Tanzanía y Viet Nam se encuentran entre los países que trabajarán en pro de una agricultura climáticamente inteligente, un enfoque destinado a transformar los sistemas alimentarios.
La agricultura climáticamente inteligente implica perseguir aumentos sostenibles de la productividad al tiempo que se aplican estrategias de adaptación al clima y se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero cuando es posible, para lograr la seguridad alimentaria frente al creciente cambio climático.
Los países compartieron esta misión en una reunión reciente en Roma, un evento paralelo durante una sesión de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación – el Consejo Ejecutivo de la FAO.
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Tanzania: Usando menos recursos de agua
Tanzanía tiene la intención de invertir más en la investigación sobre la agricultura climáticamente inteligente para fundamentar la adopción de decisiones y hacer participar a asociados privados para catalizar inversiones adicionales en el sector. Por ejemplo, las técnicas de cultivo del arroz que utilizan menos agua se introdujeron hace varios años en cinco regiones de Tanzanía:
- Morogoro,
- Iringa,
- Zona de los lagos,
- Shinyanga y
- Mbeya
Estas técnicas son utilizadas actualmente por alrededor del 30% de todos los productores de arroz de esas zonas. Los agricultores ya han visto aumentar sus rendimientos al tiempo que utilizan menos recursos hídricos -lo que es especialmente importante para estas zonas propensas a la sequía- y están ansiosos por cambiar a nuevas variedades de semillas de arroz.
Viet Nam: Conversión del arroz a otros cultivos
En Viet Nam, unas 700.000 hectáreas de arroz y otros cultivos alimentarios resultaron muy dañadas por los desastres naturales inducidos por el clima en 2016. Como consecuencia de ello, la producción de arroz disminuyó en 800.000 toneladas, y alrededor de 1,1 millones de personas de las zonas afectadas corrieron un mayor riesgo de inseguridad alimentaria. Para invertir la grave situación, se han aplicado numerosas medidas de adaptación al cambio climático y de gestión del riesgo de desastres a nivel nacional, subnacional y local. Por ejemplo, las zonas de cultivo de arroz de varias provincias centrales se han convertido a otros cultivos como los árboles frutales y las uvas, que requieren menos agua y pueden servir como fuente alternativa de ingresos para los agricultores. Cuando el clima lo permite, la tierra puede volverse a destinar fácilmente a la producción de arroz.
Es fundamental que los agricultores dispongan de información precisa sobre el clima
Durante el evento organizado por la FAO, los participantes también destacaron la importancia de incorporar la agricultura climáticamente inteligente en las políticas y programas nacionales, y de promover prácticas climáticamente inteligentes sobre el terreno mediante cursos de capacitación y escuelas de campo para agricultores en diversas zonas ecológicas. También subrayaron la necesidad de proporcionar información exacta sobre el clima a los agricultores y de invertir en investigaciones basadas en pruebas sobre la agricultura climáticamente inteligente.