El consumo de carne no conduce necesariamente a la ingestión de bacterias resistentes a los antibióticos. En su lugar, los humanos tienden a transferir estos bichos resistentes por sí mismos, según una nueva investigación de los Países Bajos.
La investigación (en holandés) se centró en las Beta-Lactamasas de Espectro Extendido (ESBL), enzimas que pueden degradar ciertos tipos de antibióticos. Una conocida bacteria capaz de producir ESBL es la E. coli. El estudio fue un esfuerzo ampliamente respaldado, llevado a cabo por la Universidad y el Centro de Investigación de Wageningen, la Universidad de Utrecht, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos (RIVM), el hospital académico UMC Utrecht y el Servicio de Salud Animal (GD).
Penicilinas y cefalosporinas
Se hace más difícil tratar a los animales y a los humanos con antibióticos como penicilinas o cefalosporinas, en caso de que estas personas estén infectadas con bacterias capaces de crear ESBL, escribieron los investigadores, explicando el contexto de la investigación. Además, las bacterias son capaces de transmitir la información del ADN, permitiendo que otras bacterias también produzcan ESBL.
El estudio se centró en cómo funciona esta distribución en la práctica. En total, los investigadores examinaron 39 tipos diferentes de fuentes y concluyeron que los ESBL pueden encontrarse en cualquier lugar: en animales, humanos y en el medio ambiente. Encontraron que cerca del 5% de los humanos son portadores de ESBL. No siempre enferman, pero son capaces de infectar a otros humanos. Los ESBL también se encontraron en cerdos, mascotas, aves acuáticas, aves de corral y ganado vacuno.
Los humanos están infectados por otros humanos
Después del análisis genético quedó claro que los ESBL en los humanos enfermos se parecían a los de los humanos sanos, más que a los del ganado y la carne.
Esto indica que los humanos están mayormente infectados por otros humanos y no tanto por animales o carne. Además, la carne contiene ESBL, pero las posibilidades de contaminación son mínimas si se prepara higiénicamente y se cocina bien.
Excepción: productores de ganado
Los productores de aves de corral y cerdos, así como los empleados de los mataderos, fueron una excepción en el sentido de que tienen un mayor riesgo de ser portadores de ESBL. Los tipos de bacterias ESBL mostraron una fuerte similitud con las de su propio ganado y se diferenciaron de las de otros miembros de la población. Esto sugiere que el contacto con el ganado es la ruta de transmisión más probable.
Esto se reflejó en el hecho de que el 27% de las personas que trabajan en la producción de cerdos son portadores de ESBL, una gran diferencia con el 5% aproximado de toda la sociedad en los Países Bajos. Esto está relacionado tanto con el contacto con los animales como con la transmisión a través del polvo.
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Los investigadores también examinaron el medio ambiente, ya que el agua de los ríos o arroyos a menudo contiene restos de ESBL de las alcantarillas o del estiércol. De todas las muestras, el 67% dieron positivo en ESBL. No obstante, el estudio concluyó que las posibilidades de contaminación son relativamente mínimas ya que las concentraciones son bajas. Los vecinos de las explotaciones ganaderas también pueden estar en contacto con los ESBL a través del aire, ya que parecen tener más posibilidades de ser portadores de las enzimas.
Bacterias vs. antibióticos
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la producción de ESBL por parte de las bacterias es el resultado de una continua «batalla armada» entre las bacterias y los antibióticos que se utilizan para contenerlas. El uso responsable de los antibióticos tanto en medicina humana como animal debería ser una medida importante para reducir la propagación de los ESBL, concluyeron.