¿Cómo avanzar hacia un sistema alimentario resistente y libre de toxinas? ¿Serán las nuevas tecnologías de gestión y análisis de datos la solución para predecir posibles riesgos? Estas fueron las cuestiones que se debatieron en la 14ª edición del Foro Mundial sobre Micotoxinas.
La 14ª edición del Foro Mundial de Micotoxinas se celebró en Amberes (Bélgica) del 9 al 11 de octubre. La conferencia reunió a 420 participantes, que participaron en un programa de tres días repleto de presentaciones, talleres y oportunidades para establecer contactos. Todo ello tuvo lugar en un centro de conferencias único situado en el zoológico de Amberes.
Como en cada edición del Foro Mundial de Micotoxinas, la conferencia fue copatrocinada por presidentes locales. En la edición de este año, las cátedras locales fueron las profesoras Sarah De Saeger y Marthe De Boevre, de la Universidad de Gante.
El tema de debate fueron los retos actuales que afectan al sistema alimentario y cómo garantizar la seguridad y protección de los sistemas de piensos y alimentos, centrándose en las estrategias de gestión de las micotoxinas.
La resiliencia de los sistemas alimentarios es la capacidad de un sistema alimentario de proporcionar alimentos suficientes, apropiados y accesibles para todos, frente a perturbaciones diversas e incluso imprevistas.
Prof. Chris Elliot de la Universidad Queen’s de Belfast
Una cadena alimentaria resistente
Según el profesor Chris Elliot, de la Queen’s University de Belfast(Reino Unido), en estos momentos están ocurriendo grandes cosas que traerán enormes cambios a nuestro sistema alimentario. Los cuatro motores de este cambio son el cambio climático, la guerra, la geopolítica y la desglobalización. Para hacer frente a estos retos debemos avanzar hacia un sistema alimentario resiliente, explica Elliot. «La resiliencia del sistema alimentario es la capacidad de un sistema alimentario de proporcionar alimentos suficientes, apropiados y accesibles para todos, frente a perturbaciones diversas e incluso imprevistas».
Los alimentos sin toxinas son una ilusión
Prof. Rudolf Krska de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida de Viena (Austria)
¿Están nuestros alimentos libres de toxinas?
La seguridad alimentaria es una cosa, pero ¿qué pasa con la inocuidad de los alimentos? La mayoría de los consumidores suponen que nuestros alimentos son seguros, después de todo las normas obligatorias de calidad de los alimentos son elevadas, pero ¿están realmente libres de toxinas?
El profesor Rudolf Krska, de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida de Viena (Austria), tiene una respuesta clara: «Los alimentos libres de toxinas son una ilusión». El profesor reconoce que nuestra alimentación es más segura que nunca, pero un estudio demuestra que en Europa la población sigue expuesta a sustancias químicas y toxinas nocivas. Incluso dentro de los límites legales, bajos niveles de exposición podrían suponer un riesgo para la salud humana. Las aflaxtoxinas se encuentran entre estos contaminantes alimentarios de alto riesgo, debido a su papel potencial en el desarrollo del cáncer de hígado. Por otro lado, es importante tener en cuenta que «los humanos somos máquinas de desintoxicación» que pueden superar los efectos nocivos de estas sustancias, subraya Krska. Y añade: Y una dieta sana y equilibrada es la mejor manera de evitar la exposición a dosis excesivas de sustancias nocivas.
El impacto del cambio climático
No sólo la ubicación del Foro Mundial de Micotoxinas era única, con un esqueleto de ballena colgando del techo de la sala de conferencias, sino también el tiempo. Cálido y soleado, no lo que cabría esperar a principios de octubre en Bélgica. Y aunque fue agradable tomar un poco el sol durante el descanso, hizo que el impacto del cambio climático fuera real.
El impacto del cambio climático es claramente una de las mayores preocupaciones entre la comunidad de micotoxinas. Krska abordó que el cambio climático está aumentando el riesgo para la seguridad alimentaria, debido a las aflatoxinas y otras micotoxinas: «El cambio climático tendrá un efecto en la aparición geográfica de las micotoxinas y también esperamos grandes variaciones en las micotoxinas emergentes y enmascaradas. Todavía faltan datos sobre estas micotoxinas y, por tanto, se sabe poco sobre sus efectos». Según el profesor, se necesitan programas y normas reguladoras para estas toxinas emergentes, ya que la exposición podría suponer un riesgo potencial para la salud de los consumidores.
Los científicos no suelen ser conscientes de la importancia de recopilar, conservar y compartir datos.
Chiara Dall’Asta de la Universidad de Parma, Italia
Intercambio de datos
La disponibilidad y el intercambio de datos volvió a ser tema de debate durante la conferencia. Porque no sólo faltan datos sobre micotoxinas emergentes y enmascaradas, sino que parece que todavía hay pocos o ningún dato sobre la relación entre el cambio climático y la aparición de micotoxinas. Para poder hacer predicciones bien fundadas sobre la aparición de micotoxinas, es necesario compartir más datos en la comunidad investigadora y empresarial.
Se pidió al público que respondiera a una encuesta sobre el intercambio de datos:
el 10% de los participantes indicaron que comparten sus datos con la EFSA,
el 15% afirma que comparte los datos con otras organizaciones
el 25% de los asistentes afirma que sólo comparte datos internamente
Compartir datos a través de publicaciones científicas parece lo más común: el 45% de los participantes en el WMF indicaron que compartirían datos de esta forma
Calidad de los datos
En su presentación, Chiara Dall‘Asta , de la Universidad de Parma(Italia), no sólo aborda la necesidad de compartir los datos, sino que también hace hincapié en la importancia de la calidad de los mismos: «Los científicos a menudo no son conscientes de la importancia de recopilar, conservar y compartir los datos de forma adecuada». Por ello, Dall’Asta destacó que los analistas deben ser conscientes del impacto que sus datos tendrán en la evaluación de riesgos. Dado que la sobreestimación de los riesgos para la salud pública puede llevar a una comunicación errónea a los consumidores, lo que podría conducir a una falta de confianza en el sistema alimentario. La formación adecuada de la próxima generación de analistas y evaluadores de riesgos es la clave, según Dall’Asta.
Tecnologías emergentes
Otro elemento clave en el análisis de datos en el futuro será el papel de las tecnologías emergentes como la IA y el aprendizaje automático. Ambas tienen potencial en la predicción de micotoxinas en alimentos y piensos y facilitarán una gestión de micotoxinas más basada en datos. Durante el evento de 3 días, varias presentaciones abordaron este tema, pero es probable que estos desarrollos reciban cada vez más atención en un futuro próximo.
Está claro que la situación actual del mundo, relacionada con el cambio climático y las situaciones geopolíticas, tienen un gran impacto en nuestro sistema alimentario. Además, es de suma importancia garantizar la seguridad alimentaria. Las micotoxinas siguen siendo una amenaza para la salud humana y animal, y una gestión de datos de buena calidad y acceso abierto parece prometedora para identificar y reducir este riesgo.