Los aglutinantes de micotoxinas son una herramienta valiosa para ayudar a reducir los efectos nocivos de las micotoxinas y prevenir la pérdida de rendimiento en la producción ganadera. Extensas pruebas de laboratorio han demostrado los avances realizados y los aumentos significativos en su eficacia.
Los aglutinantes efectivos de micotoxinas deben adaptarse a las diferentes estructuras de las micotoxinas. Las propiedades químicas y físicas de los cientos de micotoxinas estimadas son extremadamente heterogéneas. Entre las micotoxinas más importantes del mundo se encuentran las toxinas del Aspergillus, la aflatoxina B1, B2, G1 y G2, la ocratoxina A de la toxina Penicillium, las fumonisinas B1 y B2 de las toxinas de Fusarium, la zearalenona, el desoxinivalenol tricoteceno (vomitoxina) y la toxina T-2/HT-2.
Estas micotoxinas forman la base de los estudios de Bioquímica realizados en colaboración con institutos, universidades y laboratorios reconocidos internacionalmente en los EE.UU., Alemania y los Países Bajos. La investigación se centró en investigar y documentar las propiedades vinculantes específicas de las micotoxinas.
Muchos aglutinantes de micotoxinas se basan principalmente en varios silicatos en capas (filosilicatos), como la bentonita, caolinita, sepiolita o vermiculita, los silicatos de estructura (tectosilicatos) como la clinoptilolita (zeolita) y la sílice amorfa como el kieselguhr (tierra de diatomeas). A primera vista, las diferencias entre los diversos tipos de silicatos parecen sólo marginales. Sin embargo, los estudios de laboratorio muestran claramente que pueden detectarse diferencias significativas en el comportamiento de unión de estos minerales.
Figura 1 – Comparación de la eficiencia de varias materias primas para el enlace adsorbente de la zearalenona (CZEA = 2.000 ppb) y la ocratoxina A (COTA = 500 ppb).
Diferencias en el comportamiento vinculante
Utilizando las micotoxinas zearalenona y ocratoxina A como ejemplos, la figura 1 muestra claramente las diferencias cualitativas en el comportamiento de adsorción. Los estudios investigaron el comportamiento de adsorción de diversas materias primas inorgánicas (silicatos) y orgánicas (pared de células de levadura). La experiencia ha demostrado que las propiedades de adsorción a la aflatoxina B1 son menos volátiles que las de otras micotoxinas (ver Figura 2). Muchos minerales son buenos a muy buenos para la unión de la aflatoxina B1 de la toxina de Aspergillus, mientras que la calidad de las propiedades de unión a la zearalenona de la toxina de Fusarium o a la ocratoxina A de la toxina de Penicillium está sujeta a fluctuaciones significativamente mayores.
Figura 2 – Comparación de la eficiencia de varias materias primas para el enlace adsorbente de la aflatoxina B1 (CAFB1 = 500 ppb).
Hay muchas razones para esta diferencia en la afinidad de la unión. La densidad de carga superficial y la distribución de los componentes analizados, el espacio entre las capas de silicato, su estructura de poros y las propiedades geométricas de las micotoxinas ciertamente juegan un papel crucial en la adsorción.
La eficacia depende del pH
La influencia del valor del pH es muy significativa. Un cambio en el pH afecta tanto a la superficie del aglutinante de la toxina como a la estructura química de las micotoxinas (neutra o iónica, dependiendo de la constante de disociación de las micotoxinas). La figura 3 muestra que el comportamiento de adsorción de los aglutinantes de toxinas ensayados es muy similar en condiciones de acidez, mientras que se pueden observar diferencias significativas en las condiciones de acidez neutra o débil.
Figura 3 – Dependencia del pH del comportamiento de adsorción de 2 aglutinantes de toxinas utilizando el ejemplo de la micotoxina ocratoxina A.
Biochem analizó minuciosamente las materias primas aplicadas por sus propiedades aglutinantes con diferentes micotoxinas a diferentes valores de pH. Las pruebas incluyeron no sólo materias primas naturales, sino también materias primas con una estructura superficial y de poros optimizada de diversas maneras. Sobre la base de estos estudios de unión, se desarrolló la cartera Biotox de aglutinantes de micotoxinas (véase el cuadro «Contiene micotoxinas«). Estos ofrecen un amplio espectro de unión con una gran variedad de micotoxinas. Esta alta eficiencia de unión fue demostrada por estudios in vitro realizados por un laboratorio independiente. En las pruebas de comparación con los productos de la competencia, la eficiencia de Biotox fue significativamente mayor para las micotoxinas zearalenona, toxina T-2, ocratoxina A y fumonisina B1. Por ejemplo, este aglutinante alcanzó una eficiencia de unión del 83% para la toxina T-2 de Fusarium. El valor del producto del competidor más fuerte fue significativamente menor.
La investigación demostró que los productos tienen una afinidad de unión dependiente de la concentración, de alta a muy alta, con diversas micotoxinas polares y menos polares. Dependiendo del nivel de contaminación de micotoxinas en el alimento, los aglutinantes de micotoxinas Biochem pueden reducir los efectos nocivos de las micotoxinas y prevenir la pérdida de rendimiento.
Contiene micotoxinasA pesar de los altos estándares de calidad, los mohos y sus micotoxinas son un problema en la alimentación animal. Estos productos metabólicos tóxicos pueden llevar a la pérdida de rendimiento en los animales. También pueden pasar de la cadena alimenticia animal a la cadena alimenticia humana. La biotoxina entra en el tracto digestivo de los animales a través de la ingesta de alimentos, donde se une irreversiblemente a las diversas micotoxinas y reduce o impide la reabsorción. Las micotoxinas polares y no polares, como la aflatoxina B1, la zearalenona, la toxina T-2 y la ocratoxina A, se acumulan en la superficie del aglutinante de la toxina (adsorción) y se eliminan como un complejo (adsorbido) en los excrementos. Biochem ofrece productos basados en la necesidad para la industria de los piensos (Biotox Z), así como para las empresas agrícolas (Biotox Farm). Los beneficios de estas soluciones incluyen el hecho de que unen micotoxinas polares y no polares, aumentan la ingesta de alimentos, mejoran el rendimiento y apoyan la estabilidad intestinal. |