Muchos países de todo el mundo están aplicando una política de reducción del uso de antibióticos. Especialmente cuando los países más grandes consiguen frenar el uso de forma sustancial, esto supone una gran diferencia. ¿Dónde está Brasil en este proceso?
El uso de antibióticos promotores del crecimiento en el sector porcino de Brasil ha dado lugar a un aumento de la normativa y de los programas de concienciación, especialmente en las dos últimas décadas. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para lograr la prohibición total y la aplicación cero de estas prácticas entre los ganaderos.
Tarea compleja para los productores de cerdos brasileños
El tema es complejo porque, durante muchos años, el uso continuado de antibióticos ha sido una de las principales herramientas para prevenir enfermedades y mejorar el rendimiento, y una gran parte de los productores de cerdos tendría que cambiar todo su modelo de negocio si se eliminaran los antibióticos.
No obstante, los productores brasileños pretenden cumplir todas las directrices establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), así como observar las exigencias de los compradores tanto nacionales como extranjeros. El país ha ido avanzando en el cumplimiento de las normas más exigentes y novedosas en este ámbito
Hay dos caminos para hacerlo, y ambos se producen simultáneamente
- Fuera de las explotaciones porcinas – a través del papel desempeñado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) y la Asociación Brasileña de Productores de Cerdos (ABCS)
- Dentro de las explotaciones porcinas – con los productores, en un país que es más grande que todo el continente europeo (sin incluir Rusia).
El estado actual del país todavía está en transición, pero tenemos acciones efectivas que realmente pueden tener resultados a nivel nacional. El sector porcino de Brasil ya cuenta con muchas explotaciones que han sustituido sus prácticas y tienen buenos índices de productividad.
Preservar la eficacia de los antibióticos
El MAPA y el ABCS se comprometen a promover el uso racional de los productos antibióticos, preparando a los agricultores y sensibilizándolos sobre el concepto de «Una sola salud», que hace hincapié en el vínculo entre la salud humana y la animal en lo que respecta a la resistencia a los antimicrobianos
Suzana Bresslau, jefa de la división de medicamentos veterinarios del MAPA, sostiene que los antibióticos son un bien público mundial, y que preservar su eficacia es crucial para minimizar los impactos de la resistencia a los antimicrobianos, que es actualmente uno de los problemas de salud pública más importantes del mundo.
Según ella, «el uso responsable de los antimicrobianos en los animales sigue normas estrictas en Brasil, y también hay que tener en cuenta las recomendaciones de la OIE sobre la interrupción de los antibióticos para mejorar el rendimiento de los animales que tienen importancia médica.»
Fuera de la granja
El MAPA ha impulsado:
- Prescripción del veterinario sólo cuando sea necesario
- Respetar la dosis, el tratamiento y los periodos de retirada prescritos
- Antimicrobianos y distribuidores registrados
- Buenas prácticas de gestión, vacunación e higiene
Según Bresslau, desde 1998, Brasil ha ido prohibiendo progresivamente el uso de varias sustancias o clases de antimicrobianos como aditivos para mejorar el rendimiento de los animales(véase el cuadro).
Además, el MAPA, en colaboración con los representantes del sector, ha establecido un Plan de Acción Nacional para la Prevención y el Control de la Resistencia a los Antimicrobianos en 2018
En esa declaración se destacan varias directrices para las prácticas, como:
- Uso racional de los antimicrobianos
- El fortalecimiento de las buenas prácticas
- Gestión sanitaria y de bioseguridad
- Control de las infecciones en la sanidad animal
Además, el plan pretende fomentar la formación continuada de los profesionales de la sanidad animal, impulsar el desarrollo de protocolos preventivos, controlar el uso de antibióticos, establecer estrategias de regulación y actualizar la legislación vigente en materia de publicidad de antimicrobianos veterinarios.
Bresslau explica que «esas actividades también implican a los productores, especialmente en lo que respecta a la reducción de la necesidad de antimicrobianos en los animales, reforzando las buenas prácticas y promoviendo la aplicación de la gestión sanitaria y de bioseguridad para prevenir y controlar las infecciones en la sanidad animal.»
