La combinación de monoglicéridos de ácidos grasos butíricos y de cadena media es una estrategia muy eficaz para controlar el crecimiento de patógenos y favorecer la salud intestinal de los pollos de engorde.
La reducción del uso de promotores del crecimiento antimicrobianos y la presión para reducir el uso de antimicrobianos terapéuticos han hecho que aumenten los niveles de inflamación del intestino delgado en los pollos de engorde. Posteriormente, se han observado camas húmedas, lesiones en las almohadillas plantares y miopatías mamarias. Esto es especialmente cierto en las estirpes de pollos de engorde de crecimiento rápido con altos niveles de ingesta de alimentos que pueden causar un exceso de nutrientes en la luz intestinal, presión metabólica y estrés oxidativo. Esto, unido a la coccidiosis subclínica y al estrés alimentario, crea las condiciones ideales para la enteritis bacteriana.
Abordar estos problemas de bienestar es crucial, no sólo para mejorar el bienestar de las aves, sino también para la aceptabilidad social de la industria de los pollos de engorde.
Inflamación intestinal
La microbiota se compone de bacterias comensales y patógenas, como E. coli, pero los problemas sólo aparecen cuando la microbiota ileal normal se ve invadida por bacterias patógenas cecales, como Clostridium, magnificadas por los movimientos antiperistálticos. Esta translocación de la microbiota en estas aves de alto rendimiento provoca una inflamación local adicional y estrés oxidativo en la mucosa. Debido a los daños en las células intestinales, se producen cambios morfológicos y, en consecuencia, hay una mala absorción de nutrientes, lo que agrava aún más el exceso de nutrientes en el lumen y el círculo vicioso vuelve a empezar.
La inflamación local se convierte en sistémica
Una vez que las bacterias patógenas se cuelan a través de la barrera intestinal deteriorada -lo que se denomina translocación bacteriana- se transportan por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo, causando inflamación en otros órganos y otras localizaciones, como las articulaciones. Un ejemplo relevante de ello son los brotes de espondilitis en pollos de engorde debidos a Enterococcus cecorum
Los ácidos orgánicos favorecen la salud intestinal
En primer lugar, dado que la pepsina tiene un pH óptimo de 2, el ácido fórmico garantiza este pH óptimo en el proventrículo-molleja para una digestión óptima de las proteínas, siendo al mismo tiempo una barrera importante para las bacterias sensibles a los ácidos
En segundo lugar, los derivados del ácido butírico desempeñan un papel en la salud intestinal y general en la prevención de la inflamación local y sistémica, y en el suministro de los componentes básicos para una inmunidad sistémica fuerte, reduciendo el estrés oxidativo. Los derivados del ácido butírico ayudan a mantener la integridad reforzando la barrera del intestino. Las uniones estrechas sanas entre enterocitos son una importante barrera intestinal para las bacterias. El ácido butírico puede afectar tanto a las células inmunitarias innatas como a las adaptativas.
En tercer lugar, los ácidos grasos de cadena media y, desde luego, los monoglicéridos de cadena media tienen fuertes efectos sobre la modulación microbiana y la inhibición de patógenos.
Por lo tanto, es necesario un enfoque integrado que se centre en los mecanismos de respuesta adaptativa para reducir la inflamación y el estrés oxidativo, por un lado, y controlar el crecimiento bacteriano, por otro.
Figura 1 – Las combinaciones de ácidos orgánicos y monoglicéridos tienen actividad en todo el tracto gastrointestinal.
Monoglicéridos de cadena media
Los monoglicéridos son monoésteres de glicerol de ácidos orgánicos, lo que significa que una molécula de glicerol está unida covalentemente a un ácido orgánico en la posición 1. Como resultado, no se produce disociación y su actividad no depende del pH. Como resultado, no se produce disociación y su actividad no depende del pH, lo que significa que los monoglicéridos pueden desarrollar su actividad en el tracto gastrointestinal(Figura 1). Esta estructura química también significa que los monoglicéridos interactúan directamente con la membrana celular de las células bacterianas, lo que difiere del modo de acción de los ácidos orgánicos simples.
Los monoglicéridos de cadena media son moduladores microbianos más eficaces que los ácidos grasos simples de cadena media, como demuestran las diferencias en la concentración inhibitoria mínima (CIM) frente a distintas bacterias. Estos hallazgos se han confirmado en investigaciones realizadas en el laboratorio de microbiología de Eastman(Figura 2).
Figura 2 – Efecto de los monoglicéridos de ácido caprílico y ácido cáprico frente al ácido caprílico puro (C8) y el ácido cáprico puro (C10) sobre los valores MIC para E. coli, S. typhimurium y C. Perfringens.
Estrategia eficaz que combina diferentes monoglicéridos
La combinación de monoglicéridos de ácidos grasos butíricos y de cadena media es una estrategia muy eficaz para controlar el crecimiento de patógenos y favorecer la salud intestinal. Combinado además con una mezcla a base de ácido fórmico, también garantiza una buena barrera gástrica contra las bacterias entrantes y una buena digestión de las proteínas
Las sinergias entre estas diferentes moléculas se han aprovechado en las carteras de productos Acitra, Entero-Nova y Protaq de Eastman. Los monoglicéridos no son corrosivos y tienen menos olor, por lo que son muy fáciles de manipular. Están disponibles tanto en forma sólida como líquida, para aplicaciones en piensos y agua.
Aunque el uso de monoglicéridos en general se ha consolidado en los últimos años, Eastman está desarrollando soluciones a medida para retos sanitarios específicos en aves de corral y cerdos. Este enfoque cuenta con el apoyo de unas instalaciones de producción sofisticadas y flexibles en Ávila (España).
Se pueden solicitar referencias.