Las pequeñas micotoxinas de la lactona, patulina, ácido penílico y moniliformina, son componentes y se encuentran regularmente en los piensos y alimentos. Pero, ¿cuántas especies de hongos producen realmente estas toxinas?
Se reconocen la patulina, el ácido penicilico y la moniliformina, aunque sólo la patulina está reglamentada (CE, 2003). Todos ellos son metabolitos polares, ácidos y secundarios que suelen producirse en grandes cantidades en alimentos y piensos, aunque difieren en los nichos que ocupan sus productores: la patulina suele asociarse con frutas y el ácido penicilico y la moniliformina con cereales.
Penicillium y Aspergillus
En un nuevo documento de revisión, J.C. Frisvad de la Universidad Técnica de Dinamarca, se afirma que se ha informado que un gran número de hongos filamentosos producen estas pequeñas micotoxinas de la lactona, pero en realidad no todas estas especies están confirmadas. La confirmación de la producción de micotoxinas por una especie de un hongo filamentoso requiere que tanto el hongo como la micotoxina estén correctamente identificados. Además, debe verificarse que el hongo examinado es un cultivo puro. También la cepa del hongo que produce las micotoxinas debe
estar a disposición de la comunidad científica. En varios casos, los hongos productores nunca se incorporaron a una colección de cultivos, por lo que los experimentos no pudieron repetirse y la identidad de la cepa del hongo no pudo verificarse ni validarse. De un gran número de especies de Fusarium de las que se ha informado que producen patulina y ácido penicilico, sólo se ha informado de manera fidedigna de que las producen 29 y 48 especies, respectivamente. Las especies que las producen pertenecen en su mayoría a Penicillum y Aspergillus. La moniliformina es producida por 34 especies de Fusarium y por una especie de Penicillium.
Nueva lista
El autor escribe que las listas revisadas de productores de estas micotoxinas ayudarán en el trabajo preventivo de micotoxinas, pero también ayudarán en la deselección de los productores conocidos de estas toxinas de antibióticos, cuando se haga la selección de nuevos antibióticos. Esto último es de interés porque algunas de estas pequeñas micotoxinas de la lactancia tienen propiedades antibacterianas. Además de ser tóxicas, la patulina y el ácido penicilico fueron reconocidos tempranamente como antibióticos efectivos y más tarde se demostró que también inhiben la detección de quórum en las bacterias.
Fuente: World Mycotoxin Journal