 7 países del África oriental.
Según los expertos, el clima prolongado y excepcionalmente húmedo es el principal culpable, lo que hace que prosperen cientos de miles de millones de estos insectos, las langostas del desierto.
Estos insectos pueden viajar hasta 150 km por día y se consideran la plaga migratoria más destructiva del mundo. Un enjambre que cubre 1 kilómetro cuadrado contiene de 40 a 80 millones de insectos, y debido a que la langosta del desierto consume su propio peso en vegetación todos los días, un enjambre puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que unas 35.000 personas, lo que supone una grave amenaza tanto para los cultivos como para las tierras de pastoreo.
…lo peor del brote puede estar aún por venir», – Keith Cressman, FAO.
El Servicio de Información sobre la Langosta del Desierto de la FAO afirma que se trata del peor brote que ha afectado a Etiopía y Somalia en 25 años y la peor infestación que ha sufrido Kenya en 70 años. Djibouti y Eritrea también se han visto afectados, y se ha informado de la presencia de langostas en el sur del Sudán, Uganda y Tanzania. Millones de personas dependen de la agricultura y la ganadería para su supervivencia en esta región. Lamentablemente, lo peor del brote puede estar aún por venir, dice Keith Cressman, experto superior en previsión de langostas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Para junio, teme que las langostas del desierto hayan multiplicado su número por 400. La ONU ha advertido de una catástrofe inminente. «La posible amenaza a la seguridad alimentaria y a los medios de vida en la región no tiene precedentes. En un país como Etiopía, el 80% del país depende de la agricultura. En Kenya, el 75% de la población depende de las actividades agrícolas. Estas langostas están atacando los cultivos y pueden tener consecuencias extremadamente devastadoras para las poblaciones que ya son vulnerables», dice Cressman, añadiendo que esta placa llega en un momento terrible. Pronto las langostas formarán la próxima generación y esto coincidirá con la temporada de siembra que está a punto de comenzar. Los agricultores no podrán plantar o retrasarán la plantación, lo que afectará a las cosechas. Tiene impactos terribles, dice Cressman. En el último repunte se necesitaron 12 millones de dólares para controlar la situación.