4 tácticas para alimentar a las cerdas en situaciones de estrés térmico

Las cerdas se sienten más cómodas en un rango de temperatura entre 7,22 y 21,1ºC, siendo lo óptimo entre 15,55 y 18,33ºC, pero cuando las temperaturas superan los 21,1ºC, las cerdas empiezan a sufrir los efectos adversos del estrés térmico

Las cerdas estresadas por el calor experimentan un aumento de la temperatura rectal tras el parto, una mayor tasa de respiración, un parto prolongado y una menor ingesta de alimento, todo lo cual conduce a un menor bienestar, rendimiento y longevidad de las cerdas. Además, el estrés por calor tiene un impacto financiero significativo en los productores, y se estima que cuesta 300 millones de dólares a la industria porcina estadounidense. Se pueden aplicar varias tácticas para ayudar a las cerdas con estrés por calor a seguir consumiendo los nutrientes necesarios para mantener su salud, bienestar y rendimiento.

1. Aumentar la densidad de nutrientes

El aumento de la densidad de nutrientes proporcional a la disminución prevista de la ingesta de alimentos mantiene la ingesta normal de nutrientes durante el calor del verano. Sin embargo, hay que tener en cuenta la normativa de fabricación y los límites de cada nutriente al aplicar este método. Además, el granulado mejora la densidad física y la absorción de nutrientes con un volumen de alimento determinado, por lo que favorece la producción de leche y mantiene la condición corporal.

2. Hacer algunos cambios en la dieta

La digestión y el metabolismo de la fibra generan más calor que los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas y los lípidos. Por ello, la reducción de la fibra en la dieta es una medida habitual para combatir el estrés térmico. La adición de grasas y lípidos aumenta la densidad de la dieta y produce menos calor durante la digestión y el metabolismo. Por lo tanto, las dietas más ricas en grasas y lípidos (7-10%) con un nivel proporcional de todos los aminoácidos y otros nutrientes necesarios son adecuadas para la alimentación en verano y proporcionan suficiente energía metabólica. La alimentación líquida es otro enfoque que aumenta la ingesta de alimento durante el calor del verano

3. Prestar atención a la hora y frecuencia de la alimentación

Alimentar durante las horas más frescas de la mañana, la tarde o la noche evita un aumento significativo de la temperatura corporal, estimula el apetito de los cerdos y mejora la ingesta de alimento. Además, las comidas más pequeñas y frecuentes (normalmente 3-4 comidas al día) disminuyen la cantidad de calor generado en el cuerpo de la cerda en cada comida, reducen la cantidad de calor que la cerda necesita disipar y aumentan la ingesta de pienso en un 10-15%. Además, el pienso es más susceptible de estropearse en condiciones de calor y humedad, especialmente si contiene altos niveles de grasa, y si el alimento no es fresco, el consumo de pienso disminuirá. Sin embargo, aumentar la frecuencia de la alimentación junto con dar comidas más pequeñas en cada toma es un método eficaz para mantener el alimento fresco. Sin embargo, adaptar los horarios de los trabajadores para que puedan alimentarse a primera hora de la mañana y a última de la noche puede ser un reto.

4. Proporcionar suficiente agua

Las cerdas son alimentadoras y bebedoras prandiales, y necesitan tener acceso a agua fresca y limpia a un ritmo constante para poder consumir suficiente pienso. Una regla general es una relación agua/alimento de 5:1. Las cerdas gestantes consumen entre 12 y 25 litros/día y las lactantes entre 10 y 45 litros/día

Antes del verano, el diseño del bebedero, el flujo de agua, la calidad del agua y la gestión del bebedero son aspectos importantes que hay que revisar. La alta temperatura ambiental aumenta el consumo de agua, así como la micción, que son mecanismos eficaces para perder el calor corporal. Además, los productores deben tener en cuenta la temperatura y la calidad del agua, ya que durante el calor del verano los cerdos beben casi el doble de agua fría (10ºC) que de agua caliente (26,6ºC).