La disponibilidad de materias primas, la comprensión de los nutrientes y la legislación de los últimos 25 años han cambiado la forma de formular las dietas para animales. Dos expertos en formulación de piensos, con muchos años de experiencia en Trouw Nutrition, reflexionan y dan una idea de la futura formulación de piensos.
La definición de formulación de menor coste (LCF) consiste en satisfacer las necesidades nutricionales de los animales (mínimas o máximas) dados los valores nutricionales de los ingredientes disponibles y los precios de estos ingredientes. Este concepto matemático no ha cambiado en las últimas décadas y es la columna vertebral de la formulación de piensos en todo el mundo
Sin embargo, cada vez son más los factores que intervienen en la formulación de las dietas de los animales. Al mismo tiempo, la ciencia de los nutrientes y sus características e interacciones ha evolucionado junto con nuestro conocimiento de las necesidades de los animales. Los nutricionistas también tienen acceso a mejores programas informáticos de LCF y modelos animales que hace 25 años
«El número de nutrientes derivados que utilizamos para formular dietas de bajo coste es cada vez mayor»
Nuevos nutrientes a la mezcla
Jesús Lizaso Azcarate, director de nutrición, formulación y calidad del fabricante de piensos Nanta (parte de Trouw Nutrition España) lleva más de 35 años en el negocio de la nutrición animal e incluso participó en los primeros ensayos con la enzima betaglucanasa para piensos en España en 1988
«El uso de enzimas era nuevo en aquel momento y ha supuesto enormes mejoras en la LCF desde entonces. La betaglucanasa, las fitasas y otras enzimas nos han permitido aumentar la digestibilidad y la eficiencia, reducir la dependencia de los fosfatos exógenos de los piensos y el uso de tipos más diversos de ingredientes en la formulación. No ha cambiado el concepto de LCF, pero a lo largo de los años sí ha cambiado el número de ingredientes de los piensos y los «nutrientes derivados» utilizados en nuestros cálculos», explica
Las enzimas, dice, son ahora una parte estándar de las dietas para monogástricos, pero el número de nutrientes derivados está creciendo: «Por ejemplo, solíamos formular con fibra cruda, y luego introdujimos la ADF (fibra detergente ácida) y la NDF (fibra detergente neutra). Ahora hablamos de la cinética de las fibras y las proteínas, lo que significa que ahora utilizamos los nuevos nutrientes denominados fibras y proteínas rápidas, lentas y resistentes»
Azcarate continúa diciendo que también se están produciendo más desarrollos en torno a la utilización de la energía neta para las aves de corral y el uso de los niveles de calcio digerible. «Esto es un gran desarrollo y conduce a una formulación más precisa y a dietas más sostenibles»
La salud del rumen, más en el punto de mira
Aunque la LCF se utiliza tanto en las formulaciones de dietas para monogástricos como para rumiantes, las aportaciones y los retos pueden variar. Willy Nielen, director de formulación y nutrición de Trouw Nutrition, lleva más de 35 años trabajando en formulaciones para todas las especies, con un fuerte enfoque en la nutrición de rumiantes en los últimos años
«Hemos adquirido muchos más conocimientos sobre la nutrición de las vacas lecheras y hemos aprendido, por ejemplo, que las enzimas no funcionan para las vacas», dice Nielen, y añade que se han dado pasos importantes en nuestra comprensión del rumen (y la formación de proteínas microbianas y ácidos grasos volátiles, entre otros)
«La optimización del rumen se ha centrado por tanto en la LCF para rumiantes. En Trouw Nutrition, trabajamos activamente en ello basándonos en la proporción de carbohidratos y proteínas suministradas al rumen, pero también en la disponibilidad en determinados momentos, ya que no todas las proteínas y carbohidratos tienen la misma velocidad de degradación. La legislación también nos obliga a establecer niveles máximos o mínimos de ciertos ingredientes, como la proteína», afirma
Según Nielen, también hay más ingredientes, como los subproductos, que podemos utilizar. «Sin embargo, hay variables que no podemos controlar totalmente en la ganadería lechera. Calculamos la ración más óptima en función de la producción de leche, el contenido de sólidos lácteos -grasa y proteína de la leche-, el peso corporal y los factores de gestión, como los regímenes de alimentación y el tipo de sistema de alimentación. Sin embargo, debemos trabajar con muchas variables, como los diferentes sistemas de parto y pastoreo y la ingesta diaria de materia seca de las vacas. No podemos obligar a una vaca a comer 2 kg más aunque queramos. Tampoco vemos las repercusiones de cambiar una dieta de inmediato, en comparación con los cerdos y las aves de corral, donde los cambios son más evidentes y se reflejan en los niveles de crecimiento»
«La LCF en los rumiantes puede ser compleja, ya que se trata de muchas variables en una granja lechera»
Equilibrio para la sostenibilidad
La evolución de la ciencia de los nutrientes y la LCF es el resultado de los cambios en los sectores de la ganadería y la alimentación. La genética animal, tanto de los cerdos como de las aves de corral y las vacas lecheras, ha cambiado en los últimos 25 años y, con ello, los requisitos nutricionales de estos animales
«También tenemos un mejor software de LCF que nos permite optimizar múltiples dietas -multimezcla- al mismo tiempo en lugar de una sola mezcla y hacerlo mucho más rápido», explica Azcarate, «además, ahora podemos ejecutar las dietas en modelos de optimización (animal) como Watson para predecir mejor los resultados. Esto nos ha permitido ser más precisos, lo cual es una gran ventaja. Pero también debemos ajustar más a menudo, lo que lo hace más complejo que hace 25 años»
«En los próximos años, el abastecimiento de ingredientes sostenibles para piensos y la consideración del impacto del carbono de ciertos ingredientes en la formulación de los piensos serán más importantes y pueden ser un reto al mismo tiempo. Esto significa que la LCF se basará en más insumos que antes, y la sostenibilidad es uno de ellos», señala Azcarate
Wielen añade que también podemos mejorar el equilibrio de los nutrientes, como el equilibrio de los aminoácidos disponibles o digeribles a nivel intestinal y la reducción del contenido de proteínas para equilibrar el nivel de fósforo. Pero, ¿podemos esperar también grandes cambios en la LCF en el futuro?
Lizaso Azcarate ve potencial en la combinación de LCF con otros tipos de modelos en el futuro. «¿Y si podemos combinar aún más datos que influyan en las necesidades nutricionales y las dietas, como las condiciones meteorológicas, las interacciones complejas entre nutrientes y las condiciones de cultivo? Actualmente no podemos integrar estos factores en los cálculos de la LCF. Quizá algún día tengamos un modelo integrado. Ese podría ser el siguiente paso en la LCF y la formulación de precisión (sostenible)», concluye Azcarate