Los precios se disparan, los márgenes se derriten y el futuro es incierto

La guerra en Ucrania no es más que un acelerador de una crisis que comenzó mucho antes: la crisis de las materias primas. El precio de las materias primas para la alimentación animal está subiendo, algunas ya no están disponibles o se están restringiendo. El precio de la energía no es inmune a esta lógica, sino todo lo contrario.

Los piensos para el ganado se han visto doblemente afectados, tanto por el aumento del precio de todas las materias primas como por el precio de la energía, una partida importante en los costes de fabricación (peletización y otros tratamientos térmicos).

Aunque nuestros sectores han realizado esfuerzos sin precedentes para aumentar los precios de venta de los productos animales, esta «indexación» de los precios sobre los costes de alimentación está llegando a su límite y los márgenes del sector ganadero vuelven a reducirse. Para recuperar un poco de margen, 2 estrategias:

  1. Reducir los costes

  2. Aumentar los beneficios

Reducción de costes: Una estrategia llena de escollos

En estas circunstancias excepcionales, será necesario profundizar en las vías habituales de reducción de los costes de producción.

Eliminar los ingredientes menos útiles

Cuando los precios suben, el reflejo suele ser eliminar los compuestos no nutritivos. Sin embargo, el precio de los aditivos en la fórmula representa de 1 a 5 €/t, por lo que su eliminación ante un aumento de más de 100 €/t no tendrá un gran impacto en el precio final del pienso

Esta estrategia, comúnmente practicada, parece un callejón sin salida: pequeño efecto en el precio, gran riesgo en la producción

Reformulación con materias primas menos convencionales

Debido a la falta de disponibilidad de ciertas materias primas o a precios demasiado elevados, resulta tentador incluir materias primas que suelen ser menos utilizadas, pero también menos conocidas y menos consistentes en términos de contenido nutricional

El impacto en el coste de la alimentación es innegable. Los riesgos que hay que prever son de dos tipos:

– Disminución del consumo de los animales

La previsión de permitir una fidelidad al pienso sea cual sea su futura formulación pasa por una estrategia de aromatización adaptada a esta nueva situación.

– Disminución del rendimiento debido a la falta de digestibilidad de los nutrientes de ciertas materias primas

Estas nuevas materias primas son a menudo menos conocidas y, sobre todo, menos estandarizadas en términos de disponibilidad de nutrientes. Por lo tanto, hay que prever un aditivo que aumente la eficacia de la alimentación para limitar este efecto perverso.

Reducción de los márgenes de seguridad de las fórmulas

Para garantizar el rendimiento de la producción ganadera a pesar de la variabilidad de la composición nutricional de las materias primas, los nutricionistas utilizan márgenes de seguridad

Algunos aditivos ofrecen matrices nutricionales que garantizan un «aporte nutricional» gracias a la mejora de la digestibilidad del alimento

Se trata de una estrategia virtuosa, ya que reduce tanto los costes como los rechazos en general.

Tratamiento térmico reductor

Para limitar el impacto del aumento de los costes energéticos en la producción de piensos, algunos fabricantes han optado por estrategias radicales: limitar el nivel de tratamiento térmico o incluso interrumpir este tratamiento.

Los animales se ven inevitablemente un poco sorprendidos por el cambio en la presentación del alimento, que resulta menos fácil de ingerir, por no hablar de la reducción de la digestibilidad de los almidones o del riesgo de contaminación.

La palatabilidad de estos piensos puede restablecerse gracias a un sabor atractivo y a una fuerte recompensa de placer proporcionada al animal por el pienso.

El uso de un extracto vegetal (a base de aceites esenciales) mejorará la digestibilidad de los almidones y será un plus apreciable, también para la salud digestiva.

Aprovechar los altos precios para mejorar el valor de los piensos

La «indexación» de los productos animales (leche, carne, huevos, etc.) a los precios de las materias primas dista mucho de ser perfecta y pone en peligro los márgenes de las explotaciones ganaderas. Pero la realidad está delante de nuestros ojos: estos precios rara vez han sido tan altos. Por eso, hoy en día, cada kilogramo de leche, carne o huevos producido reporta más dinero que nunca.

Sin embargo, rara vez es posible aumentar rápidamente el número de cabezas de ganado. Aumentar la productividad de las explotaciones ganaderas puede ayudar a cuadrar el círculo: aumentar la producción y los márgenes. Dado que los piensos son caros, es absolutamente necesario aprovechar al máximo esta inversión y transformarla en más producción. La carrera por la eficiencia alimentaria nunca ha estado tan justificada.

Una forma fácil de hacerlo es incluir en el pienso un factor de crecimiento basado en extractos de plantas. Una composición compleja (mezcla de varios aceites esenciales y especias) dará los mejores resultados, ya que se beneficiará de las múltiples sinergias identificadas entre los diferentes compuestos.

Figura 1 – Aumento de la tasa de crecimiento y de la eficiencia alimentaria de los pollos de engorde utilizando un extracto vegetal complejo.

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Una forma de evaluar el interés de esta solución es un meta-análisis. Computando 25 ensayos (14 en granja experimental y 11 a nivel de granja) este extracto vegetal exhibió resultados consistentes en la tasa de crecimiento y el índice de conversión alimenticia en pollos de engorde(Figura 1). Otro extracto vegetal, formulado para rumiantes, también mostró resultados consistentes en el año lechero en diferentes países y genéticas(Figura 2).

Figura 2 – Aumento del rendimiento lechero de diferentes explotaciones lecheras utilizando un extracto de plantas complejas.

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