El estrés térmico puede afectar negativamente a la salud, el rendimiento y el bienestar de las aves de corral. Las investigaciones demuestran que la doble acción de la betaína natural puede ayudar a los productores a mitigar estos riesgos y mantener la rentabilidad.
Cuando las aves están expuestas a condiciones de calor y humedad durante un periodo prolongado, tienen dificultades para equilibrar la pérdida y la producción de calor corporal. Esta incapacidad para regular su temperatura interna puede provocar estrés térmico, que es una causa importante de preocupación.
Las aves que sufren una carga excesiva de calor comen menos, beben más y muestran cambios de comportamiento no deseados, como un mayor jadeo, aleteo y agresividad. Sin embargo, el estrés por calor no es sólo un problema de bienestar animal. Los efectos perjudiciales del estrés por calor pueden causar importantes pérdidas de producción debido a una serie de problemas asociados, como la reducción del crecimiento, la menor eficiencia alimentaria, la mala calidad de los huevos, la disminución de la inmunidad y el aumento de las tasas de mortalidad.
¿Por qué ocurre esto?
Cambios metabólicos
A nivel metabólico, el estrés térmico aumenta el cortisol plasmático y reduce los niveles de hormona tiroidea. Con la homeostasis fisiológica comprometida de este modo, se producen cambios importantes en el metabolismo de las proteínas y las grasas que afectan negativamente al crecimiento, la reproducción y la salud de las aves de corral.
Una menor producción y almacenamiento de proteínas y grasas es también una consecuencia inmediata de la reducción de la ingesta de pienso. Además, los ácidos grasos se movilizan desde el tejido adiposo y, si están en exceso, se reesterifican en triglicéridos y se almacenan en el hígado, causando la enfermedad del hígado graso cuando se reduce el suministro de energía.
Es importante destacar que el estrés térmico también puede alterar el delicado equilibrio de la microbiota en el intestino, disminuyendo la diversidad de bacterias intestinales comensales y sus compuestos, así como alterando el pH. Todo ello compromete la digestión, la absorción y el suministro de nutrientes.
Estrategia de gestión eficaz
Dada la compleja respuesta fisiológica y de comportamiento de las aves al estrés térmico, los productores deben adoptar medidas específicas para mitigar los riesgos.
Mejorar el diseño del alojamiento con una ventilación, circulación de aire y gestión del agua adecuadas, por ejemplo, puede ayudar a contrarrestar el aumento de la temperatura ambiente. También son importantes una buena cría y una selección genética que favorezca las características termorreguladoras de las aves.
Al mismo tiempo, los productores avícolas deben revisar sus estrategias de alimentación y nutrición para asegurarse de que están optimizadas para situaciones de estrés térmico. En este contexto, la suplementación con betaína natural se reconoce cada vez más como una solución importante.
Betaína natural: Doble modo de acción
La betaína natural es un derivado trimetilado del aminoácido glicina ((CH3)3NCH2COO), con dos funciones fisiológicas principales: actúa como osmolito y como donante de metilo.
Como osmolito natural, la betaína ayuda a las células a mantenerse hidratadas al interactuar con el agua celular para mantener el equilibrio hídrico e iónico. Al mismo tiempo, protege los orgánulos celulares, las enzimas y las proteínas, permitiendo así que estos componentes mantengan sus funciones normales a pesar del estrés provocado por las altas temperaturas. Al ayudar a las células a «hacer frente» a la deshidratación de esta manera, la betaína natural ayuda a evitar que la valiosa energía metabólica se desvíe del crecimiento y la ganancia de masa muscular.
Como donante de metilo, la betaína contiene y dona grupos metilo a través de la transmetilación para muchas funciones biológicas esenciales, como la síntesis de creatina y carnitina asociadas a la generación de energía metabólica, la síntesis de ADN/ARN, el crecimiento muscular y la función de las células inmunitarias. Contiene tres grupos metilo y puede donar algunos o todos ellos de forma más eficaz que otras fuentes tradicionales de metilo en la alimentación animal, como el cloruro de colina y la metionina. Al movilizar la grasa del tejido hepático, también contribuye a mantener la salud del hígado.
Al mismo tiempo, la betaína natural contribuye a mantener la integridad y la salud del intestino favoreciendo el crecimiento de microbios comensales, una comunidad microbiana diversa y funcionalmente activa que evita trastornos digestivos perjudiciales como el intestino permeable.
En la práctica, esta doble función significa que la suplementación con betaína natural ayuda a los productores avícolas a mitigar los efectos perjudiciales del estrés térmico de varias formas importantes. Desde la mejora de la hidratación y el aumento de la absorción de nutrientes hasta la reducción del gasto energético, este aditivo natural para piensos ayuda a los productores a combatir el estrés térmico y mantener el rendimiento de las aves de corral.
Beneficios probados
Existen numerosas pruebas que demuestran una serie de respuestas positivas de las aves de corral a la betaína natural durante el estrés térmico.
Por ejemplo, una serie de ensayos demostró que la betaína natural Betafin reduce el impacto negativo del estrés térmico en el rendimiento de los pollos de engorde y en la economía de la producción. Examinados en conjunto, los 5 estudios demostraron una fuerte mejora en el índice de conversión alimenticia (FCR), con ganancias porcentuales que van del 4,2% al 6,6% en comparación con el control(Figura 1).
Figura 1 – Betafin reduce el impacto negativo del estrés térmico en el rendimiento de los pollos de engorde. Mejora del % de FCR frente al control.
Igualmente significativo es el efecto positivo de la betaína natural en parámetros clave de rendimiento para los criadores. Un ensayo reciente, en el que se utilizó un total de 22.847 aves suplementadas con 2 tratamientos diferentes de betaína natural durante las semanas 30 a 37, mostró claras mejoras en fertilidad, incubabilidad y pollitos vendibles(Figura 2).
Figura 2 – Efecto de Betafin en la calidad de los huevos de reproductoras sometidas a estrés térmico.
Además, se ha demostrado que la betaína natural mejora el rendimiento de las gallinas ponedoras que sufren una carga excesiva de calor. En un ensayo de 32 días con 3.000 gallinas ponedoras, las suplementadas con betaína natural registraron mejoras en la producción por gallina y día y en la masa de huevos, con algo más del 13% y el 10% respectivamente(Figura 3).
Figura 3 – Mejora del rendimiento de las gallinas ponedoras utilizando Betafin en condiciones de estrés térmico.
| 3000 gallinas ponedoras Raza Lohmann Brown | Dos tratamientos; Control (sin Betafin), Tratamiento 1 Kg/MT Betafin S4 | 32 días de prueba | Casa abierta con condiciones de alto estrés |
Por otra parte, la investigación también sugiere un papel más amplio para la suplementación con betaína en momentos de estrés. Esto incluye la mejora de la capacidad de retención de agua de las células, la tasa de respiración y la temperatura rectal, así como el apoyo a una mejor calidad de la carne y la mejora de las tasas de habitabilidad.
Funciones beneficiosas de la betaína natural
La doble acción de la betaína natural la convierte en un medio muy eficaz para reducir el impacto negativo del estrés térmico sobre el rendimiento de los pollos de engorde y las economías de producción. Como osmolito y donante de metilo, ayuda a proteger las células contra la deshidratación y reduce el gasto energético de las bombas de iones, al tiempo que mejora la eficiencia alimentaria, mantiene la salud del hígado y favorece la integridad intestinal.
En general, las múltiples funciones de la betaína natural la convierten en un valioso complemento de las estrategias nutricionales diseñadas para optimizar el rendimiento de las aves de corral en estas difíciles condiciones.