Salmonella


MCG’s: Apoyo intestinal en la alimentación

Hoy en día, el tracto gastrointestinal ya no se considera un órgano de mera digestión y conversión de los alimentos en sus componentes básicos y de absorción de sus nutrientes. El intestino, y su salud, está cada vez más relacionado con la salud general, el bienestar y el crecimiento de los animales productores de carne.


4 tendencias que impulsan la salud intestinal en 2019

Satisfacer la creciente demanda de proteína animal es una prioridad máxima en toda la cadena de producción. Además de alcanzar los objetivos de salud y rendimiento de los animales, los productores deben hacer frente a las prohibiciones de antibióticos y a amenazas como la salmonela y las micotoxinas. A continuación se presentan cuatro tendencias que se prevé que impulsen la salud intestinal en 2019, y una visión de la investigación de Trouw Nutrition que aborda estas tendencias.


No matar, pero domar la bacteria

Producir carne de asador con la etiqueta «sin antibióticos nunca» se está convirtiendo en algo común en los Estados Unidos. Mientras tanto, el sector avícola teme que esto conduzca a un sistema menos eficiente, en el que es más difícil controlar las principales enfermedades avícolas. Afortunadamente, un nuevo conjunto de aditivos alimentarios inteligentes que mantienen a las bacterias malas bajo control está en camino.




Las RFC reducen la salmonela en la producción avícola

Si bien la salmonela no es directamente letal para las aves, su aparición es una consideración importante para la industria, ya que este patógeno, y la salmonelosis resultante, es un asunto de salud pública. La salmonelosis, que ha sido motivo de preocupación durante más de un siglo, sigue siendo uno de los principales patógenos transmitidos por los alimentos y que afecta a las personas.



Usar las RFC para influir positivamente en la salud de los animales

No se puede exagerar la influencia de la nutrición en la salud y la productividad de los animales. Una nutrición adecuada puede ayudar a prevenir enfermedades clínicas y subclínicas, mejorar el crecimiento y el bienestar de los animales, e impulsar la producción de leche, carne y huevos. Estos efectos positivos son la razón por la que los productores y sus asesores dedican tanto tiempo y esfuerzo a la formulación de las raciones y a la evaluación de los resultados.