Los fitógenos mejoran la eficiencia energética de los rumiantes

EFICIENCIA ALIMENTARIA

La eficiencia de la utilización de la energía en los rumiantes codetermina la rentabilidad de la producción de carne, así como su impacto medioambiental. Mediante la selección genética y el desarrollo de nuevas tecnologías y metodologías se puede mejorar la eficiencia de los rumiantes que convierten la energía de los piensos en carne para el consumo humano.

La eficiencia de la utilización de la energía en los rumiantes es un factor determinante de la rentabilidad de la producción de carne, así como de su impacto medioambiental. Por ello, lleva mucho tiempo siendo una preocupación para los nutricionistas y ganaderos. Gracias a la selección genética y al desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías y metodologías, los zootécnicos y los productores han mejorado la eficiencia de los rumiantes a la hora de convertir la energía de los piensos en carne para el consumo humano

Eficiencia energética

Los rumiantes dependen de los microorganismos, a través de la fermentación ruminal, para la digestión. Durante la fermentación ruminal, las bacterias producen subproductos que pueden afectar a la eficacia de la digestión. Además, los rumiantes tienen unas necesidades de mantenimiento elevadas en comparación con el resto del ganado (más del 50% de su ingesta de alimentos). Si se compara la producción de carne mediante la cría de ganado con la de otros animales, la eficiencia energética simple suele ser menor debido a su dependencia del forraje y los coproductos fibrosos como alimento y al papel de la fermentación en su digestión. Además, la deposición de grasa y carne es más costosa energéticamente que la producción de leche, lo que provoca algunas diferencias incluso entre los rumiantes.

Trastorno metabólico: Acidosis

La alimentación con dietas de alta concentración favorece el crecimiento del ganado vacuno, pero una cantidad excesiva de almidón de rápida fermentación podría provocar una acidosis ruminal subaguda (SARA). Este sistema de alimentación intensiva requiere un buen control de la fermentación ruminal, ya que las dietas del ganado vacuno son muy pobres en fibra, lo que repercute en las actividades de masticación y rumiación y en la producción de saliva, reduciendo así la capacidad fisiológica de amortiguación del animal. Uno de los impactos más significativos de la acidosis en el ganado vacuno es la disminución de la ingesta de materia seca, que repercute directamente en el rendimiento de los animales. Esta depresión alimentaria está relacionada con la hipomotilidad ruminal por la acción directa de los ácidos grasos volátiles (AGV), ya que los receptores químicos del epitelio envían una señal de retroalimentación al cerebro para reducir la motilidad ruminal.

Además, los abscesos hepáticos graves, derivados de la acidosis, pueden reducir la ganancia diaria en un 11% y la eficiencia alimentaria en un 9%. La diarrea también se asocia con frecuencia a la acidosis, generalmente junto con material alimenticio no digerido. El deterioro de la función ruminal en cuanto a la rumia, la descomposición bacteriana y el tránsito conduce a cambios en los aspectos fecales

A la hora de formular dietas para el ganado vacuno, debemos tener en cuenta la cantidad total de almidón y la degradabilidad ruminal de los granos de cereales. Podemos considerar 2 tipos de fuentes de almidón según la tasa de degradación del almidón:

  1. Almidón de degradación rápida en granos y raíces: yuca, trigo, cebada y triticale.
  2. Almidón de degradación lenta en granos y raíces: arroz, maíz, sorgo y patatas.

Digestión intestinal del almidón

Como se ha mencionado anteriormente, el almidón de los cereales es la principal fuente de energía en la dieta del ganado altamente productivo. En la mayoría de los cereales, el 90% o más del almidón se fermenta generalmente en el rumen. El almidón que escapa a la fermentación y pasa al intestino delgado puede ser más resistente a la digestión enzimática. Por término medio, entre el 35% y el 60% del almidón que entra en el intestino delgado se degrada allí. Sin embargo, en el caso del maíz y el sorgo es diferente. Debido a una tasa de digestión del almidón más lenta, hasta el 40% del almidón del maíz puede escapar ocasionalmente de la fermentación en el rumen. Esto debe tenerse en cuenta ya que se ha cuestionado la capacidad del intestino delgado de los rumiantes para digerir grandes cantidades de almidón, como consecuencia de los bajos niveles de amilasa pancreática, maltasa intestinal e isomaltasa, pero también por la baja absorción de glucosa. Los tratamientos físicos repercuten en el coste de las dietas, pero pueden aumentar la fermentación del almidón en el rumen y la digestibilidad en el intestino. Los tratamientos más frecuentes son la molienda, el peletizado, el laminado en seco o al vapor, el escamado al vapor, la extrusión, el reventado y la fermentación.

Figura 1 – Ensayo de Actifor Power con 139 toros jóvenes Charolais durante 290 días (Italia, 2016).

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Aditivos alimentarios fitogénicos en el ganado vacuno

Además de una buena gestión y una dieta bien equilibrada, una de las mejores formas de reducir los costes de alimentación y mejorar la eficiencia alimentaria del ganado de engorde es utilizar aditivos alimentarios fitógenos. Sustancias como las saponinas, los aceites esenciales y las especias mejoran la eficiencia alimentaria y, por tanto, el rendimiento del ganado vacuno

La formulación única de Actifor Power tiene un impacto considerable en el rendimiento del ganado vacuno, ya que los ingredientes fitógenos de su composición reducen la tasa de degradación del almidón en el rumen y estimulan la producción de saliva. Estas dos acciones combinadas contribuyen a estabilizar las condiciones fisiológicas del rumen.

También puede optimizar la digestión intestinal del almidón, mejorar la utilización del almidón de derivación, mejorar la eficiencia energética de las dietas del ganado vacuno y reducir las pérdidas por las heces. La tabla 1 ilustra los efectos beneficiosos de esta innovadora solución fitogénica sobre los parámetros de digestibilidad de la fibra y el almidón. La conversión de la energía del pienso en producto final es un determinante esencial de la rentabilidad de la producción de carne. Una de las principales fuentes de variación en la conversión de la energía del pienso en energía neta (EN) en el ganado vacuno es el grado de digestibilidad del pienso. Así, los aditivos fitógenos mejoran la digestibilidad del alimento y, por tanto, el índice de conversión del alimento (FCR, -0,07) y la ganancia media diaria (ADG, +114g), como se muestra en la Figura 1. Debido a su impacto positivo en la función del rumen y en el bienestar y el rendimiento de los animales, se espera que los aditivos alimentarios fitogénicos sean una herramienta relevante en la nutrición de los rumiantes, con una producción animal natural rentable.

Referencias disponibles a petición.