El interés por los insectos como alimento y pienso ha aumentado de forma espectacular en la última década. Las larvas de la mosca soldado negra son potencialmente una fuente de proteínas más adecuada y sostenible, ya que pueden cultivarse a partir de desechos y flujos residuales de la producción de alimentos, afirman los investigadores de la Universidad e Investigación de Wageningen y la Universidad de Leiden (Países Bajos). Realizaron un ensayo para determinar el efecto en los cerdos alimentados con larvas de mosca soldado negra en comparación con la harina de soja

Nuestra publicación hermana Pig Progress habló con el investigador principal, el Dr. Soumya Kanti Kar, científico de rendimiento intestinal y salud animal de Wageningen Livestock Research, para saber más sobre el ensayo y lo que se descubrió

Camino: Harina de soja frente a larvas de insectos en dietas para cerdos

El ensayo de alimentación se realizó con dos grupos de cerdos en crecimiento. Un grupo fue alimentado con una dieta con harina de soja normal como fuente de proteínas, mientras que el otro fue alimentado con una dieta con larvas de mosca soldado negra como fuente de proteínas

Los datos del ensayo se recopilaron sobre la microbiota del intestino delgado y los metabolitos en la sangre de los cerdos. «Esto se llama el enfoque FeedOmics», dijo el Dr. Kar, señalando que este enfoque ayuda a determinar el impacto de la dieta a nivel local (en los intestinos) y sistémico (en la sangre). «FeedOmics proporciona así una instantánea detallada y completa de la respuesta a una dieta basada en la mosca soldado negra en los cerdos»

Efecto positivo en la salud de los cerdos y de las personas

«Los cerdos alimentados con larvas de insectos tenían mayores niveles de bacterias Bifidobacterium, que han demostrado tener un efecto positivo en la salud humana y animal. También encontramos pruebas de que la dieta de los insectos era capaz de suprimir las bacterias dañinas. Además, los perfiles de metabolitos de aminas en el plasma sanguíneo mostraron la capacidad de las larvas de la mosca soldado negra de aportar propiedades funcionales que podrían ser beneficiosas para la salud y el rendimiento de los cerdos, más allá de su capacidad de proporcionar aminoácidos como bloques de construcción para la síntesis de proteínas», dijo el Dr. Kar

Por lo tanto, las larvas de la mosca soldado negra promueven el crecimiento de taxones microbianos intestinales que son indicadores de un intestino sano o que se reconocen como microbios beneficiosos que tienen efectos positivos en la salud de los cerdos

«Los cerdos en crecimiento alimentados con larvas de mosca soldado negra parecen estar tan sanos, o incluso más, que sus homólogos alimentados con una dieta basada en harina de soja».

Un enfoque en la salud intestinal

El tracto gastrointestinal del ganado es el lugar donde se produce la digestión y la absorción de nutrientes. La disponibilidad adecuada de nutrientes en una proporción equilibrada es una piedra angular para una producción animal eficiente y sostenible, dijo el Dr. Kar

«Sin embargo, hay otras funciones del intestino asociadas a su función de barrera y a la presencia de un amplio microbioma. El microbioma desempeña un papel en el desarrollo inmunitario del ganado y en su capacidad para responder a los retos sanitarios y nutricionales. Además, el microbioma intestinal y sus metabolitos se comunican con otros órganos y tejidos del cuerpo e influyen en sus respuestas y su metabolismo. El buen funcionamiento del tracto digestivo con sus múltiples funciones y el apoyo a la salud intestinal son, por tanto, cruciales para la productividad, la salud y el bienestar del ganado.»

La UE autoriza los piensos derivados de insectos para cerdos y aves de corral

«Los resultados de este proyecto son prometedores», dijo el Dr. Kar. «Estos descubrimientos ayudarán a las partes interesadas en la ganadería en su búsqueda de fuentes de proteínas alternativas sostenibles», dijo, y añadió que los resultados llegan en un momento oportuno, ya que los estados miembros de la Unión Europea han decidido permitir la alimentación de proteínas derivadas de insectos en las dietas de aves de corral y cerdos. «Esta decisión de la Comisión Europea dará, sin duda, un importante impulso a esta floreciente industria, que se espera que se multiplique por diez hasta superar los 4.100 millones de dólares en 2025», señaló el Dr. Kar.

Este estudio, titulado «Local intestinal microbiota response and systemic effects of feeding black soldier fly larvae to replace soybean meal in growing pigs» (Respuesta de la microbiota intestinal local y efectos sistémicos de la alimentación de larvas de mosca soldado negra en sustitución de la harina de soja en cerdos en crecimiento), se publica en Scientific Reports, una publicación de Nature

Una sustitución completa de la harina de soja

En el estudio, los científicos escribieron: «Basándonos en nuestros resultados, podemos concluir que las larvas de la mosca soldado negra pueden sustituir por completo al SBM en la dieta de los cerdos de engorde. Nuestro resultado sugiere que el pienso de los insectos puede ser incluso más saludable que la soja». También hay suficientes pruebas científicas y resultados obtenidos en la última década con la alimentación de las larvas de la mosca soldado negra para las aves de corral y los peces»

Tiene un precio

El coste de la proteína de los insectos es de 2 a 3 veces mayor que el de las fuentes convencionales de proteína para la alimentación animal: «Por esta razón, el mercado se está orientando hacia los insectos no como alimento a granel, sino como producto especializado en la alimentación animal para mejorar la salud y el bienestar de los animales. La singularidad de nuestra investigación es que respalda la idea de utilizar larvas de mosca soldado negra como ingrediente proteico y demuestra la funcionalidad que beneficia a la salud y la productividad de los cerdos de engorde. Sin embargo, para determinar la relevancia práctica, también deben abordarse las cuestiones de coste-precio asociadas a las larvas de mosca soldado negra como alimento.»

El


artículo en Nature Scientific Reports

fue escrito por Soumya K. Kar, Dirkjan Schokker, Leo Kruijt, Mari A. Smits y Alfons J.M. Jansman, de la Universidad e Investigación de Wageningen, Países Bajos; y Amy C. Harms, de la Universidad de Leiden, Países Bajos.