Pide un cambio en la forma de medir la salud del suelo

En el Congreso Mundial de la Ciencia del Suelo, celebrado la semana pasada en Escocia, se pidió un cambio en la forma de pensar de los edafólogos.

Académicos de las universidades de Cranfield y Nottingham explicaron a los 3.000 delegados que asistieron a la conferencia que los científicos deben cambiar su forma de medir y estudiar el suelo para comprender mejor cómo gestionar el recurso de forma más eficaz.

La UNFAO ha dicho recientemente que un tercio del suelo agrícola está entre moderadamente y muy degradado, lo que amenaza el suministro mundial de alimentos, aumenta las emisiones de carbono y reduce su capacidad de retención de agua.

No existe una forma única de medir la salud del suelo

Jim Harris, catedrático de Tecnología Medioambiental de la Universidad de Cranfield y director de la investigación, afirmó que en la actualidad no existe una forma única y consensuada de medir la salud general de los suelos. Los científicos tienden a medir el suelo con indicadores, tomando muestras y observando propiedades específicas, como el carbono o el PH, para indicar su estado de salud y dar una «puntuación».

Una visión más amplia de la salud del suelo

«A través de esta investigación, queremos iniciar la conversación sobre cómo pasar a una imagen holística de la evaluación de la salud del suelo, observando los elementos interconectados de este sistema de importancia universal. Dar pasos hacia una visión más amplia de la salud del suelo podría ayudar a marcar una gran diferencia en algunos de nuestros grandes retos, entre ellos la crisis climática».

Es un error basarse en una única puntuación

El Dr. Dan Evans, investigador de la Universidad de Cranfield y coautor del artículo, afirmó que es un error basarse en una única puntuación para la salud del suelo: «Tomar una serie de medidas para observar el sistema en su conjunto significará que podemos comprender plenamente la dirección del viaje: ¿está el suelo mejorando o empeorando?»

Los investigadores proponen un enfoque de sistema completo para evaluar la salud del suelo, basado en un nuevo marco jerárquico:

  • Signos de vida: caracterización de los organismos existentes en el suelo

  • Signos de función: el grado en que los suelos procesan materiales

  • Signos de complejidad: la medida en que los componentes del suelo están conectados y son interdependientes

  • Signos de emergencia: la medida en que los suelos responden a múltiples factores de estrés

«Los suelos no son organismos, sino que tienen una serie de propiedades, procesos y funciones que deben considerarse desde una perspectiva interconectada. Tenemos que observar los suelos durante varios periodos de tiempo para ver cómo afrontan los fenómenos meteorológicos a corto plazo y el cambio climático a largo plazo», dijo.

Sacha Mooney, catedrático de Física del Suelo de la Universidad de Nottingham, añadió: «Este nuevo enfoque puede aplicarse a todos los suelos y nos acerca a una comprensión interdisciplinar de la «imagen completa» del sistema del suelo, en lugar de considerar por separado las piezas individuales del rompecabezas».

El profesor Harris concluyó: «Es difícil entender la importancia de tener un sistema de suelo sano: apoya la vida silvestre y la biodiversidad, reduce los riesgos de inundación, almacena carbono y nos da seguridad alimentaria. Avanzar hacia este nuevo modelo de evaluación va a ayudar a los usuarios del suelo y a los gobiernos a gestionar de forma sostenible nuestros recursos edáficos mundiales para las generaciones futuras.»