Controlar las enfermedades metabólicas mediante raciones equilibradas

La nutrición láctea y la alimentación de precisión pueden evitar las enfermedades metabólicas que, en mi opinión, siguen siendo la razón número uno de una menor producción en la granja

Las enfermedades metabólicas suelen estar asociadas a estrategias nutricionales incompletas o nulas basadas en la individualidad de la granja, a desequilibrios nutricionales y a deficiencias de micronutrientes, lo que a su vez conduce a una menor productividad, fertilidad, producción de leche y rentabilidad general de la granja

He aquí algunas tácticas nutricionales que podrían prevenir el impacto negativo de los trastornos metabólicos

1. La cetosis subclínica da el relevo a la acidosis ruminal subclínica

La cetosis es una enfermedad metabólica y se produce principalmente en la primera fase de la lactación debido a un balance energético negativo, que es progresivo y se inicia en el período de transición temprana. En este periodo, las vacas se encuentran en cetosis subclínica (SCK) con bajo apetito y, por tanto, una menor IMD. El balance energético negativo (baja producción de ácido propiónico en el rumen) es la razón por la que se moviliza la grasa corporal en el hígado para soportar este déficit energético. Posteriormente, la producción de ácidos grasos no esterificados (NEFA) aumenta las cetonas en sangre. Los niveles de cetonas en la leche y en la orina deben ser inferiores a 5mg/100ml. La cetosis puede gestionarse bien mediante una nutrición equilibrada en el periodo de transición teniendo en cuenta algunos ingredientes de apoyo clave

  • Uso de propionato de sodio (o calcio) (umbral máximo <200g/cabeza/día) en el periodo de transición y las primeras 1-2 semanas después del parto
  • Inclusión de vitaminas del grupo B en la ración alimenticia poniendo énfasis en la nutrición de B3 – niacina.
  • Uso suplementario de betaína – colina – metionina durante la primera fase de la lactancia

Pero, ¿qué ocurre realmente cuando una vaca sometida a SCK consigue pasar la fase A de la lactancia? La SCK da el relevo a la acidosis ruminal subclínica (SARA) La SARA es causada por una alta acumulación de ácidos grasos volátiles (AGV) en el rumen y se observa a menudo al principio y a mediados de la lactancia. La SARA puede convertirse en un síndrome (Ruminitis – Laminitis) con un impacto muy negativo en la salud, el bienestar y la productividad general de los animales

Debido a que es subclínica, tenemos que revisar y observar diariamente a las vacas en el establo, así como su ración alimenticia, observando muy de cerca los siguientes parámetros

  • La relación forraje:concentrados en base a la MS debe ser inferior al 45%:55% y con un nivel mínimo de FDN total del 32% del DMI y un DMI mínimo de forraje del 1,5% del peso corporal de la vaca. Además, la relación FDN:Almidón debe ser de 1:1
  • Mejorar las estrategias nutricionales para aumentar la frecuencia de las comidas, así como apoyar la ración alimenticia con biotina adicional (umbral máximo <20mg/cabeza/día)
  • Seguimiento del apetito de la vaca, de la puntuación de la condición corporal (B.C.S), de la puntuación del llenado del rumen (R.F.S) y de la tasa de rumia por vaca
  • Las heces amarillentas y espumosas que contienen partículas de grano sin digerir indican una depresión de la digestión y un paso rápido del alimento en el tracto gastrointestinal. La concentración de lipopolisacáridos fecales (L.P.S) (endotoxina de bacterias gramnegativas) puede analizarse en las heces de las vacas con rumiantes
  • La grasa láctea (%) puede mostrarse significativamente más baja (0,65-1%) en el análisis diario de la leche, mientras que la proteína de la leche se mantiene en niveles normales.
  • Establecer un análisis de sangre rápido para el ácido láctico (>2,5mg/ml) en los animales sospechosos.

2. El desequilibrio macromineral puede provocar hipocalcemia (fiebre de la leche) e hipomagnesemia (tetania de la hierba)

La hipocalcemia se presenta a menudo durante el parto, con la mayoría de los casos poco después del mismo (muy raro en las novillas). Esto se debe al rápido aumento de las necesidades de calcio para apoyar la producción de calostro. Una vaca media produce entre 8 y 10 litros de calostro, que contiene más de 20 gramos de calcio. Cuando los niveles de calcio en sangre descienden por debajo de 5,5mg/100ml (lo normal es 10-12mg/100ml), el calcio no es suficiente para abastecer el tejido muscular, lo que obliga a la vaca a echarse y permite otras disfunciones metabólicas complicadas, como una menor movilidad del rumen, poco apetito, distocia, prolapso del útero y metritis

La nutrición con calcio no puede ser independiente en las raciones porque la biodisponibilidad del calcio depende en gran medida de otros macrominerales y tiene que mantener un equilibrio principalmente entre el fósforo (P) y el magnesio (Mg). Las vacas alimentadas con hierba son más susceptibles a este tipo de incidencias, ya que la hierba fresca puede producir sales de amonio in-solubles con el magnesio, reduciendo significativamente la biodisponibilidad del Mg (Mg en sangre <2mg/100ml)

Sugiero que se compruebe la relación Ca:P:Mg y Na:K de una receta junto con otros análisis de nutrientes de los piensos. La regla general para la gestión de los nutrientes de las vacas en transición es el macro equilibrio mineral, aumentar el uso de sales aniónicas (cuando sea necesario) y no subestimar el papel de la vitamina D3

3. Disfunciones reproductivas, como la retención de placenta, el edema de la ubre y los quistes ováricos asociados a los intervalos entre partos

La metritis puede seguir en casos con retención de la placenta (generalmente dentro de las 24 horas del parto) causada por varias razones, incluyendo distocia, mal manejo de la vaca seca, baja concentración de la hormona – PGF2, nitratos y presencia de micotoxinas en el alimento. Existe una conexión entre la relación energía:proteína del pienso, así como los desequilibrios Ca:P:Mg y una baja suplementación de vitaminas A, D3 junto con un bajo nivel de antioxidantes (selenio y vitamina E)

El edema de la ubre puede ser doloroso y reducir el bienestar de la vaca. Es más probable que se produzca en la primera lactación y se debe principalmente al aumento del uso de concentrados y a los desequilibrios de Na:K en la ración del periodo seco. Podría ser un factor de riesgo potencial para el desarrollo de mastitis clínicas y el tratamiento debe ser considerado de gran importancia. Una combinación de diuréticos y corticosteroides puede ser utilizada como primer paso

Todas las disfunciones metabólicas mencionadas afectan negativamente a los intervalos entre partos y esas vacas son más propensas a desarrollar también disfunciones ováricas. Las vacas más viejas y sobrecondicionadas (BCS >3,5) tienden a experimentar quistes ováricos con más frecuencia que las novillas

No hay mejor tratamiento nutricional que mantener una gestión nutricional adecuada de las vacas secas y la utilización de la terapia hormonal

Conclusión

Todos estos trastornos metabólicos y disfunciones reproductivas afectan, por consiguiente, al rendimiento de la inversión por vaca. Las raciones equilibradas pueden controlar los fenómenos metabólicos y evitar que las unidades lecheras se conviertan en consumidores de beneficios, a menudo invisibles. Recuerde que no se trata de cuánto hayamos invertido ya en la nutrición de las vacas, sino de cuándo y cuánto será el rendimiento final de la misma