La cojera es una de las principales enfermedades de producción que afectan al bienestar y la rentabilidad de los pollos de engorde. Las pérdidas económicas debidas a las cojeras son el resultado de la mano de obra adicional, los tratamientos repetidos, la eutanasia, el sacrificio temprano y las pérdidas de (re)producción
Se calcula que hasta el 16% de los pollos de engorde de una determinada granja están cojos. Los trastornos óseos, tisulares y neuronales debidos a las deficiencias de nutrientes, y ocasionalmente los excesos de nutrientes, desempeñan un papel importante en el desarrollo de la cojera de los pollos de engorde. Por ello, las dietas de los pollos de engorde se complementan regularmente con minerales y vitaminas para prevenir las deficiencias de nutrientes, satisfacer las mayores necesidades de los pollos de engorde en condiciones de estrés en el sistema de producción comercial, y prevenir las pérdidas económicas y los problemas de bienestar causados por la cojera.
Vitamina D y sus metabolitos
La vitamina D se suele añadir en forma sintética a las dietas de los pollos de engorde porque las materias primas contienen poca o ninguna vitamina D. La potencia de la vitamina D3 es mucho mayor que la de la vitamina D2 para los pollos de engorde, por lo que se prefiere añadir vitamina D3 a las dietas de los pollos de engorde durante los primeros días de vida para reducir los problemas de crecimiento temprano en los sistemas de producción comercial de pollos de engorde
La vitamina D3 necesaria para la calidad del hueso cortical disminuye a partir de los 14 días de edad. Los altos niveles de vitamina D en la dieta aumentan la utilización del fósforo del fitato y la retención del calcio y el fósforo, y afectan negativamente a la salud de las patas y al peso corporal. Además, el aumento de las necesidades de calcio y fósforo y la luz ultravioleta en los genotipos modernos de pollos de engorde repercuten en las necesidades de vitamina D3 para crear un crecimiento óptimo y cenizas óseas. La suplementación de la dieta de los pollos de engorde con 25-hidroxicolecalciferol, el metabolito hormonal más biológicamente activo de la vitamina D, disminuye la incidencia y la gravedad de los trastornos de las patas y mejora la mineralización ósea
Vitaminas A y E
La deficiencia de vitamina A provoca una calcificación y un desarrollo óseo deficientes en los pollos de engorde; por ello, esta vitamina se suplementa en la dieta en niveles relativamente altos. Sin embargo, hay resultados contradictorios en cuanto al impacto de un exceso de vitamina A en la incidencia de cojeras en los pollos de engorde. La deficiencia de vitamina E aumenta la incidencia de anomalías en las patas, especialmente la desviación lateral o medial de la tibia distal o del metatarso proximal, y conduce a una distrofia muscular que se manifiesta también en una movilidad reducida. Los niveles excesivos de vitaminas A y E en la dieta afectan negativamente a la utilización de la vitamina D3 en los pollos de engorde alimentados con dietas deficientes en calcio y vitamina D.
Vitamina B
La deficiencia del grupo de la vitamina B se asocia con anomalías en las patas y cojera en los pollos de engorde. Un exceso de proteínas en la dieta aumenta las necesidades metabólicas de vitamina B6, lo que provoca un retraso en el crecimiento longitudinal de los huesos. Sin embargo, la suplementación con vitamina B6 y zinc reduce la incidencia de anomalías en las patas y cojeras. La cebada y el trigo contienen niveles bajos de biotina, lo que provoca una deformación de la articulación tibiometatarsal acompañada de deslizamiento de los tendones, dermatitis de la almohadilla plantar e infecciones bacterianas que se extienden a las articulaciones. Además, la deficiencia de colina, a menudo agrupada con el complejo vitamínico B debido a sus similitudes, está relacionada con la deformidad de la articulación tibiometatarsiana y la cojera. La deficiencia de niacina provoca deformidades en las patas, desviaciones mediales de los huesos tibiotarsianos y tarso-metatarsianos. La carencia de riboflavina (vitamina B2) provoca deformidades en las patas, parálisis del dedo gordo del pie y degeneración de los nervios periféricos.
Vitamina C y ácido fólico
La vitamina C (ácido ascórbico) interviene en la síntesis de colágeno y previene el desarrollo de anomalías en las patas y cojeras de los pollos de engorde. La deficiencia de ácido fólico aumenta la frecuencia de la desviación ósea lateral o medial con deslizamiento de los tendones y dedos torcidos. El exceso de proteínas y grasas en la dieta interfiere con el metabolismo del ácido fólico y aumenta los trastornos de las patas con niveles marginales de ácido fólico.
Calcio y fósforo
El calcio y el fósforo son minerales importantes para los huesos y el equilibrio entre estos nutrientes es esencial en la dieta de los pollos de engorde. Los niveles subóptimos de calcio y fósforo o el desequilibrio entre estos nutrientes provocan raquitismo y discondroplasia tibial. El calcio suele ser abundante en la mayoría de las fuentes de alimentación, y gran parte del fósforo de los granos de cereales está en forma de fitatos, que tienen una baja disponibilidad para los pollos de engorde. Factores como la concentración de la dieta, las formas físicas y químicas de los minerales, la velocidad de paso del alimento y la viscosidad de la digestión, los agentes quelantes y las interacciones minerales, el pH intestinal y las interacciones con las proteínas, las grasas y los carbohidratos de la dieta influyen en la absorción del calcio y el fósforo.
Observaciones finales
Una nutrición subóptima debida a la calidad, el consumo y la absorción de los ingredientes de los piensos, así como a los errores en la formulación y la mezcla de las dietas, aumenta la incidencia de las cojeras de los pollos de engorde en el ámbito comercial. Debido a las rápidas alteraciones del potencial de crecimiento de los genotipos modernos de pollos de engorde, es necesario corregir el nivel óptimo de ciertos nutrientes esenciales para la salud de las patas. Además, es necesario seguir investigando para revisar la formulación de las dietas comerciales de los pollos de engorde con el fin de mejorar la salud, el bienestar y la productividad.