Cambio climático y micotoxinas: Desenredando un complejo entramado

El riesgo de micotoxinas es un problema dinámico para los productores de todo el mundo. Con los cambios previstos en el clima, combinados con el impulso de prácticas agrícolas más sostenibles, como la reducción del laboreo y la disminución del uso de productos químicos, este riesgo está llamado a evolucionar aún más.

Con el aumento de la temperatura media mundial, es obvio que se piense en el impacto que esto tendrá en el crecimiento de los mohos y la consiguiente producción de micotoxinas. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, como se analiza en diversos estudios. Factores como la concentración de dióxido de carbono, el estrés por sequía y los fenómenos meteorológicos extremos afectarán a la delicada relación entre el moho, su planta huésped y su entorno, incluidas las especies de plagas y las plantas que influyen en el acceso de los mohos a los granos en desarrollo. El impacto del cambio climático no será constante, sino que dependerá de las condiciones ambientales locales y de los cultivos específicos. Estos factores establecerán criterios importantes como las fechas de siembra, floración y cosecha que, junto con las prácticas agrícolas, como el laboreo, la rotación de cultivos y el uso de fungicidas, determinarán el nivel de presencia de mohos y la producción de micotoxinas. Se están desarrollando modelos para ayudar a predecir los posibles resultados. Aunque muchos apuntan a un mayor riesgo de micotoxinas clave, como la aflatoxina, el deoxinivalenol (DON) y la fumonisina, algunos escenarios predicen una reducción del riesgo de micotoxinas

Sostenibilidad medioambiental: ¿Una nueva visión de la productividad animal?

¿Qué significa esto? En los últimos años, varios meta-análisis publicados han evaluado los efectos de las micotoxinas individuales y múltiples en el rendimiento de los animales en las especies sobre las que existen datos suficientes. Éstos han demostrado que en cerdos y aves de corral, las micotoxinas individuales tienen diversos grados de impacto en la ganancia media diaria a través de su capacidad para afectar a la ingesta de alimentos y la eficiencia alimentaria, siendo el impacto de múltiples micotoxinas mayor que el de las toxinas individuales. Sin embargo, ahora es cada vez más importante ver esto a través de la lente de la reducción de la sostenibilidad ambiental debido al aumento de las necesidades de recursos, principalmente de alimentos, necesarios para alcanzar el peso objetivo de sacrificio. Esto es especialmente relevante en el caso de las especies monogástricas, en las que la contribución del pienso a la huella de carbono global del sistema es significativa. La presencia de micotoxinas tiene el efecto neto de aumentar la huella de carbono de la producción al reducir la eficiencia de la alimentación y cualquier impacto adicional en la salud de los animales

El «Green Deal» y las micotoxinas

El recientemente lanzado Green Deal es el plan de la Unión Europea para hacer más sostenible la economía de la UE, con un objetivo de neutralidad climática para 2050. ¿Son las micotoxinas un gran problema en este contexto? Se sabe que las estrategias de gestión previas a la cosecha -variedad de semillas, métodos de labranza, rotación de cultivos y uso de pesticidas- afectan al nivel de contaminación por micotoxinas en la siguiente cosecha. Dados los planes dentro del Green Deal para aumentar la captura de carbono a través de prácticas de labranza más ecológicas y reducciones en el uso de productos químicos, el número de estrategias de gestión antes de la cosecha que ayudan a reducir el riesgo de micotoxinas se reducirá o se eliminará de la caja de herramientas del agricultor. Es difícil predecir con precisión el impacto que estas políticas tendrán en los futuros niveles de micotoxinas, pero dado el cambiante panorama, tanto desde el punto de vista medioambiental como, en el futuro, desde el punto de vista legislativo, es inevitable que los productores tengan que adaptar sus negocios

Nuevos métodos para un programa de gestión de micotoxinas

Se han producido avances positivos en áreas nuevas y novedosas de la gestión de las micotoxinas: desde los bioplaguicidas y los bioestimulantes hasta las estrategias de exclusión competitiva con cepas no toxigénicas de mohos Aspergillus. Aunque estos métodos no son perfectos, ofrecen herramientas positivas para el control de la aflatoxina, que es especialmente preocupante desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. Otros conceptos postcosecha son la limpieza y el procesamiento del grano, que tiene diferentes implicaciones según la naturaleza exacta del grano, las micotoxinas presentes y las etapas de procesamiento. Fases como el cribado, la limpieza y el tratamiento térmico pueden afectar positivamente al nivel de micotoxinas. Aun así, los resultados varían y no dan lugar a granos libres de micotoxinas

¿Pueden los adsorbentes de micotoxinas desempeñar un papel?

Un reciente metaanálisis realizado sobre estudios publicados en los que se alimentó con un extracto de pared celular de levadura (YCWE) (Mycosorb, Alltech) a gallinas ponedoras que consumían dietas con y sin micotoxinas demostró que la contribución del YCWE a la sostenibilidad medioambiental es significativa, según los cálculos de Alltech E-CO2. Basándose en el aumento del rendimiento derivado de la alimentación con un producto YCWE, descubrió que si se añadía Mycosorb a la dieta de 100.000 ponedoras durante un periodo de 63 semanas, podría ayudar a reducir la huella de carbono global en un 3,76%, lo que equivale a retirar 124 coches de la carretera, dejar en tierra 221 vuelos transatlánticos de ida y vuelta o plantar 190 árboles. Mientras que los productores de cereales, sobre todo los europeos, se enfrentan a un conjunto restringido de herramientas de gestión de cultivos para reducir la amenaza de las micotoxinas, los productores de ganado deberán entender sus métricas de producción desde un punto de vista cada vez más medioambiental. Entre estos dos grupos de productores, la industria de los alimentos y los piensos tendrá que comprender mejor los niveles de contaminación por micotoxinas y actuar en consecuencia con respecto a la normativa legislativa vigente en su jurisdicción.

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