Los productores de animales se enfrentan a un doble desafío: hacer frente a las limitaciones de bienestar y a las necesidades cada vez más exigentes de los consumidores, asegurándose al mismo tiempo de que sigan siendo competitivos y eficientes desde el punto de vista financiero. ¿Existen estrategias que permitan un crecimiento neutro en cuanto a costos y sostenible desde el punto de vista ambiental?
A medida que la población mundial crece y la demanda de productos pecuarios aumenta simultáneamente, aumenta la presión sobre el sector de la producción animal para que se expanda, pero de manera sostenible y ética. Las preocupaciones relativas al bienestar y la sostenibilidad entraron inequívocamente en el programa de los sistemas pecuarios y dieron lugar a reglamentos nuevos y de gran alcance en un número cada vez mayor de países. No obstante, para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, la industria de la producción animal debe trabajar colectivamente para revisar el sector ganadero. De hecho, el sector de la producción animal está realizando un esfuerzo concertado para atender la demanda de transparencia, responsabilidad y acción de sus partes interesadas en relación con importantes cuestiones de sostenibilidad
La sostenibilidad se refiere a la satisfacción de las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Limitar las emisiones de GEI, reducir la contaminación por nitrógeno y fósforo y disminuir el uso de antibióticos, por ejemplo, son cruciales para lograr los objetivos del SDG. Asegurar el bienestar de los animales es también clave para el desarrollo sostenible. Esto implica mejorar las condiciones de vida de los animales y proporcionar una dieta equilibrada para mantener un rendimiento óptimo. Las empresas de producción animal se enfrentan a un doble desafío: hacer frente a las limitaciones de bienestar y a las necesidades cada vez más exigentes de los consumidores, asegurándose al mismo tiempo de que siguen siendo competitivas y eficientes desde el punto de vista financiero
Reducción de la contaminación por nitrógeno y fósforo
El estiércol es una de las principales fuentes de preocupación ambiental mundial. La mayor parte de la contaminación por estiércol animal implica la contaminación de nitrógeno (N) y fósforo (P) del agua por la erosión del suelo y la escorrentía. Todos los residuos del ganado contienen N y P, pero el estiércol de aves de corral suele tener un mayor contenido en nutrientes que otros tipos de estiércol. De hecho, las aves de corral representan aproximadamente el 50% del consumo de fosfato de los piensos en todo el mundo, y los productores añaden P con grandes márgenes de seguridad para evitar la deficiencia, lo que provoca un exceso de excreciones minerales. Los pollos también se encuentran entre los contribuyentes más importantes a las emisiones de amoníaco. Esto se ve influido en gran medida por un exceso de proteínas y/o aminoácidos en las dietas que se añaden para garantizar que se satisfagan plenamente las necesidades del ave. El sector ha encontrado soluciones para controlar el contenido de excreción de las aves de corral, pero a medida que la industria sigue creciendo, aumenta la presión para reducir la contaminación del estiércol.
La suplementación con fitasa puede ayudar a abordar este problema. El desarrollo de nuevas enzimas de fosfatasa (es decir, la fitasa) ha mejorado la digestibilidad de la P y los aminoácidos, reduciendo así la contaminación de los suelos y el agua. Se superó el último reto, que demostraba que se podía lograr la eliminación total de la suplementación inorgánica de P. Una fitasa altamente eficiente, la Axtra Phy Gold, fue capaz de reemplazar completamente la suplementación de P mientras aseguraba las características normales de crecimiento y la fuerza ósea, y aún así mejorar el rendimiento si se combinaba con una xilanasa(Figura 1).
