Se espera que el cambio climático tenga un grave impacto en el desarrollo de micotoxinas en los cultivos, con consecuencias negativas para la salud y el rendimiento del ganado. Los agricultores necesitan nuevas herramientas para superar los retos en la alimentación animal.
El cambio climático supone una enorme amenaza para la agricultura en todo el mundo. El aumento de las temperaturas, las condiciones meteorológicas extremas y las variaciones anormales de las precipitaciones son malas noticias para los cultivos y el ganado. En estas condiciones, los hongos toxigénicos tienen excelentes oportunidades para crecer. Junto con ellos aparecen las micotoxinas, que se cuentan entre los contaminantes más peligrosos de los piensos. Si no se tratan, las micotoxinas pueden tener graves consecuencias para la reproducción y otros aspectos del rendimiento del ganado.
Las micotoxinas son metabolitos secundarios de hongos vegetales patógenos. Difíciles de detectar y a menudo no descubiertos, se desarrollan con frecuencia en los productos agrícolas y suponen un peligro para la salud humana y animal. Una serie de factores ambientales crean las condiciones óptimas para su crecimiento, antes o después de la cosecha y durante el almacenamiento.
Factores que escapan al control
Nuestra incapacidad para controlar el factor ambiental más importante -el clima- es la razón por la que las micotoxinas se acumulan con mayor frecuencia antes de la cosecha. Las interacciones entre los hongos, la planta huésped y el clima determinan el alcance de la contaminación por micotoxinas. El clima local también desempeña un papel importante, ya que afecta al crecimiento de las plantas y a su fenología, como la época de floración. Las influencias indirectas en el desarrollo de micotoxinas incluyen la presencia o ausencia de insectos y plagas y el estrés de las plantas debido a las sequías.
A medida que avanza el cambio climático, se espera que las micotoxinas sean cada vez más frecuentes en los productos agrícolas. Un tiempo cada vez más variable puede crear condiciones favorables para la acumulación de micotoxinas durante los momentos críticos del crecimiento de las plantas. Por ejemplo, las sequías pueden aumentar el riesgo de aflatoxinas (AFLA) y las lluvias después de la floración pueden provocar una mayor producción de deoxinivalenol (DON). En todo el mundo, es probable que el aumento de las temperaturas altere el mapa de riesgos en relación con la prevalencia de determinados hongos y las micotoxinas que producen.
La complejidad de la predicción
La verdadera naturaleza del cambio climático está llena de incógnitas. Sin embargo, aunque tuviéramos una idea clara de lo que nos espera, predecir los cambios en la aparición de micotoxinas no sería nada sencillo. Esto se debe a que las interacciones entre los patógenos, las plantas huésped y el clima son complejas
Una variedad de hongos productores de micotoxinas infectan diferentes plantas. Entre estas especies de hongos se produce una interacción competitiva poco conocida. En la actualidad, investigadores de todo el mundo se esfuerzan por comprender esta interacción. Su ambición es establecer modelos para predecir los cambios en la aparición de micotoxinas debido a una temperatura más cálida, un periodo de cultivo más corto, una floración más temprana y un nivel de CO2 atmosférico creciente, por ejemplo. Estos modelos podrían desempeñar un papel fundamental en la preparación de soluciones para los piensos que protejan la salud de los animales y su rendimiento.
Los datos recopilados durante la última década ofrecen una indicación de las posibles tendencias de la presencia de micotoxinas en Europa(Figura 1). En los cultivos de trigo, los datos de 2013 a 2021 muestran una tendencia al aumento de los niveles de fumonisinas en el sur, norte y centro de Europa. Se ha identificado una tendencia similar para las aflatoxinas en Europa Central y del Norte. Por otro lado, la prevalencia de aflatoxinas en el sur de Europa ha disminuido durante este periodo.
Figura 1 – Prevalencia de aflatoxinas y fumonisinas en el trigo en toda Europa 2013-2021.
Grave impacto en la salud de los animales
La contaminación de los piensos por micotoxinas es una causa de importantes problemas de salud en las aves de corral, los cerdos y los rumiantes. Incluso cuando los piensos sólo contienen bajas concentraciones, las micotoxinas se acumulan con el tiempo y pueden dañar diversos órganos y sistemas. Su impacto en la inmunidad y la salud intestinal suele dejar al ganado más vulnerable a las infecciones y a las bacterias patógenas. La pérdida de apetito, la disminución del rendimiento reproductivo y del crecimiento y otros signos de bienestar comprometido son síntomas clásicos de micotoxicosis.
A diferencia de las aves de corral y los cerdos, se ha pensado que los microorganismos del rumen de los rumiantes actúan como desintoxicantes naturales. Sin embargo, aunque los rumiantes pueden soportar un cierto nivel de micotoxinas, hay fuertes evidencias de un impacto negativo en la salud, incluso con concentraciones de micotoxinas por debajo del límite de detección
En todas las especies animales, la tendencia a utilizar cada vez más el potencial genético para optimizar la producción deja un espacio limitado para que los propios animales puedan hacer frente a desafíos externos como las micotoxinas
Estrategias de prevención
Muchos ganaderos ya están actuando sobre el problema utilizando aglutinantes o desactivadores de micotoxinas disponibles en el mercado en la alimentación animal. En muchos sentidos, éstos están demostrando ser una estrategia eficaz para prevenir y tratar la micotoxicosis.
Como el cambio climático sigue aumentando el riesgo de aparición de micotoxinas, los ganaderos necesitarán en el futuro herramientas más complejas de este tipo. Los nuevos conocimientos sobre las micotoxinas y su interacción con los cultivos forrajeros y el medio ambiente sentarán las bases para desarrollar soluciones alimentarias más complejas y eficaces para conseguir animales sanos y de alto rendimiento.
Lista completa de referencias disponible a petición.