Los forrajes ricos en hidratos de carbono hidrosolubles son una fuente esencial de energía para el ganado lechero durante el inicio de la lactación y aportan fibra estructural para favorecer la masticación y la amortiguación ruminal. En los sistemas de producción lechera intensiva, las raciones de las vacas lecheras contienen hasta 300 g de almidón por kg de materia seca, aportados por el ensilado de maíz, los cereales y los subproductos ricos en almidón en forma de mezcla de concentrados para aumentar la ingesta de energía, los resultados productivos y la eficiencia de conversión del alimento. Sin embargo, la inclusión excesiva de concentrados reduce el contenido total de fibra detergente neutra físicamente eficaz para la rumia y aumenta la incidencia y la gravedad de la acidosis ruminal subaguda. La acidosis ruminal subaguda aumenta los riesgos de otros trastornos metabólicos y plantea graves problemas éticos y de bienestar animal en relación con la producción lechera. Por otra parte, el aumento de la proporción de hidratos de carbono hidrosolubles en las dietas de rumiantes como fuente de energía mejora el índice de producción neta de alimentos, favorece altos rendimientos lácteos, aumenta el rendimiento de las vacas y la salud del rumen, e incide en la sostenibilidad de la producción lechera

Clasificación de los hidratos de carbono vegetales

Los carbohidratos vegetales se dividen en carbohidratos de la pared celular y carbohidratos del contenido celular. Los carbohidratos de la pared celular incluyen sustancias pécticas, hemicelulosa y celulosa, y los carbohidratos del contenido celular comprenden mono-, di- y oligosacáridos, fructanos y almidón. Entre los carbohidratos vegetales, los mono-, di- y oligosacáridos y los fructanos se consideran carbohidratos hidrosolubles.

Efectos de los hidratos de carbono hidrosolubles en el pH ruminal

La tasa de fermentación de los hidratos de carbono hidrosolubles por la microbiota ruminal depende del tipo de hidratos de carbono, de la integridad de la pared celular y del grado de polimerización. Los mono- y disacáridos se liberan rápidamente de la célula vegetal o de la matriz del alimento, son captados por la microbiota ruminal y sirven como fuentes de energía. En algunos casos, los mono- y disacáridos se convierten en glucógeno microbiano y pasan al intestino delgado para disminuir la carga ácida ruminal. Sin embargo, un exceso de sacáridos fermenta en lactato y ácidos grasos de cadena corta y causa acidosis ruminal aguda o subaguda. La alimentación restringida con una dieta rica en sacarosa en combinación con granos amiláceos aumenta el riesgo de acidosis ruminal y la respuesta inflamatoria sistémica. Los oligosacáridos y los fructanos se fermentan menos rápidamente en el rumen en más acetato y butirato y poco o nada de lactato; por lo tanto, la alimentación con forraje rico en hidratos de carbono hidrosolubles muestra sólo un riesgo moderado a bajo de acidosis ruminal subaguda. La alimentación con dietas ricas en almidón va acompañada de una menor diversidad bacteriana y riqueza de especies, pero la alimentación con heno de ryegrass rico en hidratos de carbono solubles en agua favorece las bacterias fructanolíticas como Pseudobutyrivibrio ruminis, que fermenta los hidratos de carbono en formiato y butirato

Efectos de los hidratos de carbono hidrosolubles en el consumo de pienso y la producción

Alimentar a las vacas lecheras con disacáridos como sacarosa, lactosa, melaza, lactosuero o suplementos líquidos comerciales a base de melaza al principio de la lactación aumenta la ingesta de materia seca, la producción de leche y la producción de proteína láctea, pero reduce la eficiencia de conversión del alimento. La alimentación con forraje rico en hidratos de carbono hidrosolubles es suficiente para las vacas lactantes que producen entre 25 y 30 kg de leche al día, pero si el nivel de producción es superior a 30 kg de leche al día, se necesita un concentrado rico en energía adicional para satisfacer las necesidades energéticas

Pienso sostenible para vacas lecheras

Los sistemas de producción lechera intensiva necesitan mayores rendimientos lácteos para seguir siendo económicamente competitivos. El aumento de la proporción de mezclas de concentrados, como los granos de cereales, proporciona la energía necesaria para obtener mayores rendimientos lácteos, pero los granos de cereales se consideran fuentes de alimentación comestibles por el hombre. En cambio, los forrajes de los pastizales son totalmente comestibles para el hombre, por lo que se consideran una importante fuente sostenible de alimento para los rumiantes. Además, el aumento de los hidratos de carbono hidrosolubles en la dieta, en forma de sacarosa, lactosa, melaza, suero de leche o suplementos líquidos comerciales, mejora la eficiencia de utilización del nitrógeno por el ganado lechero y reduce las pérdidas de nitrógeno del animal.

Conclusiones

Unas prácticas alimentarias adecuadas en los sistemas de producción lechera intensiva son fundamentales para promover la salud y el bienestar de las vacas lecheras y paliar las repercusiones negativas sobre el medio ambiente. Los piensos ricos en hidratos de carbono hidrosolubles, en función de la fuente, el nivel de inclusión y la formulación de la dieta completa, pueden favorecer la salud ruminal, el consumo de alimento y una elevada producción de leche. No obstante, es necesario seguir investigando para evaluar la variación de las necesidades fisiológicas de hidratos de carbono hidrosolubles en la dieta al inicio de la lactación, y para evaluar el potencial de los hidratos de carbono hidrosolubles distintos de los procedentes de los forrajes para aumentar la sostenibilidad de la alimentación de las vacas lecheras

El artículo se basó en el artículo: La alimentación con heno rico en carbohidratos hidrosolubles mejora el pH ruminal sin afectar a la rumia ni a la salud sistémica en vacas lecheras en lactación temprana – por Fenja Klevenhusen, Maria-Theresia Kleefisch y Qendrim Zebeli