Mejorar la salud intestinal sin antibióticos
Durante años, se han utilizado antibióticos en la producción animal para prevenir y tratar los brotes de enfermedades y, de ese modo, mejorar el crecimiento de los animales. Sin embargo, la amenaza inminente de la resistencia a los antibióticos y la presencia de residuos de medicamentos en los productos de origen animal son motivo de grave preocupación. En la mayoría de los países desarrollados, el ganado por sí solo utiliza entre el 50 y el 80% de todos los antibióticos producidos con las aves de corral a la cabeza. El uso de antibióticos en los animales por razones clínicas es vital para el bienestar general de los animales, y no debe retrasarse ni evitarse. Pero el uso innecesario o el uso excesivo de antibióticos amenaza su eficacia con importantes consecuencias para la medicina humana. Los antibióticos se siguen utilizando como promotores del crecimiento en algunos países, pero algunos mercados específicos, por ejemplo, Europa, han prohibido el uso de antibióticos para aumentar la productividad. Sin embargo, esta prohibición ha dado lugar a problemas de rendimiento y a un aumento de los niveles de ciertas enfermedades en las granjas avícolas. Por consiguiente, los agricultores y las empresas de piensos siguen buscando alternativas que garanticen un alto rendimiento y rentabilidad sin comprometer la salud de los animales. El hecho de saber que una de las mejores maneras de evitar el uso excesivo de antibióticos es tener animales más sanos y resistentes, y que la microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en la salud general de los animales, dio lugar a la aparición de los probióticos. Por ejemplo, las investigaciones sobre los suplementos alimentarios con microbios vivos mostraron una mejor estabilidad gastrointestinal. Además, los probióticos modulan positivamente la composición de la microflora intestinal de los pollos de engorde al estimular poblaciones potencialmente beneficiosas, como los lactobacilos y/o la reducción de bacterias potencialmente patógenas como la E coli.
Salvaguardar el bienestar general de los animales
Aunque la salud y el bienestar no son conceptos intercambiables, la buena salud de los animales es el primer paso para establecer y salvaguardar el bienestar general. Para garantizar un crecimiento sano con un alto rendimiento, los productores deben proporcionar la cantidad correcta de alimentos que cumpla con los requisitos nutricionales, y al mismo tiempo evitar las enfermedades. La salud de los animales está estrechamente vinculada a la salud intestinal porque la correcta absorción de nutrientes depende de la integridad del intestino. La promoción de un intestino sano y el suministro de una dieta equilibrada beneficia el sistema inmunológico del animal. A su vez, la mejora de la inmunidad reduce el riesgo de pérdida de animales y la morbilidad durante los brotes de enfermedades. La enfermedad es una preocupación central para el bienestar de los animales y una pesadilla operativa y financiera para los agricultores. Se estima que una de las enfermedades parasitarias más frecuentes y prevalentes de los animales domésticos destinados a la alimentación, la coccidiosis, cuesta a la industria avícola 11.200 millones de dólares al año. Alrededor del 80% de esos costos se deben a las pérdidas de rendimiento zoológico. La reducción de la incidencia y el impacto de enfermedades como la coccidiosis es decisiva para cumplir las normas de bienestar animal y evitar trastornos económicos y de sostenibilidad. Por ello, el sector de la alimentación animal ha colaborado sistemáticamente con los investigadores para elaborar soluciones que permitan hacer frente a estas preocupaciones acuciantes. Los componentes naturales de los piensos, como la betaína natural, por ejemplo, dotan al animal de una protección adicional contra las infecciones. A través de sus funciones de osmolito y donante de metilo, la betaína protege a las células del estrés osmótico y apoya las funciones biológicas esenciales. Los ensayos realizados en pollos de engorde con problemas de coccidiosis demuestran que la suplementación con betaína mejora la digestibilidad de la energía y los aminoácidos y reduce las lesiones duodenales, lo que influye positivamente en la digestión y absorción de nutrientes y en la salud general del animal. Pero los beneficios no se detienen aquí; la betaína también juega un papel importante como modulador del estrés. Los pollos de engorde alimentados con un suplemento de betaína vieron aumentar significativamente su capacidad de vida incluso cuando se expusieron al estrés por calor(Figura 2).
Enfoque nutribiotico
Los retos de bienestar y sostenibilidad a los que se enfrenta el sector de la producción animal son multidisciplinarios y exigen un enfoque holístico centrado en la protección del medio ambiente, el crecimiento sostenido y el bienestar de los animales. Para garantizar un crecimiento neutro en cuanto a costos y sostenible desde el punto de vista ambiental, debe adoptarse una estrategia que tenga en cuenta la forma en que los nutrientes, la digestión y la función inmunitaria, así como el microbioma intestinal, interactúan y se influyen mutuamente. Este enfoque nutribiótico permite abordar varios desafíos simultáneamente: asegurar una nutrición equilibrada para apoyar la salud y el rendimiento; promover un microbioma diverso y estable capaz de reducir la colonización de patógenos; desarrollar un intestino sano que permita que los nutrientes vayan a donde más se necesitan, y que ayude al sistema inmunológico a hacer frente a los próximos desafíos.
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