Algunos dicen que los agricultores siempre están refunfuñando por el clima. Y si no lo hacen -y hay una buena cosecha-, harán un punto sobre los bajos precios de sus granos.
Dicho esto, los agricultores rezan por una buena cosecha, y así lo necesitan. Por un lado, es su reto personal obtener la mayor cantidad posible de productos de los campos, y por otro lado está la necesidad de alimentar a la creciente población del mundo
Desgraciadamente, las cosechas están lejos de ser predecibles, y se están volviendo aún más impredecibles bajo la influencia del cambio climático. Los periodos de sequía, cada vez más largos y calurosos, pueden causar estragos en la oferta, pero desear más lluvia para un mejor crecimiento de las plantas también puede ser perjudicial
La humedad previa a la cosecha aumenta gravemente el riesgo de micotoxinas y los subsiguientes malos lotes de ingredientes para piensos. En 2021, las reservas mundiales de piensos son escasas debido al efecto meteorológico de La Niña en el hemisferio sur y a las fuertes lluvias registradas en Europa. Además, los problemas actuales de la cadena de suministro hacen que la demanda no pueda ser tan exigente en cuanto a la calidad de los insumos. Para garantizar la calidad de los piensos finales, es esencial localizar a tiempo los ingredientes con contaminantes indeseables y aplicar las mejores prácticas para mitigar sus efectos negativos en el ganado. De eso trata este especial sobre micotoxinas, porque cuando se trata de criar ganado y producir alimentos seguros, no basta con rezar