El sector ganadero mundial ha hecho grandes esfuerzos por reducir los antibióticos, pero los enfoques regionales difieren, incluso en países sometidos al mismo régimen general. Un examen más detallado de dos Estados miembros de la UE muestra que los países avanzan a distintas velocidades y que el camino hacia el éxito puede ser accidentado.
Países de todo el mundo se han comprometido a reducir el uso de antibióticos y la Unión Europea no es una excepción. El Plan de Acción «Una Salud» de la Comisión Europea contra la resistencia a los antimicrobianos supuso un gran paso hacia la consecución del objetivo de la UE de mitigar la RAM en todos los Estados miembros. Sin embargo, 10 años después de su publicación, la realidad muestra que los distintos Estados miembros han tenido trayectorias drásticamente diferentes hacia la consecución de este objetivo. Un examen más detallado de los Países Bajos y España muestra la importancia de una estrecha cooperación entre los gobiernos y las industrias.
Estrategia de los Países Bajos para la reducción de los antibióticos
La tendencia de las ventas de agentes antimicrobianos veterinarios muestra una clara trayectoria descendente en los Países Bajos(figura 1). En los Países Bajos, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM) y la Autoridad Holandesa de Seguridad de los Alimentos y Productos de Consumo (NVWA) se encargan de combatir la resistencia a los antimicrobianos
Las directrices son estrictas
- Sólo los veterinarios pueden prescribir y administrar antibióticos a los animales enfermos y sólo pueden hacerlo después de haber inspeccionado las instalaciones
- Los ganaderos sólo pueden administrar ellos mismos los antibióticos prescritos por los veterinarios bajo normas muy estrictas
- Además, los criadores de aves de corral, ganado lechero, terneros y cerdos están obligados a registrar el uso de antibióticos en sus instalaciones
- Los antibióticos que se utilizan como último recurso para la atención médica humana no pueden utilizarse en los animales (salvo en condiciones muy estrictas)
- El veterinario y el ganadero deben crear lo que se conoce como «plan sanitario» para sus explotaciones, que incluye medidas para promover la salud de los animales, y este plan debe evaluarse cada año
- La NVWA supervisa el registro del uso de antibióticos y vigila su utilización en el sector ganadero.
Países Bajos: Descenso del 63% en el uso de antibióticos
Además de la acción gubernamental, los Países Bajos tienen una larga tradición de sistemas de control de calidad dentro de la propia industria, que promueven las mejores prácticas en múltiples niveles y en muchos ámbitos de la ganadería, incluida la reducción de antibióticos. Un ejemplo de la industria holandesa de pollos de engorde es el IKB Kip (Integrated Chain Control Chicken), que es un sistema de garantía de calidad desarrollado por y para todo el sector de los pollos de engorde al que están afiliadas todas las partes, desde los criadores hasta los mataderos, para garantizar la calidad y la seguridad en toda la cadena de la carne de pollo de engorde y contribuir a una carne de ave segura y saludable. La seguridad alimentaria es la máxima prioridad de IKB Kip, ofreciendo herramientas para la gestión operativa y ayudando así a los participantes a cumplir la legislación, entre otras cosas. IKB Kip también crea valor añadido al incluir normas no reglamentarias, lo que permite a las empresas participantes demostrar que van más allá de las obligaciones legales y porque quieren contribuir a un sector fuerte. Existen sistemas similares en otros sectores ganaderos que han ayudado a conseguir un descenso del 63% en el uso de antibióticos entre 2009 y 2018
El camino de España para reducir los antibióticos muestra resultados diferentes
Siguiendo el mismo conjunto de normas y reglamentos de la UE, la trayectoria española ha sido muy diferente, aunque los resultados muestran un buen progreso(Figura 2)
Según el Ministerio de Sanidad español, es sobre todo la falta de medidas específicas centradas en la reducción del uso de antibióticos lo que hay que tener en cuenta al observar el aumento de las ventas entre 2010 y 2014. España comenzó a recoger datos sobre la venta de antibióticos en 2010, en el marco del proyecto ESVAC y de forma voluntaria. En los años siguientes, se puso en marcha un sistema de recogida de datos que incluía el desarrollo de una base de datos y su validación. Esto permitió medir con mayor precisión el uso de antibióticos veterinarios y, sobre todo, identificar la tendencia al alza que se mantenía desde 2010.
España: Establecimiento de programas
En 2014, España puso en marcha una estrategia integral de One Health para abordar el problema de la resistencia a los antimicrobianos: el Plan Nacional de Lucha contra la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). Esta estrategia sentó las bases necesarias para optimizar el consumo de antibióticos en España
Sin embargo, el ministerio sostiene que la reducción del uso de antibióticos en los animales se ha visto muy favorecida por los programas REDUCE aplicados en varios sectores ganaderos en el mismo periodo de tiempo. Estos programas se basan en acuerdos voluntarios en los que cada sector establece unos objetivos concretos de reducción del uso de antibióticos y un plazo determinado para alcanzarlos, así como estrategias de prevención de infecciones
Reducción de antibióticos en el sector porcino y avícola
Entre los resultados más importantes de esta iniciativa están la reducción del 97% del uso de colistina en el sector porcino, así como la reducción del 71% del consumo total de antibióticos en la cría de pollos de engorde. Entre 2014 y 2019 el uso global de antibióticos en los animales se redujo en un 58,8%.
El camino hacia el éxito puede ser accidentado
Aunque a primera vista los Países Bajos y España adoptaron un enfoque muy diferente para lograr la reducción de antibióticos, ambos Estados miembros han logrado un gran éxito mediante una combinación de políticas gubernamentales y acciones voluntarias de la propia industria. Esto demuestra que, para que la reducción de antibióticos se ponga realmente en marcha, primero hay que abordar e identificar la magnitud del problema. Este proceso no siempre es fácil. En algunos casos, puede ser un camino muy accidentado, en el que cada Estado miembro de la UE sigue su propio calendario(Figura 3). La reducción de los antibióticos sólo puede tener éxito si la abordan tanto las instituciones gubernamentales como la propia industria. Sólo trabajando en conjunto, gobiernos e industrias pueden lograr reducciones significativas.