El Ministerio de Agricultura ruso ha elaborado planes para introducir cuotas a la importación de semillas con el fin de dar un impulso a la producción nacional.
Durante los últimos meses, el Ministerio ha estado barajando la idea de restringir la importación de semillas, alegando el temor a que se produzcan grandes turbulencias en la industria agrícola rusa si las nuevas sanciones occidentales perturban la importación en este segmento.
«Es necesario, junto con nuestras empresas, institutos de investigación y ciencia, producir nuestras propias formas de semillas. Y esto es lo que haremos. Limitaremos un poco [la importación] de semillas comerciales porque es necesario crear nuestro propio suministro», declaró Dmitry Patrushev, Ministro de Agricultura ruso, durante el XIV Congreso de la industria láctea rusa celebrado en Moscú.
Se necesitan formularios de los padres
«Nuestro mercado está abierto a la selección extranjera. Y ellos [las empresas extranjeras] importan, de hecho, formularios ya hechos», señaló Patrushev. «Nadie nos da formularios parentales. Somos muy vulnerables en esta situación, y tomaremos ciertas medidas que animarán tanto a los extranjeros como a nuestros productores a importar formularios parentales.»
A la luz de la creciente presión de las sanciones, Patrushev describió la situación de la importación de semillas rusas como extremadamente difícil, ya que el año pasado los suministros nacionales no alcanzaron el objetivo previsto por la Doctrina Rusa de Seguridad Alimentaria, según la cual el país debe fabricar el 75% de los productos agrícolas con semillas nacionales.
Se calcula que, por término medio, el porcentaje de semillas importadas en la agricultura rusa se aproxima al 40%. Sin embargo, en algunos segmentos alcanza entre el 95% y el 100%, según el Ministerio.
Una decisión controvertida
En diciembre de 2022, durante una reunión con el Parlamento ruso, Patrushev prometió no limitar la importación de semillas en detrimento de la cosecha. Afirmó que no había una decisión inequívoca sobre las medidas que debían tomarse, pero no descartó ciertas restricciones a la importación en el futuro.
A finales de agosto, el Ministerio propuso imponer una cuota de importación de semillas de girasol, trigo, centeno, cebada, maíz, soja, colza y remolacha azucarera.
Inadecuado y contraproducente
En respuesta, la Unión Rusa de Cereales, la Unión de la Patata, la asociación de productores de material de siembra y varios otros sindicatos empresariales enviaron una carta abierta al presidente ruso, Vladimir Putin, advirtiendo del daño que podría sufrir la agricultura rusa si se implantan las cuotas. Los autores de la carta calificaron la idea de «inapropiada y contraproducente», y expresaron su temor al aumento de los costes de producción, que inevitablemente conllevaría una subida del precio de los alimentos en las estanterías de los supermercados.