La alimentación de precisión es un concepto en el que vacas lecheras individuales o grupos de vacas, con necesidades similares de nutrientes, se alimentan de acuerdo con sus necesidades actuales con una pérdida mínima de nutrientes y una utilización máxima. Esto mejora la sostenibilidad, reduce los residuos medioambientales y optimiza la rentabilidad de la explotación.
La alimentación de precisión consiste en suministrar a las vacas dietas personalizadas en función de su producción de leche, la fase de lactación y las necesidades de su ciclo vital.
Las ventajas de la alimentación de precisión son bien conocidas, pero también conllevan ciertos inconvenientes. La alimentación de precisión requiere la correcta distribución de los animales en grupos, en función de sus necesidades específicas de nutrientes y energía. También implica mezclar varias raciones diferentes para cada grupo, lo que supone un trabajo adicional para el ganadero. Aunque esto puede lograrse en las grandes centrales lecheras, resulta bastante difícil para muchas explotaciones típicas europeas.
Sistemas de ordeño automatizados
Sin embargo, con la expansión de los sistemas de ordeño robotizado en Europa, se presentan a los ganaderos más oportunidades de alimentación de precisión. Mientras que en las salas de ordeño convencionales se suele alimentar a las vacas con una ración mixta total (TMR), en los sistemas de ordeño robotizado el robot suministra la mayoría de los concentrados individualmente durante el ordeño, en función de las necesidades específicas de cada vaca y de su producción de leche. Las vacas siguen recibiendo forraje en su dieta, junto con algunos concentrados, como ración mixta parcial (RMP). Sin embargo, reciben una gran parte de sus necesidades energéticas y proteínicas a partir de alimento peletizado a través del robot de ordeño, lo que proporciona un mayor equilibrio a la dieta.
Aunque los sistemas de ordeño robotizado presentan algunos retos, también crean una oportunidad para ordeñar con mayor frecuencia y alimentar a las vacas con mayor precisión, de acuerdo con sus necesidades nutricionales individuales (A. Bach 2017). Los sistemas de ordeño robotizado están avanzando rápidamente, haciéndose más precisos y solucionando muchas desventajas anteriores. Esto está creando nuevas posibilidades para la alimentación de precisión de cada vaca, lo que resulta en una mejor optimización de los nutrientes que puede conducir a una ganadería lechera más sostenible. El número de explotaciones existentes que se pasan a los robots de ordeño aumenta cada año. Según datos de 2020, el 17% de las vacas lecheras de Europa son ordeñadas por robots, mientras que alrededor del 50% de las nuevas salas de ordeño utilizan sistemas robotizados.
Aditivos para piensos
La distribución precisa de nutrientes a las vacas es clave para una ganadería lechera sostenible y una buena optimización de los costes. Pero, ¿qué ocurre con los aditivos para piensos?
Los aditivos alimentarios ya se mezclan en un PMR o se incluyen en los piensos granulados, tal y como los suministra el robot. También se administran principalmente en función de las necesidades nutricionales individuales de cada vaca. Sin embargo, en el caso de algunos aditivos específicos, como los probióticos y postbióticos, cada vez más esenciales, puede que no sea así. Phileo de Lesaffre han investigado el efecto de distintas dosis de probiótico de levadura a las vacas en función de su ingesta de alimentos, producción de leche, fase de lactación y factores de estrés, como el estrés térmico.
Los resultados del estudio, obtenidos en diferentes condiciones y con distintas dietas, muestran que la adaptación de la dosificación a las necesidades individuales de la vaca mejora significativamente el rendimiento y aumenta la rentabilidad de la explotación.
Adaptación de la dosis de Actisaf de la ciencia a la granja
Un estudio del modo de acción del probiótico de levadura Actisaf sobre la formación del rumen muestra que un aumento de la dosis produce una mejora significativa de los parámetros del rumen.
Tabla 1 – Efecto de la suplementación de precisión de Actisaf Sc47 sobre los parámetros fisicoquímicos del rumen.
Pinloche et. al. 2013
Este estudio de valoración in vivo muestra que Actisaf modifica la fermentación ruminal, incluso a dosis muy bajas. Sin embargo, a medida que aumenta la dosis, empezamos a ver cambios más significativos. Varios estudios, realizados en vacas en transición, demuestran que un aumento de la dosis de levadura probiótica durante la transición puede ayudar a mitigar los efectos adversos de un balance energético negativo, a la vez que ayuda a aumentar la producción de leche. El efecto del aumento de la dosis es aún más importante cuando los animales se enfrentan a retos como el parto, los cambios de dieta, el estrés por calor, etc.
La dosificación de probióticos en una sala de ordeño robotizada puede realizarse con concentrados granulados. En este caso, las vacas recibirán una dosis que corresponda a su producción de leche, según la cantidad de concentrado suplementado que se les suministre. Si bien este es un buen comienzo para suministrar una cantidad adecuada de probióticos, todavía no es óptimo. Por ejemplo, una vaca fresca comerá menos concentrado pero se beneficiará de un suplemento con una dosis más alta de probiótico de levadura para un rendimiento óptimo.
Distribuidores de aditivos
Otra forma de complementar los probióticos, en función de la lactación y la productividad, es mediante dispensadores de aditivos, instalados en el robot de ordeño. Estos dispensadores están equipados para suplementar diferentes ingredientes individualmente, a la dosis requerida. Por ejemplo, en un estudio con vacas lecheras en lactación temprana en un sistema de ordeño robotizado con dispensadores de aditivos, suministramos 2 dosis diferentes de Actisaf, 5g y 10g(Figura 1). Al evaluar el rendimiento resultante, observamos una diferencia significativa entre las dos suplementaciones, lo que subraya la necesidad de una suplementación de precisión, al menos para los animales en lactación temprana.
Figura 1 – Efecto de la dosificación de precisión de Actisaf sobre la producción de leche corregida energéticamente (ECM), durante el inicio de la lactación en vacas de alta producción.
Estudio controlado en una explotación comercial con 117 vacas multíparas en lactación temprana, agrupadas en trillizos.
En otro estudio se comparó el efecto de distintos niveles de dosificación comercial en vacas lecheras en distintas fases de lactación. Se realizaron ensayos de campo comparando dosis recomendadas de 1g y 5g de probiótico de levadura bajo un sistema de ordeño robotizado con dispensadores de aditivos(Figura 2).
También observamos el beneficio de la suplementación de precisión de las dosis recomendadas de probiótico de levadura a los diferentes grupos.
Un ensayo de campo realizado con uno de los socios de Phileo, Vilomix Dinamarca, en el que participaron 6 explotaciones lecheras, demostró la importancia de la suplementación de precisión. Se estudiaron las diferencias entre 2 g de Actisaf y 5 g de Actisaf.
Se observó una tendencia positiva, con un aumento del 2% de media en todas las explotaciones y una mejora de la rentabilidad de la inversión de 5:1, conseguida al suplementar Actisaf Sc 47 a 5 g frente a 2 g/cabeza/día.
La dosis correcta de probióticos de levadura
Identificar lo que necesitan los animales y suplementar el probiótico de levadura Actisaf según sus necesidades individuales, a través de dispensadores de ordeño robotizados, puede ser beneficioso, resultando en una mejora de la rentabilidad en la granja. En la actualidad, Phileo está realizando numerosos ensayos en diferentes condiciones para poder asesorar sobre la mejor dosis de probiótico de levadura en función de la ingesta de alimento/producción de leche, la dieta, la fase de lactación, etc., todo ello diseñado para optimizar el retorno de la inversión.