Actores de la cadena de proteínas animales
Están implicados distintos agentes de la cadena de producción de proteínas animales, como el Consejo Federal de Medicina Veterinaria y la ABCS. Charli Ludtke, director técnico de ABCS, afirma: «Estamos trabajando junto con los productores y el MAPA para realizar esta transición a corto, medio y largo plazo y alcanzar los objetivos del plan.»
Hace hincapié en la concienciación y comprensión del tema entre los agricultores y otras entidades mediante la comunicación, la educación y la formación para reducir la incidencia de las infecciones como primer paso para optimizar cada vez más el uso de los antimicrobianos.
En línea con el Plan de Acción Nacional, desde 2018 se ha desarrollado el primer ciclo de «actividades estructurantes», iniciativa que finalizará en 2022. La agenda incluye conferencias, cursos online, webinars y el desarrollo del manual Uso Racional de Antibióticos, Bioseguridad y Bienestar Animal: Una visión aplicada al sector porcino, que se lanzará en el transcurso de 2021
Ludtke añade: «La publicación aportará protocolos específicos para el uso responsable de antimicrobianos en la ganadería porcina, así como alternativas como los sustitutos eubióticos (ácidos orgánicos, probióticos, prebióticos, aceites esenciales, minerales y otros), planes de vacunación, mejora del bienestar animal dentro de las explotaciones y bioseguridad.»
ABCS entiende que el tema requiere un enfoque integrador que implica el trabajo conjunto con todos los actores del sector. Y concluye: «El estado actual del país aún está en transición, pero tenemos acciones efectivas que realmente pueden tener resultados a nivel nacional. El sector porcino de Brasil ya cuenta con muchas explotaciones que han sustituido sus prácticas y tienen buenos índices de productividad.»
Dentro de las naves de los cerdos
El investigador Mauricio Dutra escribió su tesis doctoral sobre el uso de antimicrobianos en la producción porcina. Una parte del estudio se presentó en 2019 e incluye datos de todo el mundo, así como una investigación de campo en granjas brasileñas en 2017.
De las 18.100 explotaciones del país, la investigación incluyó 25 granjas y evaluó el uso de 11 tipos de antibióticos por grupo de peso de los animales. Los resultados muestran una media de 358,4µg/kg de cerdo vivo. La cifra más baja fue de 5,4µg y la más alta de 585,6µg. En otras palabras, hay realidades muy diferentes en cuanto a las prácticas dentro de las naves de cerdos.
Dutra comenta: «El estudio muestra que los sistemas con hasta 172µg/kg tienen una mayor producción por cerda y año. Estos consiguen más de 3,2 toneladas de carne por cerda, mientras que los que utilizan más de 344µg logran sólo 2,7 toneladas. En otras palabras, la productividad depende de todo el sistema, no exclusivamente de los antibióticos».
Entre los 25 sistemas más productivos, el 72% utiliza y el 28% no utiliza antimicrobianos de forma preventiva en la fase de cría de los lechones. Las moléculas más utilizadas, por ejemplo, son el ceftiofur (40%), la amoxicilina (24%) y la gentamicina (16%). La investigación de campo también apuntó a un aumento de la resistencia microbiana, ya que el 80% de esas explotaciones dieron positivo en Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM).
Dutra añade: «Existe un consenso científico sobre las alternativas eficaces para los productores, en lugar de aumentar el uso de antimicrobianos. Un grupo de 111 expertos de Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Suecia y Suiza creó una lista de control, y las 3 principales prioridades son la bioseguridad interna, el protocolo de vacunación y la alimentación.»
Una imagen global
Curiosamente, los datos de Dutra también echan un vistazo más allá de las fronteras. En 2015, el consumo total de piensos en el mundo alcanzó los 960 millones de toneladas, mientras que el uso de antibióticos alcanzó las 63.500 toneladas. El desglose de esas cifras puede verse en la Tabla 1.
Citando a otros autores, el estudio de Dutra prevé que en 2030 se alcanzará una media mundial de 172µg/kg de animal vivo
Por último, los principales consumidores serán:
- China (30.000 toneladas)
- Estados Unidos (10.000 toneladas)
- Brasil (8.500 toneladas)
- India (4.200 toneladas)
- México (2.100 toneladas)
- Los mayores aumentos porcentuales se producen en África y Asia.