Lallemand ha dominado el arte de la fermentación durante sus más de 100 años de experiencia en la producción tanto de levaduras como de bacterias en una amplia gama de mercados, desde la panadería a la elaboración de cerveza y los biocombustibles.

Como productores primarios de microorganismos, controlamos totalmente nuestro proceso de producción, desde el laboratorio hasta el envasado, en una de nuestras plantas especializadas en levaduras y bacterias repartidas por todo el mundo. Este control ayuda a garantizar la calidad, seguridad, pureza, trazabilidad y consistencia de nuestros productos para todos los clientes y usuarios finales.

Numerosas pruebas de calidad

Desde el banco de células de trabajo que se utiliza para iniciar la producción hasta la plataforma logística, se aplica un estricto control de calidad en todas las fases. En el caso de la levadura viva, por ejemplo, se realizan unas 20 pruebas de calidad, que garantizan la pureza, viabilidad e identidad de la cepa de levadura en el producto final, así como la consistencia entre lotes(Figura 1).

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Se expide un certificado de análisis para cada lote de levaduras vivas o bacterias vivas producidas por Lallemand.

Además, el control de calidad no se detiene en la puerta de la planta. El equipo de calidad de Lallemand también realiza análisis periódicos de los productos de los clientes para garantizar que el microorganismo que adquieren sigue siendo viable y activo en su aplicación final, como piensos, premezclas, pellets, inoculantes de forraje, soluciones de biorremediación y medio ambiente animal, etc.