Un nuevo documento describe una visión holística de la salud intestinal en las aves de corral. La nutrición es una parte importante en esto, pero no es la única medida.
Edgar O.Oviedo-Rondón, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en los EE.UU., publicó un nuevo artículo en Animal Feed Science and Technology en el que revisa los múltiples factores que pueden afectar a la salud intestinal de las aves de corral. El objetivo de este trabajo es ofrecer una gran visión general de la salud intestinal en la producción avícola y destacar que es necesario un enfoque holístico cuando se trata de reducir al mínimo estas disbiosis y enfermedades entéricas.
Las espuelas sin antibióticos se centran en la salud intestinal
La salud intestinal es necesaria para mantener una fisiología eficiente y sostenible del tracto gastrointestinal (GIT). En las últimas dos décadas, este tema ha ganado aún más interés en la producción avícola debido a las crecientes demandas de eficiencia económica, bienestar animal, seguridad alimentaria, reducción de los impactos ambientales y la prohibición o evitación del uso de antibióticos promotores del crecimiento. Y esto último es importante. La futura producción libre de antibióticos (ABF) y su sostenibilidad dependen del desarrollo de una mayor comprensión y aplicación práctica de los conceptos relacionados con la salud intestinal que implican una gestión holística completa del sistema de producción.
El problema no son las bacterias, sino el exceso de nutrientes.
El autor señala que un error común cuando se habla de la salud intestinal es centrarse únicamente en el control de las enfermedades intestinales, causadas por el Clostridium. E. coli o Salmonella. Sin embargo, estas son, en realidad, las consecuencias, no las causas del problema. Generalmente, el verdadero problema es un exceso de nutrientes en el intestino posterior que provoca la proliferación de estos microbios en el intestino posterior con la consecuencia de la alteración del equilibrio entre los microbios del intestino y el huésped, causando la inflamación metabólica, patógena o estéril. El exceso de nutrientes en el intestino posterior puede deberse a los altos niveles de nutrientes en la dieta o a una digestión no óptima. Las bacterias, los hongos, los protozoos e incluso los virus proliferan cuando hay más nutrientes no digeridos en el intestino posterior disponibles para su uso.
Usar alimentos que estimulen la función de la molleja
Uno de los aspectos clave para mejorar la salud intestinal y la producción de FBA es garantizar que se produzca una digestión adecuada del forraje la mayor parte del tiempo. La manipulación de la granulometría del alimento, el suministro de agua de buena calidad, el control de calidad del tipo y los niveles de grasa dietética y la adición de enzimas exógenas pueden ayudar a mantener una buena digestión. La granulometría o el tamaño de las partículas de todos los ingredientes del alimento pueden estimular la función de la molleja. Esta granulometría se genera en el proceso de molienda o mediante la inclusión de pequeñas proporciones de granos enteros, granos parcialmente quebrados en la mezcladora o fibra y se reduce durante el proceso de peletización. Está bien demostrado que las partículas gruesas modulan la expresión de los genes que codifican importantes enzimas digestivas y transportadores de nutrientes. Otra solución es utilizar enzimas exógenas. Las enzimas reducen la proliferación microbiana al disminuir los componentes no digeribles de los alimentos, el fitato, la viscosidad de la digestión o la irritación de la mucosa intestinal que causa la inflamación. Las enzimas también generan metabolitos que promueven la diversidad microbiana, lo que ayuda a mantener los ecosistemas intestinales más estables y con mayores probabilidades de inhibir la proliferación de patógenos.
Buena calidad de los piensos y del agua
El documento aborda que la digestibilidad óptima sólo puede obtenerse cuando las dietas se elaboran con piensos de buena calidad. Para evitar problemas de salud intestinal, las empresas avícolas, especialmente las que tienen programas de producción de FBA, necesitan poner más énfasis en evitar los niveles de micotoxinas en los piensos y las grasas rancias que superan los límites recomendados. Las micotoxinas son capaces de comprometer varias funciones clave de las TIG, lo que resulta en una menor absorción de nutrientes al disminuir el área de superficie disponible, la modulación de los transportadores de nutrientes y la pérdida de la función de barrera. Las grasas y aceites rancios deben ser rechazados ya que se han relacionado con la patogénesis de las enfermedades entéricas. La buena calidad del agua también es importante para una digestión adecuada, por lo que sus características fisicoquímicas deben medirse, controlarse y mejorarse en las explotaciones agrícolas. El pH debe mantenerse ligeramente ácido, entre 5,5 y 7, porque el agua básica reduce la actividad de la mayoría de las enzimas digestivas.
Aditivos alimentarios para modular la microflora intestinal
Algunos aditivos alimentarios (probióticos, prebióticos, enzimas, ácidos orgánicos y extractos de hierbas) y minerales pueden ayudar a mantener comunidades microbianas (CM) saludables en todas las regiones del intestino, incluso en circunstancias que normalmente amenazan la salud intestinal como la retirada de los alimentos, las infecciones intestinales con coccidios y el estrés por calor. Su uso en tales situaciones puede incluso mantener una diversidad normal similar de CM observada en grupos de control de pollos. Por lo tanto, estos productos son una herramienta adicional para la producción efectiva de FBA evitando problemas de salud intestinal.
No sólo se centran en los piensos, sino que adoptan un enfoque holístico
El autor también describe las medidas no alimentarias como una forma de promover la salud intestinal en las aves de corral. Para que los programas de ABF tengan éxito, es necesario prestar más atención a todo el sistema de producción, no sólo a la alimentación, los aditivos alimentarios o el control de un par de patógenos entéricos. El alojamiento, la gestión, la calidad del agua y la bioseguridad tanto en el criadero como en el crecimiento son fundamentales en la producción de ABF. Incluso las condiciones de incubación deben ser mejoradas para que los programas de ABF tengan éxito y mantengan una buena salud intestinal.