La sostenibilidad en la ganadería es un término amplio que puede definirse de muchas maneras. Se centra en la forma de criar animales, los recursos utilizados, el bienestar de los animales, la rentabilidad del ganadero y, sobre todo, la eficiencia de la explotación. Todos estos elementos determinan el impacto de la ganadería en la sociedad y el medio ambiente
Podemos describir la ganadería lechera sostenible como la producción de leche de la manera más eficiente con respecto al bienestar de los animales y con un impacto mínimo en el medio ambiente, al tiempo que se maximiza el beneficio del ganadero
Podemos identificar varios aspectos de la sostenibilidad cuando hablamos de la ganadería lechera
La eficacia de la alimentación puede evaluarse midiendo la cantidad de leche corregida energéticamente producida a cambio de una cantidad determinada de alimento, calculada según el IMD. La eficacia de la alimentación puede medirse aumentando la leche corregida energéticamente producida a partir de una cantidad determinada de alimento o produciendo una cantidad determinada de leche a partir de una cantidad reducida de alimento(Tabla 1). La mejora de la eficacia alimentaria en relación con las vacas lecheras tiene un impacto directo en la rentabilidad del ganadero y en la huella de carbono de la explotación. Podemos mejorar la eficacia alimentaria de diferentes maneras. Podemos utilizar la selección genética para producir animales más eficientes. Podemos optimizar la calidad de los piensos proporcionando materias primas de mayor calidad y una formulación óptima de la dieta mediante una alimentación de precisión. Podemos utilizar probióticos y aditivos para optimizar la fermentación ruminal y aumentar la digestión de la dieta. También podemos trabajar para mejorar el bienestar y reducir el estrés, ya que el estrés y las enfermedades tienen un impacto directo e importante en la eficiencia de las vacas lecheras. A medida que nos enfrentamos a una menor disponibilidad de recursos, a unos patrones climáticos en constante cambio y a unos costes de alimentación cada vez mayores, la mejora de la eficiencia alimentaria se ha convertido en uno de los aspectos más importantes de la ganadería lechera sostenible.
El impacto medioambiental
es un tema de gran importancia cuando hablamos de rumiantes, especialmente de vacas lecheras. El sector lácteo lleva muchos años bajo la lupa por su efecto en el medio ambiente, en particular por su contribución a la emisión de gases de efecto invernadero. La reducción de las emisiones de metano del rumen se ha convertido en un objetivo primordial en relación con la nutrición láctea, pero no es una tarea fácil. Hay diferentes formas de reducir la huella de carbono del sector lácteo, como por ejemplo mediante la selección genética, la inhibición directa de la producción de metano, la mejora de la eficacia de los piensos y la consecución de una mejor digestibilidad de la dieta. Mejorar la eficacia de la alimentación ayuda a reducir el forraje necesario por kilo de leche, lo que conlleva un menor uso de la tierra y, por tanto, una menor huella de carbono
El bienestar de los animales está relacionado con la mejora del confort y la salud de las vacas mediante la optimización de las condiciones de alojamiento, la reducción del estrés y el suministro de nutrientes suficientes para el mantenimiento y la producción de leche. Las vacas con menos estrés y mejor salud son más eficientes y producen más leche. Una de las causas más comunes de estrés en las explotaciones lecheras es el estrés por calor, que cada vez es más importante con el cambio climático. Otro factor de estrés común es el hacinamiento, que se observa con más frecuencia de lo que podríamos pensar. El hacinamiento suele estar causado por el aumento del tamaño del rebaño sin proporcionar nuevos alojamientos a tiempo. La gestión inadecuada de la fertilidad también puede ser un problema, provocando el hacinamiento en los corrales de transición durante los periodos de partos intensos. El parto, en general, es uno de los principales focos de estrés de las vacas lecheras, especialmente en relación con las enfermedades metabólicas, la pérdida de leche y la baja eficiencia alimentaria.
El parto, el hacinamiento y el estrés por calor pueden producirse fácilmente al mismo tiempo, lo que hace necesaria una atención especial por parte del ganadero. La mejora del alojamiento, la provisión de un buen flujo de aire y una mejor refrigeración, el suministro de una dieta de alta calidad durante los periodos de estrés y la suplementación con probióticos, pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el bienestar de los animales y asegurar una mayor eficiencia en las vacas lecheras.
Los beneficios de los ganaderos suelen ser menos discutidos cuando hablamos de sostenibilidad. Tendemos a centrarnos en el bienestar, la eficiencia y el medio ambiente, olvidando que los beneficios de las explotaciones son la base de la producción láctea sostenible. Para poder invertir en nuevos sistemas que mejoren el bienestar y reduzcan la huella de carbono de la agricultura, los ganaderos deben ser rentables, ante todo. Una forma de ayudar a los ganaderos a mejorar su rentabilidad es centrarse en la gestión y la eficacia de la alimentación, dado que los costes de alimentación representan alrededor del 70% del desembolso financiero asociado a la ganadería lechera. La mejora de la eficacia de la alimentación ayuda al ganadero a producir más leche con una cantidad determinada de alimento, aumentando así su margen.
Figura 1 – Actisaf ayuda a mejorar significativamente la digestibilidad del alimento por parte de la vaca lechera.
Probiotics play an important role in achieving more sustainable dairy farming. Some probiotics stabilise the rumen and hindgut microbiota, delivering better feed efficiency as a result. In this context, the yeast-based probiotic, Actisaf SC47, is a very efficient gut microbiota stabiliser. It diminishes the risk of ruminal acidosis and ameliorates fibre degradation. Supplementing yeast probiotics in dairy cows helps to improve feed efficiency significantly (Figure 1). It also leads to more sustainable milk production with a positive ROI for the farmer of 6:1.
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