Como resultado del calentamiento global, el estrés por calor puede tener un impacto negativo en las vacas lecheras de varias maneras. Además de la reducción de la producción de leche y las elevadas pérdidas económicas que esto puede acarrear, las repercusiones socioeconómicas son más pronunciadas en las poblaciones de bajos ingresos que dependen principalmente de la agricultura de subsistencia. Anteriormente se pensaba que los efectos de las altas temperaturas ambientales se limitaban a las zonas tropicales, pero con el cambio climático, este efecto se está experimentando ahora en todo el mundo.