Argentina ha prohibido «la elaboración, distribución, importación, uso y posesión de productos veterinarios que contengan el ingrediente activo colistina y sus sales».
El país lo hace siguiendo el llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para luchar contra la resistencia microbiana, y la exhortación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) para el uso discrecional de estos agentes.
Grandes pérdidas humanas, animales y económicas
La resolución 22/2019 fue emitida por el Servicio Nacional de Calidad e Inocuidad Alimentaria (Senasa), un organismo gubernamental independiente. La resolución explica que la medida se toma debido a las grandes pérdidas «humanas, animales y económicas» que la resistencia a los antimicrobianos causa cada año en todo el mundo. La OMS catalogó a la colistina y sus sales como una ‘medicina reservada’ dada su importancia ‘como herramienta terapéutica de último recurso en las unidades de cuidados intensivos’, por lo que debe ser preservada para el tratamiento de la salud humana.
La resistencia a la colistina en los animales fue significativa
Además, el Programa Nacional de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos realizó estudios en los que se comprobó que los niveles de resistencia a la colistina en los animales eran significativos. Estos resultados mostraron la necesidad de evitar la administración del agente y sus sales a los animales destinados al consumo humano y, por lo tanto, de preservar su eficacia en el tratamiento de las infecciones causadas por bacterias multiresistentes en los seres humanos.
El uso de antibióticos preventivos se prohibió en 2015
En una resolución anterior, numerada 594/15 y emitida en 2015, el Senasa ya había prohibido que los alimentos para animales contuvieran antibióticos preventivos. Los productores están autorizados a seguir incluyéndolos en las raciones que suministran, en caso de que su objetivo sea «curar, en un determinado período de tiempo, y con una prescripción dada por el veterinario acreditado de la granja», según una reacción de la Asociación Argentina de Productores de Carne de Cerdo (AAPP). En el comunicado de prensa, la organización afirmó que «la Argentina ha comenzado a recorrer un camino que muchos países ya han recorrido y es el uso responsable de los antibióticos y la participación activa de un veterinario profesional en las decisiones sanitarias de una granja». Otro país sudamericano, Brasil, dijo más recientemente (en diciembre de 2018) que planea también prohibir los antibióticos en la alimentación (que promueven el crecimiento). Esta declaración fue publicada por el SDA (Departamento de Defensa Agrícola), que depende del MAPA (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Brasil).