Las microalgas pueden ser utilizadas como fuente de alimento para animales. Pero las aplicaciones en la alimentación del ganado son todavía limitadas. Algunos estudios realizados examinaron las tasas de inclusión y el efecto en el rendimiento y la calidad de la leche.
Por lo tanto, en un nuevo documento, escrito por investigadores italianos y publicado en Livestock Science, se revisan los estudios sobre el uso de microalgas para la alimentación de los rumiantes lecheros a fin de proporcionar información completa sobre las limitaciones y su posible uso.
El uso como fuente de energía y proteínas
Actualmente en Europa, las microalgas registradas como alimento para animales o como ingredientes de alimentos para animales (reglamento de la UE 767/2009) son: Spirulina maxima y Spirulina platensis; género Schizochytrium. Las microalgas pueden añadirse al pienso como harina de algas enteras y harina de algas desgrasadas, aceites a base de microalgas o biomasa de algas secas o liofilizadas. Estas diferentes formas difieren en los porcentajes de grasa cruda.
Se introducen alimentos a base de microalgas en las dietas de los rumiantes para complementar la ración, como fuente de:
– Energía: se utiliza en la sustitución parcial de maíz o concentrado o se añade al suplemento de lípidos
– Proteína: en sustitución parcial de la soja o la colza
– Mejora el sistema de defensa antioxidante y el estado oxidante de los productos, dado el contenido natural de los compuestos antioxidantes naturales.
No demasiado en la dieta
En los estudios examinados se observó que cuando se supera la suplementación de productos a base de algas, disminuye la ingestión de alimentos. Aunque sin registrar una disminución de la ingesta total de alimentos, algunos autores, han detectado cambios cualitativos en la ingesta. En particular, la reducción de la ingesta del concentrado que contiene microalgas se compensó con una mayor ingesta de ensilado. En las vacas, la cantidad máxima de microalgas ingerida sin efectos en la ingesta de alimentos varía en diferentes estudios en una gama bastante amplia de 4 a 79 g de microalgas/kg de materia seca en la dieta. La disminución depende del tipo de alimento, por ejemplo, los productos a base de harina de algas en las vacas lecheras, se aceptan hasta inclusiones de 10-11 g/kg de la ingesta de materia seca, mientras que la harina compuesta de microalgas desgrasadas y cascarillas de soja, parecen ser mejor toleradas, hasta 92 g/kg de materia seca. Por otra parte, los estudios sobre la suplementación con aceite de algas han demostrado que no afecta a la ingesta en las vacas si se integra hasta 194 g/día por cabeza. En las ovejas se observó una reducción de la ingesta de concentrado con un suplemento de biomasa de algas de unos 12 g/kg (valor estimado) de la ración.
Efecto sobre la producción de leche
En cuanto a los efectos de la alimentación de microalgas en la producción cuantitativa de leche, no es fácil comparar la literatura debido a las diferencias en la cantidad de microalgas suplementadas, en la duración del experimento y en la composición de la dieta. Sin embargo, la mayoría de los autores no han encontrado una influencia en la producción de leche, ni en las vacas ni en los pequeños rumiantes, y tampoco se ha informado de ningún efecto en los estudios en los que se han observado reducciones o cambios en la ingesta. Sin embargo, en la literatura también se informa de casos en los que se han producido pérdidas de producción. Por ejemplo, Boeckaert y otros (2008) mostraron que se produjo una reducción del 45% en la producción de leche en las vacas alimentadas con algas en una cantidad de 43,0 g/kg de materia seca de la ración a través de la fístula del rumen. También se han encontrado disminuciones de la producción en ovejas con 25 g/kg de biomasa de algas de MS de la dieta, en dietas que también incluían ensilado de maíz y ensilado de heno de alfalfa. Por otra parte, la administración de espirulina (200 g por día, unos 10-14 g/kg de MS) dio lugar a un mayor rendimiento de leche en las vacas con un aumento máximo del 25% de la producción diaria durante un período experimental de 90 días. Los autores explicaron que la mejora se debió a la composición química de la microalga Spirulina platensis, que influye tanto en la actividad biológica de la flora ruminal como en el estado fisiológico del animal.
El estado metabólico y el sistema de defensa desencadenaron
Además, los estudios determinaron que la ingesta diaria total de agua era mayor en los novillos que recibían Spirulina platensis, este aspecto en las vacas lecheras debe investigarse más a fondo, ya que el aumento de la ingesta de agua podría afectar al rendimiento y la calidad de la leche. Además, se han notificado efectos beneficiosos de algunas especies de microalgas en el estado metabólico y el sistema de defensa de los animales, así como en el estado oxidante de los productos. En relación con este último aspecto, Tsiplakou y otros (2018) constataron una mayor actividad de la superóxido dismutasa en la sangre y la leche y una mayor actividad de la catalasa en el plasma sanguíneo de las cabras alimentadas con Chlorella vulgaris. La superóxido dismutasa y la catalasa figuran entre los principales componentes de los mecanismos de defensa antioxidante intracelular que regulan la acumulación de especies reactivas de oxígeno en los tejidos, mientras que la enzima lactoperoxidasa de la leche está relacionada con la oxidación de los lípidos. En el estudio mencionado anteriormente también se encontró una reducción del biomarcador del estrés anoxidativo (carbonilos proteínicos) en la leche.
Cambios en el perfil de los ácidos grasos de la leche
Los mayores cambios se han encontrado en el perfil de los ácidos grasos de la leche y están relacionados con los ácidos grasos de cadena larga y los ácidos grasos de la serie omega 3, especialmente el DHA y el EPA. Sin embargo, la suplementación excesiva de algas parece tener efectos negativos en la palatabilidad, la ingesta de alimentos, el metabolismo ruminal, así como un impacto negativo en la producción de leche y grasa. Es necesario prestar atención cuidadosa a la cantidad de algas suplementadas y se debe considerar la posibilidad de proteger el rumen para evitar la reducción de la ingesta de alimentos y el deterioro de la producción y la calidad de la leche. Por lo tanto, los autores abordan que es necesario seguir investigando para identificar la especie/alimento más apropiado y los efectos de una suplementación prolongada.
Fuente: Ciencia ganadera