Los efectos adversos de las micotoxinas en las aves de corral son múltiples y constituyen un peligro claro y persistente. En particular, las micotoxinas pueden reducir la fertilidad de las aves o la incubabilidad/calidad de los huevos. En un nuevo documento técnico sobre este tema se profundiza en los efectos y soluciones de las micotoxinas en las aves de corral.
Todas las más de 400 micotoxinas identificadas hasta ahora tienen diferentes estructuras químicas/modos de acción y diferentes efectos en varias especies. Aunque a menudo trabajan en sinergia, vale la pena mirar su impacto individual también. Las 4 familias de micotoxinas más impactantes para las aves de corral son (Tabla 1):
- Aflatoxinas,
- Ocratoxinas,
- Fumonasinas y
- Tricotecenos
El daño económico de las micotoxinas
Las aflatoxinas causan un gran daño económico por una variedad de efectos en las aves de corral, como la disminución del aumento de peso, la escasa eficiencia de los alimentos, el aumento de la grasa del hígado, los cambios en el peso de los órganos, la reducción de los niveles de proteína sérica y la mala pigmentación. Las aflatoxinas también pueden afectar a las gallinas ponedoras y provocar una reducción de la producción de huevos, una mala calidad de los mismos y un aumento de la mortalidad de las gallinas con problemas.
Las ocratoxinas son un grupo de metabolitos estructuralmente relacionados que son producidos por hongos pertenecientes a los géneros Aspergillus y Penicillium. La ocratoxina A (OTA) es la micotoxina más prevalente de este grupo y la más tóxica para las aves de corral. La disfunción renal causada por esta micotoxina provoca un aumento del consumo de agua y, por tanto, un aumento de la humedad del estiércol. Al igual que las aflatoxinas, la OTA también puede causar agrandamiento y alteración del color del hígado de los animales afectados.
Afectando el sistema inmunológico de las aves
Las fumonisinas se producen en todo el mundo pero se encuentran con frecuencia en países de clima tropical o subtropical como el Brasil y los países del Asia sudoriental y Europa meridional en los piensos a base de maíz. En el pasado, las fumonisinas no se consideraban una amenaza para la industria avícola. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que esos metabolitos tóxicos tienen repercusiones en los sistemas inmunológico y digestivo de las aves.
Las micotoxinas del tricoteceno son un grupo de metabolitos de hongos con la misma estructura básica de columna vertebral e incluyen la toxina T-2, la toxina HT-2, el diacetoxiscirpenol (DAS), el monoacetoxiscirpenol (MAS) y la DON (vomitoxina). Cuando se combinan, la DON y la T2 tienen un impacto negativo severo en el tracto gastrointestinal, la mucosa, el plumaje y la función inmunológica, causando necrosis y hemorragia del tracto digestivo, disminución de la producción de sangre en el hueso y el bazo, y cambios en los sistemas reproductivos.
Ganar la guerra antes de que comience
No podemos eliminar las micotoxinas por completo, pero hay muchas cosas que se pueden hacer para controlar la situación. Sólo por nombrar algunas:
Buena gestión de la tierra: Se ha demostrado que una gestión eficaz de la tierra reduce drásticamente la carga de micotoxinas antes de la cosecha.
Prevenir/minimizar el riesgo de micotoxinas durante el almacenamiento de los granos: Tenga en cuenta que junto a la humedad, la temperatura tendrá un efecto sobre el crecimiento y la actividad de los hongos.
Pruebas adecuadas de los piensos y las materias primas: Las micotoxinas pueden aparecer en los piensos a pesar de los resultados analíticos negativos. Por lo tanto, la frecuencia de muestreo es importante.
Uso de aditivos alimentarios antimicotoxinas: Esto se utiliza a menudo como medida preventiva. Sin embargo, asegúrese de utilizar las tasas de inclusión adecuadas.
Lea más sobre las micotoxinas en las aves de corral y cómo controlarlas en el nuevo libro blanco de Cargill.