El estrés por calor es una respuesta fisiológica a las altas temperaturas ambientales, en la que el animal está fuera de su zona termoneutra y ya no puede regular eficazmente su temperatura corporal. En consecuencia, la salud, el bienestar y el rendimiento del animal se ven afectados negativamente.
Cuando los cerdos se exponen a altas temperaturas ambientales, se activan varios mecanismos conductuales, fisiológicos y metabólicos para reducir la producción de calor y aumentar la disipación de calor para mantener la temperatura corporal dentro de los rangos fisiológicos normales (figura 1). El mecanismo más eficaz para reducir la producción de calor es reducir la ingesta de alimentos. Esta disminución de la ingesta de alimentos se acentúa a medida que aumenta el peso corporal. Se ha informado de que los cerdos de 60-100 kg de peso corporal criados en el sudeste de Brasil durante el verano tienen aproximadamente un 15% menos de tasas de crecimiento en comparación con los cerdos criados durante el invierno, un efecto que puede explicarse en parte por la disminución de la ingesta de alimentos durante la temporada de calor.
Figura 1. Respuesta fisiológica y consecuencias del estrés por calor en los cerdos.
Otros mecanismos para mantener la temperatura corporal son la evaporación y la radiación. En algunas especies, la evaporación se logra mediante el sudor, que es un mecanismo muy eficaz de disipación del calor. Sin embargo, los cerdos tienen pocas glándulas sudoríparas funcionales, si es que tienen alguna, y la evaporación depende únicamente de la baba y de un aumento de la frecuencia respiratoria (jadeo). En consecuencia, los cerdos tienen una menor capacidad de regular su temperatura corporal por medio de la evaporación y dependen de la radiación para disipar el calor excesivo.
La radiación implica un aumento del flujo sanguíneo hacia la periferia, lo que disminuye el flujo sanguíneo hacia los órganos internos, incluyendo el tracto reproductivo y el digestivo. En consecuencia, la barrera intestinal puede resultar dañada, lo que conduce al conocido síndrome del «intestino con fugas» y a un pobre rendimiento del crecimiento y la salud. Además, se ha observado un menor rendimiento reproductivo en cerdos en condiciones de estrés por calor, lo que afecta a la productividad general del sistema de producción.
Enfoque en el intestino
La reducción de la ingesta de alimentos y la disminución del flujo sanguíneo al tracto digestivo provoca un menor suministro de oxígeno y nutrientes al intestino, lo que afecta a la función normal de la barrera intestinal. El impacto negativo del estrés térmico en el epitelio intestinal se pone de manifiesto en la reducción de la altura de las vellosidades y en los cambios en la función de la membrana de los enterocitos. El estrés térmico altera el número y la función de los enterocitos y reduce la capacidad digestiva y de absorción del intestino. Además, los transportadores celulares de nutrientes, especialmente de aminoácidos, se ven afectados en condiciones de estrés térmico, de modo que se pueden absorber menos aminoácidos y utilizarlos para el crecimiento.
Además de la reducción de la capacidad de absorción del intestino, el daño a la mucosa intestinal provoca inflamación intestinal y aumenta la renovación celular y las consiguientes pérdidas de aminoácidos. La hipoxia, la hipertermia y la inflamación intestinal pueden causar estrés oxidativo, que puede perturbar las proteínas de unión estrecha y aumentar la permeabilidad intestinal, comprometiendo la integridad de la barrera intestinal. Además, el aumento de la permeabilidad intestinal permite la entrada de patógenos y toxinas desde el lumen intestinal, que pueden llegar a los tejidos subepiteliales y activar una respuesta inmunológica.
¿Cómo puede la nutrición aliviar el estrés por calor?
Las estrategias eficaces de gestión y nutrición que reducen el impacto negativo del estrés térmico en la salud y el rendimiento de los animales son esenciales para satisfacer las necesidades de la actual industria porcina y para garantizar la rentabilidad y la sostenibilidad del sistema de producción animal.
Los extractos de hierbas de Macleaya cordata (amapola de plumas) han sido investigados exhaustivamente como una estrategia nutricional eficaz para mejorar el rendimiento del crecimiento mediante la promoción de la salud intestinal. Los alcaloides isoquinolínicos (CI) contenidos en esta planta han demostrado un pronunciado efecto antiinflamatorio local en los cerdos y otras especies, como lo demuestra una reducción significativa de las proteínas de fase aguda circulantes y otros biomarcadores de inflamación. Además, se ha demostrado que el uso de CI en animales destinados a la alimentación mejora la integridad y reduce la permeabilidad de la barrera intestinal (figura 2). Además, se ha demostrado que la suplementación de los cerdos con CI mejora la digestibilidad de los nutrientes y reduce la respuesta al estrés.
Figura 2 – Efecto de la suplementación del CI en las proteínas de unión estrecha, como medida de la integridad de la mucosa intestinal.
Suplemento del coeficiente intelectual y estrés por calor
Un estudio de investigación se llevó a cabo en la Universidad de Melbourne, Australia, para evaluar el efecto de la suplementación del coeficiente intelectual en la barrera intestinal y otros parámetros fisiológicos. Los resultados preliminares indicaron que la suplementación de los cerdos con 150 ppm de CI (Sangrovit Extra, Fitobióticos) mejoró significativamente las respuestas fisiológicas al estrés por calor, incluyendo una reducción en la tasa de respiración (P=0.013) y la temperatura rectal (P=0.001). Además, los cerdos con suplemento de CI tendían a tener una menor permeabilidad intestinal cuando se exponían a altas temperaturas ambientales (P=0,059) y una mejor relación de conversión alimenticia (FCR) después de 2 semanas de suplementación (P=0,085).
En conclusión, estos resultados confirmaron que el mal rendimiento asociado al estrés térmico está mediado por el daño a la mucosa intestinal, lo que conduce a una mala digestión y absorción de nutrientes. Por lo tanto, la suplementación del coeficiente intelectual podría ser una estrategia nutricional potencial para aliviar el impacto negativo del estrés térmico en la función de barrera intestinal de los cerdos y prevenir la aparición de «fugas en el intestino», que conduce a enfermedades y a un rendimiento deficiente.
Datos clave sobre el estrés por calor¿Por qué el estrés por calor es un problema actual y emergente?
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Referencias disponibles a petición
Autor: Valeria Artuso-Ponte, Global Product Management Swine, Phytobiotics Futterzusatzstoffe GmbH, Alemania